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Mestipen, libertad más que nunca

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El día del Orgullo LGTBIQ es un día para reafirmar las identidades y las orientaciones sexuales históricamente marginadas y reprimidas y aunque en los últimos años se han realizado numerosos avances en cuanto a políticas que favorecen la igualdad, la imagen social, aún, hoy día, existen 35 países en los que el matrimonio igualitario es ilegal frente a los 31 países en los que sí es legal. Hemos visto recientemente como Disney ha incluido un beso lésbico en una de sus películas y ha llevado aparejado en redes un discurso lleno de odio e incluso se ha prohibido su emisión en 14 países y así un largo etcétera de desigualdades que vivimos dentro del colectivo LGTBIQ.

Por desgracia la carga del rechazo, la discriminación, la exclusión, la interseccionalidad son realidades con las que nosotros, la comunidad gitana, lidiamos casi a diario entre otras cuestiones porque no se nos ha hecho justicia social, no se revierte la imagen negativa que durante años se ha ido vertiendo a través de leyes antigitanas y a través de falta de sensibilidad en los medios, el silencio y el olvido de nuestra historia. Es por eso que pedimos diversidad, heterogeneidad que se nos reconozca como persona gitana y con una identidad sexual diversa, como persona gitana y trabajadora, como persona gitana activista por los derechos de las personas, como persona gitana desligada de la exclusión y la marginalidad porque esas realidades también existen y sirven de apoyo para construir una sociedad más igualitaria y equitativa. Una victoria social es poder ver con normalidad el amor libre, es ver con normalidad a la comunidad gitana dentro y fuera del colectivo LGTBIQ.

Hoy es un día para hablar del doble estigma al que nosotros, la comunidad gitana LGTBIQ nos enfrentamos, lidiamos a diario con la múltiple discriminación: por pertenecer al pueblo gitano y, además, por tener una identidad sexual diferente a lo que socialmente “está bien visto”, tanto en la sociedad mayoritaria, como en nuestro propio pueblo. Y esta es una realidad de la que no se habla, está silenciada, oculta y hoy queremos darle visibilidad, porque es necesaria la unificación de esfuerzos más que nunca. Esta semana en la Asamblea de la Región de Murcia hemos podido ver cómo nuestra libertad, nuestra razón de ser y/o sentir, están en peligro. Tras no haberse aprobado la propuesta de prohibición de las terapias de conversión, cuyo objetivo es “curar” la homosexualidad y las cuales están basadas, generalmente, en la identificación de la disidencia sexualidad un como pecado, por lo que, en países como Francia, muchas de estas terapias, consistían en exorcismos. En este sentido, el Parlamento Francés aprobó en enero de este año Prohibir estas terapias de conversión. “Esas prácticas indignas no tienen cabida en la república, porque ser uno mismo no es un crimen, porque no hay nada que cura”, sentencia Macrón. Estas terapias serán penadas con penas de hasta 3 años de cárcel y 45.000 de multa.

Por ello, la comunidad gitana LGTBIQ+ queremos estar presentes en la lucha y hacer un llamado para seguir avanzando en la conquista y reconocimiento real de derechos, para que podamos dar un paso hacia delante como sociedad, una sociedad diversa, empoderada y sobre todo libre. “Sastipen thaj Mestipen” que quiere decir “Salud y Libertad”. Este es nuestro lema y hoy cobra más sentido que nunca; reivindicamos una sociedad sana de prejuicios, estigmas y libre. Libre de odio, libre para amar, libre para sentir y libre para vivir. Las personas LGTBIQ no necesitamos terapia, puesto que no tenemos que curarnos de nada, lo que tiene que curarse es el odio y la incultura. Queremos plantear un avance conjunto en la defensa, ejercicio y reivindicación de derechos, ante la realidad sociopolítica en la que nos encontramos, se hace más necesario que nunca aunar esfuerzos y luchar juntos y juntas de la mano.

El día del Orgullo LGTBIQ es un día para reafirmar las identidades y las orientaciones sexuales históricamente marginadas y reprimidas y aunque en los últimos años se han realizado numerosos avances en cuanto a políticas que favorecen la igualdad, la imagen social, aún, hoy día, existen 35 países en los que el matrimonio igualitario es ilegal frente a los 31 países en los que sí es legal. Hemos visto recientemente como Disney ha incluido un beso lésbico en una de sus películas y ha llevado aparejado en redes un discurso lleno de odio e incluso se ha prohibido su emisión en 14 países y así un largo etcétera de desigualdades que vivimos dentro del colectivo LGTBIQ.

Por desgracia la carga del rechazo, la discriminación, la exclusión, la interseccionalidad son realidades con las que nosotros, la comunidad gitana, lidiamos casi a diario entre otras cuestiones porque no se nos ha hecho justicia social, no se revierte la imagen negativa que durante años se ha ido vertiendo a través de leyes antigitanas y a través de falta de sensibilidad en los medios, el silencio y el olvido de nuestra historia. Es por eso que pedimos diversidad, heterogeneidad que se nos reconozca como persona gitana y con una identidad sexual diversa, como persona gitana y trabajadora, como persona gitana activista por los derechos de las personas, como persona gitana desligada de la exclusión y la marginalidad porque esas realidades también existen y sirven de apoyo para construir una sociedad más igualitaria y equitativa. Una victoria social es poder ver con normalidad el amor libre, es ver con normalidad a la comunidad gitana dentro y fuera del colectivo LGTBIQ.