Corredera Baja de San Pablo 33, exponente del 20N

Por Ángela Martín y Ana Garnelo

Por Ángela Martín y Ana GarneloAna Garnelo

Lo que comenzó como una marea de indignación el 15 de Mayo está dando lugar a nuevas formas de protesta. Exponente de una de ellas es el autodenominado Movimiento 20N. Se trata de una vertiente más encaminada hacia la acción social. En el corazón de Malasaña, concretamente en el 33 de la Corredera Baja de San Pablo, más de 27 personas, entre ellas varias familias, han 'okupado' de forma permanente un edificio perteneciente a Caixa Catalunya, en una iniciativa muy similar a la llevada a cabo el pasado 15 de octubre en el número 10 de la calle Carretas, en el 'Hotel Madrid', vacío durante años y que hoy cuelga el cartel de completo en sus 100 habitaciones.

Kristian, uno de los que encabezan este movimiento 20N, afirma que luchan contra el capitalismo y los abusos de poder, que han puesto en jaque el derecho a una vivienda digna. Proponen una forma de protesta que vaya más allá de las iniciales protagonizadas por el 15M.

No podemos luchar contra el sistema si usamos sus mismas armas”, comentaba Kristian ante el respaldo de sus compañeros de lucha. Aseguran que no cesarán en esta 'okupación' ni en otras que surjan, a fin de pelear por un derecho constitucional.

Argumentan que en España hay más de tres millones de viviendas desocupadas, pero que los episodios de desahucio se repiten a diario. Kristian, quien lleva años en el movimiento 'okupa', afirma que ha recibido la visita de familias en busca de ayuda y asesoramiento.

Además del respaldo de varias organizaciones sociales de Malasaña, los nuevos residentes de Corredera 33 también han recibido apoyo de los vecinos del barrio, que no han dudado en ofrecerles somieres, edredones o comida. Ellos agradecen la colaboración y aseguran que toda ayuda será bien recibida.

En el inmueble 'okupado', que se encuentra en perfectas condiciones, hay 18 pisos de 50 metros cuadrados, con luz, vitrocerámica, calefacción, tarima flotante y unas zonas comunes recién rehabilitadas y de lujosos acabados. Sus inquilinos tienen previsto organizar próximamente una jornada de puertas abiertas a la que todo el barrio será invitado. Cuando tengan amueblados los pisos dice Kristian que, incluso, harán una convocatoria de prensa. “Queremos que todo el mundo vea que esto no es ningún fumadero de 'krack' y que quienes aquí vivimos somos gente normal, familias, personas que necesitan un techo. Entendemos que algunos vecinos puedan tener cierto reparo inicial sobre el tipo de gente que nos hayamos podido meter en este edificio, por eso queremos ser trasparentes e invitarles a que vean quiénes somos y cómo vivimos”.