El Ayuntamiento de Madrid ha decidido prorrogar el periodo de gracia que había concedido a los coches sin etiqueta en Madrid que pertenecen a residentes. A partir del próximo 1 de enero su circulación seguirá estando permitida en todo el término municipal durante todo el 2026.
El delegado de Movilidad, Borja Carabante, justifica esta medida “por el bajo impacto medioambiental” de estos vehículos, que cifra en unos 15.000 turismos, y por los buenos datos en materia de calidad del aire, debido a que la ciudad sigue cumpliendo el rango de límites máximos marcados por la Unión Europea.
También ha dejado claro Carabante que la prórroga afecta solo a los vehículos de residentes y que la circulación de los de fuera de Madrid sin etiqueta sigue vetada en todo el municipio.
La decisión, comunicada en la Junta de Gobierno de este jueves, se toma un año después de la prórroga que concedió el área de Movilidad a los propietarios de estos vehículos, que debían haber dejado de circular el pasado 31 de diciembre de 2024 pero a los que se otorgó un año más.
Carabante también ha informado de que mantendrá las ayudas por achatarramiento. El Consistorio continuará subvencionado con 1.500 euros a los propietarios de vehículos contaminante sin etiqueta que decidan deshacerse de su coche.
Esta nueva moratoria ha sido cuestionada por la oposición. Esther Gómez, concejala de Más Madrid y portavoz de la formación en la Comisión de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, recuerda que la prohibición de circulación de los vehículos sin etiqueta “lleva aprobada desde 2021 aunque el Partido Popular se niega sistematicamente a que entre en vigor sin fundamento sanitario ni ambiental”.
Gómez tacha de “desafachatez” que el Gobierno de Almeida se parapete en la calidad del aire de la capital pese a “un importante problema de ozono” y a que la ciudad “no cumple los estándares de la nueva normativa europea”. La edil recuerda que “miles de personas sufren problemas respiratorios agravados por la contaminación del tráfico”. Cree que el aplazamiento “antepone los intereses de unos pocos a la salud público” y recuerda que “seguir permitiendo estos vehículos beneficia a un 0,05% de la población y perjudica la salud del 100% de los madrileños”. Desde su punto de vista la medida, que “sitúa al Partido Popular en la senda más reaccionaria y negacionista”, “solo pretende contentar a sus amigos de la extrema derecha”.