De una gira en burro a un disco ecológico
Hay proyectos que por la mera osadía de haber sido imaginados merecen llegar a convertirse en realidad. El disco ecológico que preparan Jordi Skywalker y Los Caminantes del Cielo es uno de ellos. En manos de la 'microfinanciación' queda un sueño que necesita de entre 3.900 y 5.800 euros para dejar de ser castillo en el aire y que ya ha logrado atrapar a destacados músicos como Arizona Baby, Rubén Pozo (Pereza) y Pedro Ferrero(ex Soziedad Alkohólika), que colaborarán en su grabación.
Mario Villoso Torralba vive en la calle Palma y es el bajista de 'Los Caminantes del Cielo'. Cuenta que todo empezó con una gira musical en burro de más de 300 kilómetros y mes y medio de duración: un viaje de Tarazona a Vitoria que la banda realizó sin emplear combustible para desplazarse ni luz eléctrica para los conciertos que dieron en los distintos pueblos, por lo general pequeños, en los que fueron recalando. Un carromato autoconstruido, unos burros y paneles solares, baterías y una dinamo de bici les bastó para completar la aventura.
Cuenta Villoso que tanto la idea de la gira ecológica como la del disco ecológico parte del empeño de Jordi Skywalker de “aplicar a la música la forma de vida que lleva y que en su día hizo que se bajara de una formación rock de éxito en los 90, Buenas Noches Rose, y acabara residiendo en un pequeño de Zaragoza, Santa Cruz del Moncayo, viviendo de hacer pan en un rancho lleno de animales”.
El disco ecológico de la banda será su segundo trabajo, tras Corazón de Padre Atómico (2010), y estará compuesto por 12 nuevos temas que pretenden grabar durante un mes en una yurta mongol, empleando paneles solares que les permitirán, incluso, emitir en vídeo en directo -y por internet- todo el proceso de grabación del mismo.
A través de la web de 'crowdfunding' Goteo.org es como estos 'caminantes' han comenzado a recabar fondos. Les quedan sólo 19 días y un largo camino económico por recorrer, pero Villoso se muestra optimista y está convencido de que tienen posibilidades de lograr su propósito. Además de tocar el bajo, es el encargado de manejar la cámara de vídeo con la que el grupo registra su vida y hace también las funciones del inexistente 'manager'. Rememorando lo vivido durante 'La Gira en Burro' habla sin parar del espectacular recibimiento que se les dispensó en cada municipio por el que pasaron, el trato con la gente y la huella que dejó el grupo en sus vidas, lo vacías que quedaban las calles de los pueblos durante los conciertos y las generosas recaudaciones que conseguían pasando el gorro: “En Lerín hicimos hasta 400€ de sombrero, algo impensable de conseguir en una actuación en cualquier garito de Madrid”.
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