“Los 'free tours' fomentan el turismo de baratillo, la precariedad laboral y no tributan”
“Los 'free tours' ni son gratis ni son baratos. Quienes se dedican a ello desarrollan una actividad económica por la que no tributan, no están dados de alta ni como trabajadores ni como autónomos, carecen de seguro de responsabilidad civil en sus paseos y la calidad de su servicio, por lo general, deja mucho que desear”, asegura Juan Carlos González, historiador con carnet de Guía Oficial de Turismo desde el año 2000 y presidente de Carpetania Madrid, una consolidada asociación profesional de guías expertos en paseos urbanos y un centro de iniciativas turísticas con sede en Malasaña.
González lleva años denunciando lo que considera un intrusismo profesional y una competencia desleal de personas que ejercen como guías de turismo sin acreditación alguna, un hecho permitido en la Comunidad de Madrid desde que Esperanza Aguirre liberalizó el sector en el año 2009, pero es con la reciente irrupción de herramientas en internet que ponen en contacto a visitantes y cicerones cuando se ha multiplicado y extendido por zonas no tan céntricas de la capital y que, por supuesto, ha llegado también a Malasaña. El formato que prolifera en la actualidad es el de solicitar propinas al terminar recorridos turísticos que falsamente se presentan como 'free', gratuitos.
Tras las polémicas generadas por plataformas 'online' de la llamada economía colaborativa como Airbnb o Uber en sectores como los de alquiler de viviendas turísticas y vehículos con conductor, respectivamente, que se pusiera el foco a lo que está sucediendo con los guías era cuestión de algo más de tiempo, dado que la actividad ni es tan escandalosa ni hay en el sector grupos de presión tan potentes como el de hoteleros y taxistas. Páginas de internet como Freetour.com, la pujante española Guruwalk o la pionera Sandemans se han convertido en aceleradoras de este fenómeno que afecta a los guías oficiales.
“Conviértete en guía local. Podrías empezar ganando desde 237 euros a la semana mostrando tu ciudad”, se anima desde Freetour.com a cualquier persona a probar fortuna en el sector. La inversión necesaria para comenzar es nula, lo mismo que el riesgo que asume en el caso de que no vaya bien. Las distintas plataformas que promocionan los 'free tours' suelen cobrar a estos una cantidad fija por cada cliente que les haya llegado a través suyo. La típica fotografía grupal de recuerdo que los 'free tours' animan a hacerse al grupo que han guiado es la que suele servir luego de 'recibo' a la hora de saldar cuentas entre 'free tours' y plataformas.
“Todo está relacionado, todo exige una regulación, las administraciones deben tomar cartas en el asunto de esta mal llamada economía colaborativa y que en nuestro caso se presenta en ocasiones tras el eufemismo de 'turismo solidario'”, afirma Juan Carlos González para continuar explicando que en Madrid los guías turísticos oficiales sufrieron primero la competencia desleal de quienes ejercían como tales alegando ser guías culturales para saltarse el requisito de obtener el correspondiente carnet; luego, capearon como pudieron la ya citada liberalización de Aguirre, pero que en estos momentos no sabe cómo aguantarán esta reciente avalancha de 'free'-competidores, ni la que se les viene encima, dado que el gigante Airbnb está animando a sus 'anfitriones' a que añadan al servicio de alojamiento vacacional que dan el de mostrar a sus huéspedes la ciudad, dentro de su estrategia de ofrecer “experiencias Airbnb” y que muchos apuntan que puede ser similar en lo turístico a lo que Amazon -que cabe recordar empezó sólo vendiendo libros- hizo en el sector de la distribución y venta online: la punta del iceberg que les lleve a lanzar una oferta global de todo tipo de propuestas turísticas para quienes deciden pernoctar en las viviendas que se anuncian en la plataforma.
Por un servicio de calidad al turista
Por un servicio de calidad al turista
Más allá del perjuicio económico que para los guías turísticos está suponiendo la proliferación de 'free tours', a Juan Carlos González, como historiador puntilloso que es, lo que también le preocupa es la calidad del servicio que se está dando a los visitantes: “A hacer de 'free tour' hoy se apunta cualquiera”. Según cuenta, el perfil de 'free tour' que prolifera en Madrid es el de una persona joven de entre 18 y 30 años -muchos, sin titulación alguna- que usa como herramienta de marketing un aspecto desenfadado y juvenil. “El colegueo con los clientes es lo que les permite luego, al finalizar los paseos, solicitar una propina sugerida: entre los 5€ y los 10€ para los españoles y entre 10€ y 15€ para los extranjeros, que siempre están más dispuestos a soltar algo más de pasta. Así pues, nada de 'free', nada de gratis, y tampoco nada de barato, nada de 'low cost', ya que un paseo de unas dos horas con un guía oficial puede salir por unos 10€, menos incluso de lo que suele pedir el 'free tour'”.
“Convocan por internet e inician un recorrido recitando en muchas ocasiones lo que leen en sitios como la wikipedia. También me he encontrado a gente que ha venido a nuestros paseos haciendo luego alguno similar como 'free tours'. Les han bastado dos horas con nosotros para copiarnos la ruta y ofertarla al mercado, cuando preparar concienzudamente el temario de un nuevo recorrido no te lleva menos de tres meses de investigación y estudio”, afirma González antes de seguir con el tema: “La guinda se la lleva cuando me cruzo con alguno de estos 'free tours' y le oigo decir cosas como -y esto es verídico- que el barrio de La Latina se llama así porque vivió en la zona una puta muy famosa que era de origen latino”.
El presidente de Carpetania Madrid dice comprender el hecho de que cada uno intente sacar dinero de donde buenamente pueda y reconoce que muchos de ellos no se dedican más que parcialmente a ejercer de guías para completar su sueldo, sin embargo asegura tener claro que los 'free tours' fomentan un “turismo de baratillo” y hacen caer la calidad de la oferta turística de lo que es la primera industria española. Además, asegura que fomenta la precariedad laboral puesto que más allá de quienes se dedican a esta actividad por libre también existen empresas que actúan en el sector y que tienen 'guías' sin una vinculación laboral reglada con ellos.
Un Guía Oficial de Turismo de la Comunidad de Madrid precisa cumplir una serie de requisitos para optar al carnet, entre los que están tener un grado, máster universitario oficial o ser Técnico Superior en Guía, Información y Asistencia Turísticas. También deberá dominar al menos un idioma además del español y pasar una serie de exámenes que acrediten sus conocimientos culturales sobre España y Madrid.
Por descontado, al ejercer una actividad económica debe de estar dado de alta como autónomo o bien estar contratado por una empresa y tributar por los ingresos que obtiene.
Al igual que Carpetania Madrid a nivel local, APIT (asociación profesional de informadores turísticos) y, sobre todo, CEFAPIT (Confederación de Guías Oficiales de Turismo de España) a nivel estatal están exigiendo una regulación global del sector, algo que se complica dado que cada comunidad autónoma tiene distinta legislación. También cada país europeo maneja de forma diferente el tema y así, por ejemplo, mientras que en Alemania jamás ha estado controlada mediante certificación alguna la profesión en Italia lo de los guías ha estado reguladísimo, lo cual tampoco libra al país en la actualidad de la 'invasión' de los 'free tours'. Al tiempo que negocian con las administraciones, los guías hacen un llamamiento al consumidor para que practique un “turismo responsable”.
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