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Paisaje después de la batalla

Marcelo Noboa

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De facto, estas han sido unas elecciones “primarias” o si se me permite con un símil rockero, han sido las elecciones que han ejercido de “teloneras” de lo que ocurrirá en las elecciones generales.

1. Probablemente, muchos coincidiremos en que ha sido una de la campaña más sucia desde que se recuperó la democracia. Jamás habíamos visto y oído nada igual. La frase de Feijoó, “Es nuestra última oportunidad” al inicio de la campaña tenía dos destinatarios: Así mismo, como responsable del PP, sabedor de que si no conseguía unos resultados aceptables no tendría otra oportunidad y, a los suyos para que suelten toda la artillería pesada. Y así ha sido. Importaba un comino que los ciudadanos se quedaran sin saber que se va hacer en sus pueblos, en sus ciudades, en sus CC.AA. Todo ha sido ETA, Bildu y la compra de voto por correo en Melilla (84.000 habitantes, el 0,oo1 del censo electoral nacional)

2. Bildu, increíblemente regaló munición gratis a PP/Vox con su estúpido error de colocar a siete autores de asesinatos en sus listas (aunque luego los retirara, el daño ya estaba hecho). A PP/Vox les cayó munición del cielo y volvieron con el mantra: “Sánchez protege a los terroristas que le sujetan en la Moncloa” “ETA está viva, está en el poder, vive de nuestro dinero y quiere destruir España” (Ayuso). Wyoming y Polònia nos hincharon a risas con sus parodias, pero los réditos electorales se los llevaron PP/Vox.

3. Ciudadanos. “Crónica de una muerte anunciada”. En el 2015 nacieron, al albur de la lucha contra el bipartidismo. Querían acabar con el reparto de poder de más de 35 años. Se presentaron como los representantes del centro político, liberales progresistas se decían (casi socialdemócratas) pero lo cierto ha sido que no se han cansado de votar con PP/Vox en contra del gobierno de coalición. La mayor parte de sus cuadros han encontrado refugio en el PP (ninguno en el PSOE) y todos sus votos se han ido al PP/Vox. Ese es su legado y su careta.

4. La abstención continúa siendo el refugio de los cabreados, de los pasotas, de los que se sienten traicionados; pero también de los que no llegan a fin de mes, de los ahogados por las hipotecas, de los que se levantan a las cinco de la mañana y vuelven a casa al anochecer hechos polvo de trabajar por menos de 800 euros y lo único que quieren es ver “sálvame” y la tv basura (para ellos todos los políticos son iguales). Los votantes de PP/Vox acuden a las urnas en masa, no se abstienen. En La Moraleja (una de las zonas más ricas de España) han votado el 88%, en la Cañada Real (la vergüenza de España, por su pobreza) el 12% ¿Buscamos otras fotos?

5. Trumpismo. Creíamos que eso nunca ocurriría por estos lares. Pero ya lo tenemos aquí. PP/Vox son sus profetas y están felices de que Díaz Ayuso ejerza de telonera (ella, por supuesto no se conformará con ese papel). La campaña, pese a no ser elecciones generales, se diseñaron como tales. Ayuso cerró el último día de campaña al igual que lo hicieran en su día, Trump y Bolsonaro, sembrando la duda sobre un posible pucherazo, “Sánchez se va a ir como llegó, con un intento de pucherazo” (Ayuso)

6. La otra debacle ha sido la de Unidas Podemos. En todas las ciudades y CC.AA pierde representatividad, pero lo más duro es su desaparición del Ayuntamiento de Madrid y de la CC.AA. madrileña, posibilitando con ello las mayorías absolutas del PP (más de 240.000 votos tirados a la basura) y en la CC.AA. Valenciana, donde no se ha podido reeditar el pacto de izquierdas, con una gestión brillante, al quedarse sin representatividad Unidas Podemos.

7. El paradigma de lo que ocurre en España, azotada por los vientos del populismo trumpista, podría estar bien representado en lo ocurrido en Badalona. Xavier Albiol (PP) ha arrasado en estas elecciones con una mayoría absoluta que nunca antes había conseguido, después de ser apartado de la alcaldía hace dos años por corrupción. Hoy, su pueblo le ha premiado con la mayoría absoluta.

8. Finalmente, Sánchez anuncia la disolución de las Cortes y convoca elecciones anticipadas para el 23 de Julio en medio de la presidencia semestral de la Unión Europea. Toda una jugada política, profundamente arriesgada, que ha dejado a todo el mundo descolocado. Veremos, porque la ola populista de extrema derecha no se detiene.

De facto, estas han sido unas elecciones “primarias” o si se me permite con un símil rockero, han sido las elecciones que han ejercido de “teloneras” de lo que ocurrirá en las elecciones generales.

1. Probablemente, muchos coincidiremos en que ha sido una de la campaña más sucia desde que se recuperó la democracia. Jamás habíamos visto y oído nada igual. La frase de Feijoó, “Es nuestra última oportunidad” al inicio de la campaña tenía dos destinatarios: Así mismo, como responsable del PP, sabedor de que si no conseguía unos resultados aceptables no tendría otra oportunidad y, a los suyos para que suelten toda la artillería pesada. Y así ha sido. Importaba un comino que los ciudadanos se quedaran sin saber que se va hacer en sus pueblos, en sus ciudades, en sus CC.AA. Todo ha sido ETA, Bildu y la compra de voto por correo en Melilla (84.000 habitantes, el 0,oo1 del censo electoral nacional)