Por fin está cerca un nuevo ciclo de homologación de consumos más realista
Si no hay novedades imprevistas, en septiembre de este mismo año 2017 las autoridades europeas implantarán un nuevo sistema de homologación de consumos, el RDE (Real Driving Emission), que por fin sustituirá al obsoleto ciclo NEDC, con arreglo al cual los fabricantes han conseguido en los últimos años unas cifras de gasto de combustible (y emisiones) alejadas absolutamente de la realidad.
¿Cómo funciona el malhadado NEDC? Hay que comenzar recordando que la prueba la realizan las propias marcas, aunque los resultados necesitan la certificación posterior de un organismo independiente reconocido de manera oficial; en Alemania, por ejemplo, las conocidas TÜV.
Todas las críticas que recibe y merece el ciclo guardan relación con el hecho de que el test se lleva a cabo en condiciones ideales. Es decir, dentro de una nave, a una temperatura agradable (unos 25º), sin carga, con todos los sistemas eléctricos apagados…
Eso no es lo peor: en la simulación de conducción tanto en recorrido urbano como de carretera se acelera de una forma tan lenta que, más que eficiente, resultaría penosa y peligrosa en tráfico real; estamos hablando de pasar de 0 a 100 km/h en 76 segundos, cuando un botijo de 75 caballos lo hace en menos de 15.
Por lo demás, la prueba permite a los fabricantes una serie de trucos adicionales que van desde montar neumáticos especiales e inflarlos mucho más de lo recomendable hasta desconectar el alternador, usar aceites de mínima viscosidad y, por supuesto, utilizar una caja de cambios con desarrollos desmesurados que convierten el coche en una auténtica chicane móvil en carretera.
Las consecuencias de este sistema irreal las ha cuantificado la plataforma Transport & Environment en un estudio según el cual la diferencia entre consumo real y homologado se sitúa para el total de fabricantes nada menos que en el 42%. Para entender del todo por qué el NEDC está tan desfasado es preciso señalar que esa discrepancia era del 9% en 2001 y del 28% hace nada, en 2012, lo que indica que la tendencia es alarmante.
De acuerdo con el informe, Fiat es la marca que aporta datos más fiables, con una desviación de solo el 35%, mientras que Mercedes llega al 54% de media y algunos de sus modelos como el Clase A y el Clase E alcanzan el 56%.
Con vistas a promover un ciclo de homologación más realista, algunos fabricantes –el Grupo PSA particularmente– se han atrevido a realizar pruebas de consumo en condiciones reales de conducción y han dado a conocer incluso que sus modelos gastan como promedio 1,8 litros/100 km más de lo establecido oficialmente.
Con excepciones, las marcas han intentado retardar todo lo posible la implantación del RDE, que entrará en vigor en septiembre solo para los turismos (un año más tarde para el resto de los vehículos) y establecerá un límite de emisiones que no podrá superarse en ninguna circunstancia.
Una de las razones que explican sus reticencias es que deberán comenzar a montar filtros de partículas en los motores de gasolina igual que han estado haciendo hasta ahora en los demonizados diésel, como ya se ha encargado de recordarles la comisaria de Industria Elzbieta Bienkowska.