Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

Este blog pretende ser la primera ventana a la publicación de los futuros periodistas que ahora se están formando en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV/EHU. Son las historias que los propios estudiantes de periodismo proponen a nuestros lectores.

2.000 años con la misma historia

Restos del poblado romano de Forua. Fuente: https://goo.gl/GI3clU

Tania Valverde Felipe

Fue en el siglo III a.C. cuando entraron por el mediterráneo colonizando toda la costa. Sus intereses eran económicos, como los de los anteriores invasores, los fenicios y los griegos. Pero los romanos a diferencia de ellos venían con un claro objetivo: derrotar a los cartagineses, la población invasora que en esos momentos vivía allí. La península ibérica era un punto muy importante en el mediterráneo gracias a sus materias primas y teniendo en cuenta que la sociedad romana era terriblemente capitalista y esclavista no es de extrañar que se interesaran por tal tesoro. Además, ante ellos no había opción posible, o se aceptaban sus normas o mataban a todo aquel al que se le ocurriese levantarse contra ellos.

A pesar de su violencia no se puede negar que las aportaciones que dejaron cambiaron a mejor la vida de los habitantes, por no mencionar que en parte fueron los responsables de que la península se hiciera rica. En concreto hubo cuatro extraordinarios cambios. Una de sus grandes aportaciones fue la conducción del agua potable a las aldeas, lo cual cambió totalmente la forma de ocupar el territorio.“Roma encuentra grandes fortificaciones llamadas castros en las que los pueblos viven con su ganado. Cuando Roma asimila los pueblos indígenas crea un estilo de vida en el que no hace falta vivir dentro de esas fortificaciones. Se crean zonas de poblamiento, que son el comienzo de las aldeas” explica Mikel Unzueta, arqueólogo que trabaja en la Diputación foral de Bizkaia en el ámbito de la cultura unitaria y uno de los que descubrieron y todavía excava Forua, la primera población romana que se encontró en Bizkaia.

Aún se mantiene el esquema que utilizaban los romanos para construir las ciudades. Este se llama “trazado hipodámico”, que recibe el nombre del que se cree que fue su creador: Hipodamo de Mileto. Sigue un sistema muy práctico ya que todo es paralelo o perpendicular, por lo que orientarse es muy fácil. El trazado es tan funcional que hoy en día ciudades como Barcelona o Nueva York son totalmente hipodámicas. “Los romanos llegaban a una ciudad y lo primero que hacían era un cruz. Marcaban el cardum y el decumanus y a partir de ahí empezaban a hacer manzanas de casas” aclara María Teresa Mínguez, más conocida como Maite en el instituto Gabriel Aresti, donde imparte clases de latín desde hace años, doctora en Filosofía y Letras, rama Prehistoria y Máster en Arqueología.   

      

Otra de las razones por las que Hispania enriqueció fue por el cambio económico. La economía prerromana era autárquica y los romanos trajeron un sistema jurídico (del cual hoy en día se mantienen las bases) que impuso los medios de transporte, por lo que a partir de entonces pueden comercializar. Todo esto lo facilitaron con la construcción de las calzadas romanas.

Uno de los aportes más notables ha sido la lengua. El hecho de que impusieran el latín ha derivado en la creación de las lenguas romances que actualmente encontramos en la ahora España: el catalán, el gallego y el castellano. Las tres se superpusieron a las lenguas ibéricas e indoeuropeas iniciales. La desaparición de estas últimas fue provocada entre los siglos I y II d.C.

El cambio que más tardó en llegar fue el cristianismo. Este llegó en el siglo V d.C., es decir, 300 años después que los otros. Pablo de Tarso, también conocido como San Pablo, creyó que si el cristianismo se sacaba de Jerusalén se podría hacer mucho más con él. Así pues, a mediados del siglo I d.C. comenzó a extender la religión al pueblo romano. 300 años después sería cuando el cristianismo estuviera completamente asentado en Roma. Además, Constantino I, emperador romano desde el siglo IV d.C. hasta el comienzo del siglo V d.C., ya había dictado que la religión oficial romana era el cristianismo. Unzueta afirma, “si nosotros somos ahora cristianos es porque en el siglo IV y V, por etapas, se fue moviendo más hacia occidente, por lo que nuestro cristianismo es romano y el oriental es griego, por eso nuestros textos están en latín”. A pesar de la implantación, las demás religiones no se eliminaron, convivían juntas, aunque hay que señalar que los ritos antiguos romanos fueron desapareciendo. 

Y no fue lo único que desapareció. Ninguna cultura prerromana sobrevivió a los romanos. Hay una creencia popular que dice que Roma fue impresionante, una civilización grandiosa a la que hay mucho que agradecer. Y sí, hay mucho que agradecer. El problema se encuentra en que la seducción del cine ha creado una visión incorrecta de lo que verdaderamente fue. A esto se le denomina peplum. Era el nombre de una coraza que llevaban los soldados romanos pero ahora también se utiliza para calificar a las películas sobre la Antigua Roma. Tal y como dice Unzueta, “la visión que tenemos de Roma está manipulada por los medios de información, sobre todo por las películas”. En estas presentan una Roma maravillosa pero en realidad ¾ partes de la población eran pobres. Sí es cierto que las ciudades estaban plagadas de esculturas pero estas pertenecían a los ricos, de hecho, eran los ricos quienes creaban las termas, las esculturas, los anfiteatros… para aportarlos a la ciudad y así ellos sentirse más cómodos en el entorno. Una gran frase que aparece en un reportaje de Mary Beard titulado “la Antigua Roma aún importa” es, “no hacemos ningún favor a los romanos considerándolos héroes, tampoco demonizándolos”. Al igual que lo mencionado al principio los romanos eran terriblemente capitalistas y esclavistas y esta es probablemente la parte de la historia de la que menos se haya hablado.

Lo que los romanos querían de verdad de la península eran sus productos. Por eso, una vez derrotados los cartagineses lo que más les interesaba era gestionar productos como el trigo, la oliva y el vino para llevarlos a Italia. En este punto Mínguez añade, “a ellos lo que más les interesa es gestionar esos productos, llevárselos y comercializarlos en Italia con nombre italiano, algo que hoy en día sigue pasando. Se llevan el aceite de Andalucía y lo comercializan como si fuera italiano. O sea, las cosas han cambiado muy poquito”. Querían tener controlados los medios de producción y, sin contar la venta de esclavos, se aprovecharon de tres formas que había en aquel entonces para conseguir riqueza: la agricultura, la ganadería y la minería. Para Roma lo más importante era el oro, después la plata, luego el bronce, a continuación el hierro y por último las piedras ornamentales, que son los mármoles. Un dato muy curioso es que el orden de importancia de las tres primeras se sigue manteniendo y se utiliza, además, a la hora de entregar premios.

El oro lo sacaban de Esbeltez, cerca de San Juan de Luz, la plata y el plomo de Irún (Gipuzkoa) y el bronce de Galicia. Para su uso personal excavaron las canteras de Ereño (Gernika, Bizkaia) para sacar caliza roja. Estas últimas las sacaban bien cortadas para hacer esquelas funerarias, molduras y placas que luego vendían en el cantábrico y en el interior. La madera la sacaron de Navarra, de un frondoso bosque que ahora se conoce como el Desierto de las Bardenas Reales. Fueron ellos quienes empezaron a gestionarlo pero se remató en la edad moderna porque de ahí se sacaron las maderas para hacer la armada invencible en el imperio español.

Los romanos eran muy inteligentes y prácticos, por eso de las zonas que conquistaban siempre cogían lo mejor. Las civilizaciones que convivían junto a Roma eran igual de violentas y sangrientas que ellos pero Roma triunfaba siempre porque tenía un gran número de soldados en el campo de batalla. Su estrategia se encontraba en los países conquistados. A los habitantes de estos les daban la ciudadanía romana y los utilizaban como mano de obra. De hecho, se sabe que hubo muchos soldados euskaldunes, ya que eran muy buenos guerreros. Formaban parte de las cortes auxiliares y actualmente es posible encontrar lápidas de ellos por Europa. “Ser soldado del ejército romano era muy ventajoso ya que tenías un sueldo y además cuando te retiraban a los 35-40 años, te daban unas tierras y te volvías a tu sitio” comenta Mínguez.

Las similitudes entre el mundo que dejaron y su propio mundo no terminan ahí. Hay situaciones que hoy en día se tratan exactamente igual, aunque habría que añadir que los romanos no tenían tanta piedad. El reportaje anteriormente mencionado comienza con un ejemplo que trata una de ellas. En la época romana hubo una crisis migratoria en la que refugiados del norte de Europa traspasaban el río Danubio para entrar al imperio romano. Se aluden dos de las varias soluciones con las que enfrentaron la migración: una fue darles de comer carne de perro que no estaba destinada al consumo humano y la otra fue pasar a los inmigrantes al oeste para olvidarse del problema. No hay que engañarse pensando que moralmente eran mejores que la actual sociedad: los políticos eran igual de mentirosos y corruptos, los jóvenes estaban más interesados en la fiesta que en los estudios y desde el asesinato de César matar en nombre de la libertad se considera justificable.

Todo lo que tenían de bueno y de malo ha llegado hasta la actualidad, han estado siempre presentes en las diferentes épocas, durante 2.000 años. Un mundo que no se esconde pero que en ocasiones queda oculto por el peso del tiempo con cada descubrimiento da una respuesta a lo que la sociedad de hoy en día es. Y así, en esta larga trayectoria que pasa de generación en generación se es más consciente de que en realidad la historia sólo se repite una y otra vez pero con nombres diferentes.

 

Sobre este blog

Este blog pretende ser la primera ventana a la publicación de los futuros periodistas que ahora se están formando en la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la UPV/EHU. Son las historias que los propios estudiantes de periodismo proponen a nuestros lectores.

Etiquetas
stats