Laura tiene 39 años y tuvo su primera hija hace dos. Es muy deportista y durante todo el embarazo entrenó fuerza y cardio. Un mes después de parir, le apetecía volver al gimnasio, y así lo hizo. Eva, también deportista, tuvo dos hijos y dos pospartos muy distintos: mientras que en el primero se esforzó para recuperar su cuerpo anterior al embarazo, en el segundo decidió priorizar el descanso. A María se le complicó la recuperación tras un parto por cesárea y tardó más de dos años en poder hacer ejercicio.
Muchas mujeres que han estado embarazadas se plantean cuándo es el mejor momento para volver a hacer ejercicio —o para empezar a hacerlo— después del parto. Para Sandra Gómez, fisioterapeuta y sexóloga en Fisio Especialistas, hay que saber calcular bien cuándo retomar el deporte. “El mejor ejercicio posparto es no empezar antes de tiempo”, explica la experta. “Durante el embarazo y el parto hemos atravesado una transformación profunda, y ahora toca recuperarse, con tiempo y sin prisas. Cada posparto es único y dependerá de cómo ha sido el embarazo, el parto y la llegada del bebé. Lo ideal es hacer una valoración abdomino-pélvica antes de retomar el ejercicio y preguntarnos: ¿qué quiero hacer, cómo y para qué?”, reflexiona Gómez.
La fisioterapeuta, que trabaja a diario con mujeres en posparto, cree que priorizar el descanso es una de las claves durante esta etapa. “Descansar no es parar, es reparar. El cuerpo necesita tiempo y cuidado para regenerarse tras el embarazo y el parto, no exigencias ni prisa por volver a la ”normalidad“. Nos han vendido la cuarentena como el punto en el que ya deberíamos ser las de antes, igual de productivas y activas. Pero no es así. Cada mujer necesita su propio tiempo, según su vivencia y proceso, y eso debe ser respetado”, asegura Gómez.
Descansar no es parar, es reparar. El cuerpo necesita tiempo y cuidado para regenerarse tras el embarazo y el parto, no exigencias ni prisa por volver a la "normalidad
Coincide con este criterio la entrenadora y atleta Carmen Sánchez Parrondo, especializada en el entrenamiento de fuerza para mujeres. “Mi consejo es entrenar durante el embarazo y que el entrenamiento forme parte de tu naturaleza. Entonces estarás mucho más conectada con tu cuerpo, tanto en el parto como después de él”, explica la deportista. “â Cada mujer es diferente y hay que respetar sus ritmos. Empezar a entrenar antes de tiempo no es lógico ni saludable, te expones a riesgos innecesarios como prolapso, dolores pélvicos y malestar general”.
Eva tiene dos hijos pequeños y conoce en primera persona las consecuencias que puede tener volver al gimnasio con prisa. “Siempre he hecho mucho deporte, y viéndolo con perspectiva, creo que en parte lo he hecho para estar en forma y cumplir con los estándares físicos. En el primer posparto, hace cinco años, me empeñé en volver a entrenar muy rápido y machacarme mucho creyendo que iba a recuperar mi cuerpo anterior, pero empecé a sentirme mal y me di cuenta de que era insostenible. Las noches sin dormir, la lactancia y las cicatrices del parto me impedían entrenar como quería, era muy frustrante. Pero yo aun así seguía empeñada en hacer deporte básicamente para perder peso”, recuerda. Cuando su segunda hija nació, se lo tomó de otra manera: “Comprendí que no podía pretender estar a tope unos días después de parir y, aunque me esforzaba por mantenerme activa, hacía un deporte mucho más suave: salir a pasear, nadar un rato, estirar… poco a poco fui encontrándome mejor y retomé los entrenamientos de fuerza”, asegura.
Cuando el cuerpo y la mente estén listos
Para Laura, mantenerse activa durante el embarazo fue una de las claves para cuidar su salud física y mental. Lleva muchos años haciendo todo tipo de deportes, y cuando se quedó embarazada siguió entrenando con normalidad, “lógicamente adaptando algunos de los ejercicios”, explica. “Siempre me ha gustado hacer todo tipo de deportes, me sienta bien física y mentalmente; tengo ansiedad y me ayuda a controlarla. Así que durante el embarazo seguí en la misma línea, y eso me ayudó a tener un buen parto y posparto. Cuando nació mi hija, prioricé volver al gimnasio pronto porque ese ratito a solas me daba la vida”, recuerda. Ahora está otra vez embarazada y sigue con su rutina habitual: “dos entrenamientos de fuerza a la semana y un par de días de cardio”, cuenta.
En el posparto es importante que encontremos espacios de cuidado no solo para el bebé, sino también para la madre, pero eso puede tener aspectos muy diferentes en función de cada persona y cada momento del posparto
Marta Fernández, psicóloga clínica especializada en maternidad, cree que es importante que, las mujeres que lo deseen, encuentren “el sostén necesario para dedicarse tiempo”. “En el posparto es importante que encontremos espacios de cuidado no solo para el bebé, sino también para la madre, pero eso puede tener aspectos muy diferentes en función de cada persona y cada momento del posparto. Darnos ese espacio puede ser una ducha sin interrupciones, salir a tomar café con una amiga, y para algunas mujeres, puede ser volver a ir recuperando el ejercicio físico, si es desde el disfrute y desde encontrar placer en el movimiento y la actividad”, expone la psicóloga. Y añade: “Desde una perspectiva de salud mental, respetando los ritmos del cuerpo, una actividad física suave es beneficiosa”.
La psicóloga invita a que esa vuelta al ejercicio físico se haga desde la reflexión de lo que realmente quiere hacer cada una. “Creo que es muy importante pensar en por qué queremos hacer ejercicio físico y qué ejercicio queremos hacer. ¿Es que queremos adelgazar inmediatamente y volver a nuestro cuerpo de antes? ¿O queremos estar activas para sentirnos mejor?”, cuestiona Fernández. La fisioterapeuta Sandra Gómez sostiene que la salud mental y la física van de la mano en el posparto. Por eso también cree que cada una tiene que preguntarse cuándo quiere retomar el deporte. “El mejor momento para volver a hacer ejercicio no es cuando lo dicta la presión social, sino cuando el cuerpo y la mente están listas”, asegura.
La experiencia de parto de María fue “traumática”: “Sufrí violencia obstétrica y me quedaron muchísimas secuelas físicas y mentales”, explica. “Lo peor de todo es que esto derivó en una depresión posparto que me hizo pasar en la cama la mayor parte del tiempo”, recuerda. Estuvo en esa situación más de dos años. Con acompañamiento psicológico y sesiones de rehabilitación, su situación ha ido mejorando. “Mi hijo va a cumplir tres años y es ahora cuando estoy retomando mi vida, mi trabajo y también mis ratos de hacer ejercicio. Nunca me ha gustado mucho el deporte, pero intento moverme para estar bien. He retomado las clases de baile y salgo a pasear con amigas habitualmente”, explica esta madre.