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Activismo Madrid
Okupación y desalojo exprés de la simbólica sede del Patio Maravillas en Pez

Concentración a las puertas del edificio okupado en el 21 de la calle del Pez

Luis de la Cruz

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El edificio de la calle del Pez 21, antigua sede del Patio Maravillas, volvió a ser un centro social okupado durante dos horas del viernes. A las 19.00 lo anunció la asamblea de La Ingobernable tras una potente escenificación pública, en la que se movilizaron unas doscientas personas en actitud festiva sobre el adoquinado de la calle del Pez. El colectivo afirmaba que la finalidad de la okupación era poner el edificio “a disposición de los movmientos sociales de la ciudad de Madrid”

El grupo manifestó que también okupaban el edificio “para luchar contra el cierre de centros sociales que Almeida está llevando a cabo en la ciudad”. Desde la fachada, que aún guarda recuerdos de la presencia del Patio Maravillas (como el colorido mural de la entrada) descogaban una pancarta en la que se puede leer: “Ellos por dinero. Nosotras por amor”.

El número 21 de la calle del Pez fue sede del Patio Maravillas desde enero de 2010 hasta junio de 2015. Desde entonces permanecía vacío y con las ventanas tapiadas, sin que el grupo propietario –Nivel 29, dueños también del Mercado de San Ildefonso– haya conseguido cambiar el uso del inmueble de residencial a terciario de hospedaje. La idea de los dueños del edificio idea era, primero, montar un establecimiento hostelero y después apartamentos turísticos.

La Ingobernable consideraba esta okupación como el canto de cisne del que habría de nacer un nuevo proyecto. El colectivo se disolvía y se abría un proceso constituyente. “Invitamos a las vecinas de Madrid a participar en el proceso constituyente para ampliar nuestras alianzas y actualizar el papel que juegan los centros sociales en la construcción de las luchas de la ciudad”, decía Andrés F, portavoz del colectivo.

La Ingobernable fue el centro social okupado autogestionado (CSOA) de carácter metropolitano que cogió el relevo en Madrid al Patio Maravillas. Funcionó en su sede de la calle Gobernador (junto al Paseo del Prado) de mayo de 2017 hasta noviembre de 2019. Posteriormente, ha tenido otras sedes efímeras –que fueron rápidamente desalojadas– en las calles de Alberto Bosch y Cruz. El pasado 8 de mayo también okuparon la sede de UGT en la calle de Hortaleza (donde se hará un hotel) pero la policía desalojó el edificio a la mañana siguiente.

El desalojo, al minuto

A partir de las 19.30 h. la zona fue acordonada por la policía, que parecía querer desalojar y efectuaba cargas. Las personas congregadas por La Ingobernable gritaban “10, 100, 1000 centros sociales”.

A las 20.15 la policía echaba de la puerta a la gente que resistía sentada frente a ella pero en ese momento no entraba en el edificio.

La Ingobernable anunciaba a las 20.40 que se estaba desalojando el edificio “sin orden judicial”.

Un desalojo “ilegal”, según La Ingobernable

Un día después de los hechos, desde el movimiento de La Ingobernable aseguran “que la policía admitió que no tenía orden de desalojo y procedió igual, usando la fuerza de manera desproporcionada y con violencia ante una concentración pacífica”.

La actuación de este viernes la comparan con la que tuvo lugar el 13 de noviembre de 2019, cuando el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ordenó el desalojo del Centro Social La Ingobernable, situado en la calle Gobernador, de forma ilegalo, como fue después ratificado por la justicia. Los hechos fueron juzgados en el año 2020 y rafiticados hace unos meses por el Supremo, con la desestimación del recurso del Ayuntamiento de Madrid.

“El centro social considera de extrema gravedad que el ayuntamiento de Madrid trabaje desde la corrupción , la fuerza y la ilegalidad para extirpar aquellos espacios que entiende como adversarios políticos”, aseguran en respuesta a las palabras del alcalde de la capital, que afirmó en redes sociales que “Madrid no tolerará la ocupación ilegal”.

Este sábado el edificio de Pez 21 permanecía como después del desalojo del viernes, con una diferencia: se habían soldado varias barras metálicas a su puerta para impedir nuevas okupaciones.

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