Bajan un 18% las multas por beber alcohol en las calles del centro de Madrid

El modelo de control del botellón en Madrid está cambiando poco a poco con el gobierno de Ahora Madrid. El primer indicio que lo muestra es el dato de multas por consumo de alcohol en la vía pública, según datos ofrecidos por el propio Ayuntamiento, que cifra en 13.491 las sanciones impuestas en el último año por este motivo.

El dato es un 18% inferior al periodo anterior (de mayo de 2014 a mayo de 2015), el último de Ana Botella, cuando se impusieron 15.974 multas por beber alcohol en la calle. “Se baja algo pero siguen siendo muchas”, valoró el concejal de Centro, Jorge García Castaño, durante el pleno del Ayuntamiento de este martes, en el que ofreció explicaciones sobre su acción en el distrito y mantuvo un enconado debate sobre las terrazas ilegales.

El modus operandi de la policía local también está cambiandomodus operandi. En la actualidad el botellón se permite -o se hace la vista gorda- en ciertas plazas de Malasaña, especialmente durante el horario de funcionamiento de terrazas (hasta las 0.30 horas de domingo a jueves y hasta las 1.30 los fines de semana). Sucede, por ejemplo, en el Dos de Mayo o en Juan Pujol. Después de esos horarios, los agentes solo acuden a disuadir a los bebedores callejeros si reciben alguna llamada vecinal, tal y como ha podido comprobar este periódico. Por lo general, la mera presencia de la policía, que suele enceder las luces del coche patrulla, sirve para que el botellón desaparezca y no sea necesario poner multas.

Vandalismo y más ruidos con el verano

Vandalismo y más ruidos con el verano

“El botellón vuelve a recuperar el espacio perdido en plazas como el Dos de Mayo o en el resto de Malasaña”, afirmó el concejal del PP Íñigo Henríquez de Luna durante el pleno municipal en el que ofreció los datos de multas García Castaño. Esta práctica se ha hecho más visible con la llegada del verano: los primeros días de bueno tiempo nocturno han facilitado que el consumo de alcohol en la vía pública hasta horas intempestivas se haya extendido a todos los días de la semana y no solo a los viernes, sábado y algún jueves.

Como pasaba hace un tiempo, el problema que sufren los vecinos no es el botellón en sí, sino las actitudes incívicas de parte de los que lo practican: gritos a horas intempestivas, conciertos de guitarra a las 4.00 o 5.00 de la madrugada, vandalismo sobre el mobiliario urbano e incluso contra los parques infantiles de las plazas, que también se ocupan para la práctica del botellón... además, los malos olores por las meadas y el alcohol derramado se han incrementado por la mezcla de calor y la falta de baldeos durante el fin de semana en algunas calles que sí se limpian de lunes a viernes.

Hasta el momento el Ayuntamiento ha propuesto varias actuaciones en torno al botellón, que todavía están en fase de estudio. La que defendió este miércoles el edil de Centro fue su idea de frenar la distribución de los lateros, para disminuir la oferta que facilita la práctica de consumir en la calle en lugar de en los bares. Lo haría a través de un hipotético acuerdo entre hosteleros, policía, distribuidores y grandes superficies, que encarecerían el coste de las latas de cerveza callejeras.

El concejal de Seguridad, Javier Barbero, propuso el pasado mes de diciembre tres tipos de alternativas para el sancionado por beber alcohol en la calle: podría compensar el importe con trabajos a la comunidad, condonar parte de la multa con una charla sobre los riesgos del alcohol o gastar parte del dinero que iría a la multa en actividades culturales o deportivas demostrables. De momento esta propuesta no se ha sustanciado en ninguna ordenanza, al igual que tampoco se ha puesto fecha al plan de urinarios públicos en las calles de Malasaña que estudia la Junta de Distrito Centro.