Energy Observer: así es el barco propulsado con hidrógeno que patrocina Toyota
Después de liderar durante dos décadas la tecnología híbrida en automóviles, Toyota lleva otro buen puñado de años haciendo campaña en favor del hidrógeno como energía limpia capaz de propulsar todo tipo de vehículos. La última iniciativa a la que ha prestado su apoyo es el barco Energy Observer, una embarcación energéticamente autónoma –produce el hidrógeno que necesita para navegar– que, tras haber zarpado de Saint-Malo en 2017, pretende llegar a Tokio coincidiendo con el inicio de los Juegos Olímpicos de 2020.
Este buque del futuro se mueve con propulsión eléctrica gracias a una combinación de energías renovables y un sistema que produce hidrógeno a partir de agua de mar sin generar nada de carbono. Su funcionamiento carente de emisiones de gases de efecto invernadero ni partículas es el estandarte que se intenta exhibir durante su ruta de tres años, que le ha llevado por Francia durante el año pasado, actualmente por el Mediterráneo, donde tocará varios puertos españoles, y por el norte de Europa en 2019.
Merced a su sistema de producción de hidrógeno, el Energy Observer puede prescindir de la ingente cantidad de baterías que necesitaría para desplazarse un barco eléctrico cualquiera, lo cual reduce de forma considerable su peso y lo hace por tanto mucho más eficiente. Del mismo modo, el equipo de almacenamiento que incorpora sortea el problema del suministro de energía intermitente tanto en tierra como en el mar.
Toyota y su relación con le hidrógeno
La experiencia de Toyota con el hidrógeno abarca diversos campos relacionados más o menos directamente con el mundo de la automoción. Desde 2015 comercializa en varios países europeos con redes de suministro suficientes el coche de pila de combustible Mirai, que en España se ha podido ver en el Congreso Europeo de la Energía del Hidrógeno, celebrado en marzo en Málaga. El fabricante japonés también ha probado hace poco tiempo en entornos reales un camión propulsado por hidrógeno, que cubrió concretamente una ruta limitada entre los puertos de Los Ángeles y Long Beach, en la Costa Oeste de Estados Unidos.
Toyota ha presentado en recientes salones del automóvil distintos prototipos de pila de combustible como el monovolumen Fine-Comfort Ride y el autobús Sora, que se impulsa por medio de dos motores de Toyota Mirai abastecidos por 10 depósitos que albergan 600 litros de hidrógeno.
Otro de los proyectos más singulares de Toyota vinculados al elemento químico más ligero y abundante en la naturaleza ha tenido lugar en Yokohama, en la Bahía de Tokio (Japón), y consistió en implantar y evaluar una cadena de suministro de hidrógeno bajo en carbono producido a partir de energía renovable para su uso en carretillas elevadoras de la propia marca. La brisa del puerto en esa zona de Japón, conocida familiarmente como los vientos de Hama, se aprovechó para generar hidrógeno que se almacenaba y transportaba más tarde para ser utilizado como fuente de energía con la que alimentar la pila de combustible de las carretillas.
La firma de Aichi se ha planteado incluso producir este gas por medios aparentemente más insólitos. Por eso está construyendo una planta de trigeneración en la que quiere obtener electricidad, agua e hidrógeno a partir del estiércol de las vacas que viven en granjas lecheras de California. De los excrementos animales extraerán metano, y de ahí el hidrógeno.