Ángel L. Hernández, matemático y secretario de organización de Podemos Región de Murcia
Esta semana se ha publicado el último barómetro del CEMOP —el Centro de Estudios Murciano de Opinión Pública, vinculado a la Universidad de Murcia— y conviene abordarlo con la seriedad que merece. No todo son titulares rápidos ni ruido en redes. Como matemático y como secretario de organización de Podemos Región de Murcia, creo que es fundamental detenerse en lo que nos dicen los datos… y, sobre todo, lo que nos señalan las tendencias.
Porque una encuesta no es un resultado electoral, pero sí una radiografía útil del momento político. Y este barómetro deja algo muy claro: el espacio de la izquierda transformadora en la Región —que conformamos Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde— se mantiene con fuerza y, más importante aún, con tendencia al alza.
Esto contrasta frontalmente con lo que algunos quieren vender desde platós o desde determinadas cabeceras: un espacio fragmentado o irrelevante. Nada más lejos de la realidad. Frente a un relato mediático que infla opciones sin estructura ni militancia —como Sumar, que en esta encuesta ni siquiera alcanza el umbral mínimo de representación—, el barómetro del CEMOP constata la vigencia de una izquierda combativa, coherente y enraizada en la Región de Murcia.
Una izquierda que no aparece por generación espontánea ni por diseño en Madrid. Una izquierda que lleva años organizada, presente en conflictos laborales, ambientales, sociales, en las instituciones y en las calles.
Es también importante señalar que el trabajo de campo de este barómetro concluyó hace aproximadamente un mes. Desde entonces han pasado dos hechos políticos de especial relevancia: por un lado, la celebración de la V Asamblea Ciudadana de Podemos, que ha supuesto un refuerzo de nuestra estructura organizativa interna; por otro, el anuncio por parte del Gobierno de Pedro Sánchez de destinar más de 10.000 millones de euros a gasto militar.
Ambos eventos fortalecen —y no debilitan— la necesidad de una izquierda valiente, antimilitarista y autónoma del PSOE. Porque mientras se disparan los presupuestos para armas, siguen sin resolverse las urgencias sociales reales: listas de espera sanitarias, falta de vivienda pública, salarios precarios, crisis climática. Ahí es donde esta izquierda sigue marcando la diferencia: sin hipotecas, sin miedo y sin renunciar a lo esencial.
El barómetro también revela otro dato significativo: el 79% de los murcianos y murcianas muestra preocupación por los aranceles impuestos por Donald Trump. Este dato no puede interpretarse de forma aislada. Hay una conciencia creciente sobre los efectos globales de la política económica y comercial, pero también sobre la necesidad de soberanía y valentía política para plantar cara. ¿Quién está dispuesto a hacerlo? ¿La derecha servil de Vox, que aplaude todo lo que venga de EE.UU.? ¿El PSOE, que calla? ¿El PP, que solo mira a Bruselas?
Frente a esa sumisión, es más urgente que nunca una izquierda que defienda los intereses populares sin plegarse a lobbies ni a potencias extranjeras. Una izquierda que no duda ante una guerra, un tratado injusto o una privatización encubierta.
Como matemático, sé que no hay que perderse en los datos absolutos. Lo importante son las tendencias. Y la tendencia del espacio político que conformamos Podemos, Izquierda Unida y Alianza Verde es clara: consolidación y crecimiento. Seguimos siendo la opción preferida por una parte de la ciudadanía que no se resigna ni se vende. Que exige justicia social, feminismo, ecologismo, y una democracia real.
En la Región de Murcia no hay espacio para experimentos diseñados en despachos de fuera. Aquí, la alternativa real ya existe. No hace falta inventarla: está organizada, se presenta a las elecciones, debate en la Asamblea y lucha en los barrios.
El CEMOP —como centro de estudios vinculado a nuestra universidad pública— nos da una herramienta para leer el presente. Ahora toca estar a la altura y construir el futuro con rigor, con estrategia y con firmeza.