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Mascarillas en vez de sofás: fábricas de un pueblo de Murcia cambian la línea de producción para coser la prenda más solicitada

Las trabajadoras de Fama Sofás, que han puesto sus manos estos días a disposición del proyecto

Erena Calvo

Murcia —

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Juana, Beatriz, Ana, María, Pepa o Dolores cosían telas de sofá hasta hace tres días. Desde este miércoles, junto a otras 15 mujeres, se dedican “día y noche” a fabricar mascarillas para proteger a la población más vulnerable del coronavirus. Lo hacen en las instalaciones de Fama Sofás, en la localidad murciana de Yecla, “que parecen un hospital desde que empezamos la producción porque hay que seguir unas medidas muy exigentes de desinfección”, cuenta a eldiario.es Región de Murcia Félix López, gerente de la empresa.

A Félix se le escapan algunas lágrimas de emoción. “Todo esto se está haciendo de manera altruista y ya se han sumado una treintena de empresas de Yecla para echar una mano y poner también sus medios a disposición”. Todo empezó el pasado martes con una llamada del departamento de compras del Servicio Murciano de Salud (SMS). “Nos preguntaron si podíamos fabricar mascarillas”. Y aunque nunca lo habían hecho, la respuesta fue positiva. 

En el Hospital de Yecla recogieron el modelo, tomaron nota de las necesidades más urgentes y se pusieron manos a la obra. “Las mascarillas que utilizan están fabricadas de forma mecánica, con robots, y hemos intentando adaptarlas porque las hacemos de manera manual”. De los siete prototipos que idearon, uno funcionó “y nos lo aprobaron”.

Un día después, el miércoles, ya estaba la fábrica totalmente desinfectada y las máquinas listas para empezar la producción. “Al poco nos enteramos de que un familiar de uno de nuestros empleados estaba infectado y decidí paralizarlo todo porque estábamos nerviosos”. 

Lo más bonito de todo, cuenta Félix, es que no habían pasado a penas unas horas y las cosedoras “no dejaban de mandarme mensajes para continuar, diciéndome que no podíamos abandonar, y desde entonces ya hemos fabricado por lo menos 8.000 mascarillas”. Una de ellas, y ante el aluvión de peticiones que han llegado a la empresa, ha grabado un tutorial de siete minutos en el que explica todo el proceso desde el momento de la desinfección, que hay que repetir a diario. 

Se están sumando empresas “de una forma increíble”, relata Félix. “Habíamos agotado todo el tejido que teníamos y ya contamos con otras dos empresas que acaban de recibir contenedores y los han puesto a disposición del proyecto”. Mientras llegan las “oficiales”, señala, “nosotros vamos haciendo estas”. Esperan llegar a las 10.000 diarias con todos los socios que se han apuntado.  

El material que emplean es el TST o tejido sin tejer, muy resistente, que se usa normalmente para el recubrimiento de los bajos de los sofás. “Hay quien ha dicho que no están homologadas, pero estamos en una situación de emergencia y para muchas personas están resultando útiles”. No solo para hospitales, este viernes han hecho una entrega a la Policía y a personal de supermercados. “Hay personas que trabajan de cara al público y nos llaman desesperados porque se están protegiendo con bolsas de basura”.

De todo esto, Félix se queda con la solidaridad de la sociedad española. “Tenemos lista de espera de mujeres de Yecla para ponerse detrás de la máquina”. Eso sí, asegura que “no se para de coser”, pero extremando los protocolos de higiene. “No podemos perder el control”. 

Fama Sofás no dejó de trabajar hasta el pasado miércoles, cuando arrancaron el proyecto para abastecer de mascarillas los hospitales. Y van a aplicar un ERTE, pero a partir de abril para que los empleados puedan cobrar su nómina. “Hemos tenido que pedir unos préstamos importantísimos, de un millón, para hacer frente a los pagos”.

Su mayor preocupación ahora es luchar para que no se destruyan puestos de trabajo. “Nosotros somos 200 trabajadores, y somos como una familia”. Félix cruza los dedos y recuerda la crisis de 2008, en la que se destruyó el 70% del tejido producto del municipio, dedicado en su mayoría a la industria del mueble. “Nosotros fuimos de los pocos casos que sobrevivió, además creciendo porque exportamos el 75% de nuestra producción”. Sin perder de vista el escenario que se avecina, y como el resto de sus compañeros y vecinos, se ha volcado totalmente ahora en su nuevo proyecto: proteger a los colectivos que están más expuestos al virus.

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