Los militares censuran una obra de arte en el Festival Mucho Más Mayo de Cartagena

Unas barricadas frente al Arsenal Militar de Cartagena. Un comando ficticio con máscaras antigas que reparte carteles críticos en diferentes puntos de la ciudad portuaria. Unas redes que simulan una noche de pesca. Un pulpo que abraza la réplica del submarino de Isaac Peral. Las tres primeras obras han sido retiradas del Festival Mucho Más Mayo, mientras que la última ha sido reubicada.

La polémica está servida en la octava edición del Festival Mucho Más Mayo de Cartagena, una cita que el actual Gobierno de Movimiento Ciudano (MC) en coalición con el PSOE recuperó la edición pasada frente a los cuatro años de desaparición previos cuando el PP estuvo al frente del Ayuntamiento.

Ayer miércoles el almirante jefe del Arsenal Militar, Aniceto Rosique, pidió al consistorio que se retirara la obra El nacimiento de una nación de Úrsula Bravo y así se hizo. Se trataba de unas barricadas erigidas frente a la puerta del Arsenal con una bandera negra en la que se podía leer TAZ (Temporary Autonomous Zone). “Son las primeras arquitecturas de conquista de un territorio. Es una instalación arquitectónica site specific. Me ofrecieron colocarla en otro sitio, pero de ese modo la pieza se hubiera neutralizado ya que funcionaba como un espejo”, señala Bravo.

“Ha molestado por la cuestión simbólica, pero en cambio están alegando cuestiones de seguridad y terrorismo. En realidad, veo sometimiento de las personas y control de la expresión en lo que debería ser un ejercicio de empoderamiento del espacio público”, añade la artista murciana.

Domingo Llor también ha visto frustrado el desembarco del colectivo ficticio White True Society, quienes vestidos de negro y portando máscaras de gas de la Segunda Guerra Mundial iban a repartir cartelería con mensajes que denunciaban aspectos medioambientales o culturales. “Nos habíamos reunido previamente con la policía local para diseñarlo de una forma que no causara problemas en calles pequeñas y sin causar aglomeraciones y en ese momento pareció que todo iba bien. Pero de pronto al día siguiente redactaron un informe desaconsejándolo”, dice Llor.

“La explicación que me dieron es la alerta 4 de terrorismo en todo el país, más las maniobras de la OTAN, pero yo creo que no retiran esta performance por la seguridad, sino por un criterio decimonónico del arte que está en contra de la innovación”, añade el artista cartagenero, quien ya tuvo que ver modificada su instalación el año pasado en este mismo festival con una cadena de globos con forma de delfines que rodeaban el hall del Ayuntamiento con el mensaje Tú eres el rey. “El arte público de alguna manera siempre es político”, reflexiona Llor.

Por su parte, Miguel Ángel y Aitor tampoco podrán ver su exposición temporal Rederos en la calle Santa Catalina, donde vive el alcalde de MC José López, a punto de ser revelado en la alcaldía por la socialista Ana Belén Castejón tras dos años de Gobierno, y quien se dio de bruces con la instalación y la consideró peligrosa para los viandantes.

Los bomberos señalaron con posterioridad que había riesgo de incendio, además de que no se había pedido permiso a los dueño de los balcones de dos edificios donde se colgaba la red. La intervención quería emular una noche de pesca con una gran red sobre la calle con bombillas incandescentes con la que pretendían visibilizar la situación del sector pesquero en Cartagena.

En el caso de Belén Orta, quien además de artista también es coordinadora del festival en los barrios, no pudo montar su Estremecedor ataque, un pulpo gigante alrededor de la réplica del submarino de Isaac Peral en la rotonda del Paseo de Alfonso XIII , y lo tuvo que trasladar a la Muralla de Carlos III en la zona del puerto.

Mientras que la artista pretendía crear un juego metaliterario con la obra de Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne y el submarino de Peral, de nuevo desde el gabinete de la alcaldía señalaron un problema de anclajes. Orta está convencida de que no había ningún problema técnico y supo que el alcalde había dicho sencillamente que `No es no´.

“Hay 400 artistas participando en este festival y estamos hablando de tres obras que no han podido llevarse a cabo por motivos de seguridad y otra que ha sido reubicada por ese mismo motivo”, dice Ángel Tarifa, coordinador de comunicación del Gobierno.

“No podemos olvidar que el miedo está instalado en la calle porque en otras ciudades europeas han pasado camiones y se han llevado a gente por delante. En el equipo organizador del festival, además de responsables de Cultura y artistas tienen que contar con personas de Infraestructuras, de seguridad y bomberos para ver si esas estructuras son plausibles”, añade Tarifa.

El festival ha sido organizado por un equipo de la concejalía de Cultura en manos del PSOE. El jurado estuvo compuesto por el concejal de Cultura socialista David Martínez, el técnico de Cultura del Ayuntamiento Patricio Hernández, la gestora cultural Eva Cagigal, el programador del Teatro Circo de Murcia Juan Pablo Soler y el artista transmedia Diego Díaz.

En Cartagena ya se han producido otras polémicas relacionadas con la libertad de expresión. El mismo alcalde José López y el obispo José Manuel Lorca Planes cargaron el pasado noviembre contra el cartel del musical Mongolia que mostraba una imagen de la patrona de la ciudad con las caras de Donald Trump y Hillary Clinton.

López también determinó que se dejaran de celebrar conciertos del festival La Mar de Músicas en la Catedral Vieja, un espacio abandonado, pero que considera sagrado. El próximo mes de junio se producirá el traspaso de la alcaldía de José López a Ana Belén Castejón del PSOE.