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El “cordón sanitario”, una cuestión de defensa de las libertades

Santiago Abascal junto a Ortega Smith, Rocío Monasterio y Espinosa de los Monteros.

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Como aseveraba el Foro para la Integración Social de los Inmigrantes en junio de 2021, con motivo del cobarde asesinato de Younes Bilal por el mero hecho de ser emigrante ocurrido en Mazarrón: “Asistimos con enorme preocupación, a un crecimiento de mensajes racistas y xenófobos contra las personas inmigrantes, incentivados desde determinadas posiciones políticas y sociales, que buscan generar miedo en la ciudadanía, rechazo y odio hacia los vecinos y vecinas de origen inmigrante, a la vez que enfrentamiento entre personas en situación de vulnerabilidad por el acceso a los recursos. Mensajes racistas y de odio que, de no atajarlos, se convierten en comportamientos racistas y en delitos de odio”

Los delitos de odio aumentaron en 2021 en España con respecto al año anterior comparable, 2019 en 9,3% y la mayoría tuvieron como causa el racismo, la ideología y la orientación sexual: precisamente tres de los aspectos más llamativos del programa de Vox sobre el que reflexionaré a continuación. 

Llega el momento de tomarse en serio la naturaleza de este movimiento de extrema derecha. ¿Cuál es su ideario? Extraeré sus propuestas principales de su Agenda España, donde ha actualizado en octubre 2021 su programa político

  • Contra las libertades:
  • “Ilegalización de los partidos, asociaciones u ONG que persigan la destrucción de la unidad territorial de la Nación y de su soberanía”.
  • “Suprimir todos los organismos ideológicos y subvenciones a partidos, sindicatos, patronales y otros entes políticos”.
  • “Garantía efectiva del derecho al trabajo prohibiendo las acciones coactivas en las huelgas políticas”.
  • Franquismo ideológico y político:
  • Derogar todas las leyes que alienten el enfrentamiento y la división entre españoles, como las llamadas leyes de “memoria democrática” o “memoria histórica”.
  • “Creación de un estado unitario, administrativamente descentralizado”.
  • “Difundir y proteger la identidad nacional y la aportación de España a la civilización y a la historia universal, con especial atención a las gestas y hazañas de nuestros héroes nacionales dentro y fuera de nuestras fronteras”. 
  • Contra las conquistas de la mujer:
  • “Derogación inmediata de la Ley Integral de Violencia de Género”
  • “Derogar instrumentos políticos ineficaces y discriminatorios tales como las cuotas, la paridad obligatoria o la preferencia de un sexo sobre otro en la contratación pública”.
  • “Dignificar y bonificar la decisión de uno de los progenitores de dedicarse en exclusiva al cuidado y educación de los hijos”.
  • “Derogación de la Ley de Eutanasia y de la Ley del aborto libre”
  • Fomento del racismo y la xenofobia:
  • “Inmediata expulsión de todos los inmigrantes que accedan ilegalmente a nuestro país”.
  • “Cierre de los centros de MENAs. Todos los menores extranjeros deben ser repatriados con sus padres a sus países de origen de forma inmediata”.
  • “Los inmigrantes ilegales no pueden empadronarse”.
  • “Eliminar el acceso a la sanidad de quienes violentan nuestras fronteras”.
  • “Garantizar la presencia policial en todas las calles y todos los barrios de España imposibilitando la creación de guetos como ya ocurre en muchos lugares de Europa, donde el Estado de derecho desaparece y se impone la ley islámica”.
  • “Cierre de las mezquitas fundamentalistas”.

Sí. Han leído bien. Todo esto y mucho más (en el terreno del proteccionismo, antieuropeísmo, y planteamiento fiscal neoliberal) es el programa de gobierno de Vox, lo que quiere hacer cuando esté en un gobierno.

Una de las ideas que más atenta contra la convivencia en paz en España es la de ilegalizar partidos políticos. Solamente a partir de postulados como éste se comprende el odio que destila esta formación respecto a las formaciones políticas radicales. Profesar, en tromba y en secuencia, cortapisas enormes respecto al pluralismo político, la libertad de expresión, la de pensamiento o la de asociación son negaciones de libertades que constituyen la esencia de la democracia. Algo parecido ocurre con su propuesta para transformar el Estado de las Autonomías en un Estado unitario, haciendo resurgir, de modo inmediato, todas las pulsiones centralistas de un pasado franquista y de represión. Vox fulmina la libertad cuando ataca al feminismo y a las conquistas realizadas en España por las mujeres. En punto a gravedad en el ataque a las libertades fundamentales, para la ultraderecha, el Islam pasa a ser una religión de segunda categoría, sospechosa y que no merece ser respetada.

Si gobierna Vox, anulará o recortará una enorme parcela de libertades, y señalará con el dedo y hostigará a todos los grupos vulnerables. Insisto, estas posiciones no son “un brindis al sol”, sino un programa de gobierno, para el día que llegue a esa posición, y todo un ideario que muchos tertulianos desaprensivos o plenamente cínicos acogen con naturalidad otorgando a esta formación un aura de normalidad que no se corresponde con lo que debería ser la salud democrática de nuestro sistema de partidos. 

Los partidos que coquetean con la idea de que se puede gobernar con Vox, como es el caso del PP, deberían ser conscientes de lo que ponen en riesgo, para ellos mismos y para todo el sistema democrático español. 

La estrategia de guante blanco, de “laissez faire, laissez passer”, llevada hasta la fecha con Vox, - la posición de mejor dejar pasar las cosas para no darles mayor importancia- es una estrategia fallida, que ha dado a la extrema derecha tal carta de naturaleza que ya no solamente apoyan y mantienen vivos a gobiernos del PP, como es el caso de Andalucía, sino que se colocan a la puerta de co-gobernar con dichas fuerzas en una cohabitación que, sin duda, puede dar pie a que se pase de las palabras a los hechos en la política del odio, la represión y el recorte de las libertades.

La necesidad de establecer un “cordón sanitario” como modo de aislar a la extrema derecha no es, por lo tanto, un slogan vacío de la izquierda española sino que constituye la defensa natural de las fuerzas democráticas en toda Europa frente a la extrema derecha, impidiendo que ésta pase a formar parte de gobiernos de coalición. Es ahí donde muchos partidos democráticos europeos ponen su línea roja y es el precedente que toda fuerza democrática en España debería de adoptar. 

Pero no se trata solamente de establecer ese “cordón sanitario”. Vox trae consigo una amenaza para el sistema democrático si llega a gobernar, pero también trae otra amenaza muy tangible en su camino hacia el poder político. Me refiero a la enorme carga anti-sistema que sirve de sustrato al populismo de extrema derecha. Esta deriva ya se manifestó en los EEUU con el asalto al Capitolio, y ha tenido su réplica a una escala menor pero igualmente ominosa en el asalto en Lorca (Murcia) del local público donde se iba a desarrollar un pleno municipal, que fue impedido por un numeroso grupo al grito de “¡Gandules! ¡Os vamos a matar!” dirigido a los ediles del pueblo. 

Parece bastante claro que, en la mejor tradición “trumpista”, el asunto se presentó a los ganaderos trufado e inflado de “fake news” y falsos rumores sobre una nueva normativa que, con carácter general, iba a endurecer las condiciones del negocio. Es un hecho contrastado que en la fecha de preparación de esa movilización cargos del PP y de Vox arengaron a los ganaderos. Y también es un hecho contrastado que esa toma de la sede municipal ocurrió a una hora precisa y que la muchedumbre no se dirigió a la sala del pleno sino a la sala en la que estaba naufragando la negociación, desde la que obviamente alguien trasmitió la consigna de entrar por la fuerza e impedir el pleno. 

En resumen: el “cordón sanitario” es una práctica democrática básica que todas las fuerzas democráticas deben adoptar. Pero también es de importancia primordial hacer que caiga todo el peso de la ley sobre aquellos que emprenden acciones violentas para impedir el ejercicio de la democracia.

Como ha aseverado el filósofo italiano Norberto Bobbio, hay un criterio razonable y fundamental de limitación de la tolerancia: “La tolerancia debe extenderse a todos excepto a aquellos que niegan la tolerancia, o más brevemente todos deben ser tolerados excepto los intolerantes”. Creo que la democracia española debería ser capaz de defenderse de los intolerantes, no dejando, a partir de ahora, ninguna manifestación de odio sin respuesta y, cuando sea preciso, sancionarla con severidad. 

Extracto/avance de la reedición del libro “Nueva Socialdemocracia”, Editorial Pablo Iglesias.

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