La Comunidad protegerá el monumento de Don Quijote para impedir moverlo

Don Quijote no dejará de mirar al horizonte en Plaza de España. La presión de las asociaciones en defensa del patrimonio de Madrid ha hecho mella en la Comunidad, que ha anunciado que elevará la categoría del monumento a Cervantes para que no sea posible ni moverlo ni girarlo, informa El País. El gobierno de Ángel Garrido declarará este espacio Bien de Interés Cultural (BIC) para que obtenga la máxima protección y no sea posible modificarlo.

Esta decisión es la última china en el zapato que le ha puesto la Comunidad de Madrid al Ayuntamiento en su proyecto estrella, el de Plaza de España, que debido a diferentes retrasos no podrá estar acabado antes de las elecciones, como inicialmente planeaba el ejecutivo de Carmena. Primero fue con el mantenimiento de los muros para los Jardines de Sabatini, luego exigiendo un informe arqueológico y ahora con una de las actuaciones más polémicas que pretendía llevar a cabo el consistorio.

La decisión de girar el monumento chocó de frente con el proceso participativo con el que se inició la reforma de Plaza de España. El Ayuntamiento formuló entonces la siguiente pregunta a la ciudadanía: “La Plaza cuenta, entre sus elementos monumentales, con el Monumento a Cervantes, ¿Cuál crees que sería la mejor opción?” Pese a que miles de votantes apostaron por la opción “Mantener el conjunto”, el proyecto ganador para Plaza de España apostó por girarlo meses después y colocar a Don Quijote y Sancho Panza mirando al Edificio España, además de girar 180 grados el monolito donde está enclavado Cervantes.

La decisión de la Comunidad pone fin a esta polémica y protegerá un monumento que se ideó para conmemorar el tercer centenario del Quijote, en 1905, pero que no vio la luz hasta los años sesenta. Tanto se prolongó que tuvo que ser el hijo del escultor que inició los trabajos, Coullaut Valera, el que finalizara las esculturas que actualmente lo conforman. En este artículo repasamos la historia del conjunto dedicado a Cervantes, un espacio que cada día visitan cientos de turistas y que durante una época fue referente incluso de la extrema derecha.

Con la protección de este espacio, el Ayuntamiento se verá obligado a modificar ligeramente su proyecto de reforma de Plaza de España, aunque se elimina una de las actuaciones -la del giro del enorme monolito- que más complejidades técnicas implicaba.