Covite coloca dos placas en memoria de los asesinados por los GAL y por ETA

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite) ha colocado hoy sendas placas en las localidades guipuzcoanas de Errenteria y San Sebastián en recuerdo a José Antonio Cardosa, asesinado en un atentado atribuido a los GAL, y Miguel Paredes y Helena Moreno, tiroteados presuntamente por ETA.

En el caso de la capital donostiarra, Covite ya colocó esta inscripción en este mismo lugar el pasado 19 de octubre, aunque fue retirada en “menos de 48 horas” y el colectivo advirtió entonces de que “por responsabilidad” volvería a ponerla.

De esta manera, una delegación, encabezada por la presidenta y la vicepresidenta de Covite, Consuelo Ordóñez y Laura Martín, respectivamente, se ha dirigido esta mañana a la parte vieja de San Sebastián, concretamente a la calle San Lorenzo, para pegar con silicona esta placa en la pared del inmueble junto a la que fueron tiroteados en 1990 Miguel Paredes y Helena Moreno.

La inscripción recoge la leyenda: “Aquí fueron asesinados por la banda terrorista ETA Miguel Paredes García y Helena Moreno Jiménez”.

Consuelo Ordóñez se ha dirigido al Ayuntamiento de San Sebastián, gobernado por Bildu, para decirle que retirando esta placa no “cambia la historia” y que “sólo intenta ocultarla”.

“Covite esta aquí para volver a sacar esta historia a la luz, para ponerla frente a quienes claudicaron frente al terrorismo. Nosotros no lo hemos hecho nunca y seguiremos recordando a las víctimas en los lugares donde fueron asesinadas”, ha recalcado Ordóñez en declaraciones a los periodistas.

Ha denunciado que, con este atentado, ETA “dejó huérfanas a dos hijas de 3 y 5 años”, que además “tuvieron que sufrir el peso de una acusación, que después se demostró falsa”, de que Miguel y Helena eran “toxicómanos”.

El asesinato de Paredes y Moreno, que ETA no reivindicó y cuya causa se archivó, es uno de los “más de 400” que, según Covite, quedan por esclarecer.

Ordóñez ha reprochado también al Ayuntamiento donostiarra que haga “caso omiso del acuerdo municipal” de recordar a las víctimas en los lugares en los que fueron asesinadas.

Previamente, la delegación de Covite se ha desplazado a Errenteria para colocar una placa similar en la calle Juan de Olazabal, en memoria de José Antonio Cardosa Morales, un joven cartero de 22 años, que murió asesinado por los GAL.

Ordóñez ha recordado que el atentado se produjo el 20 de septiembre de 1989, cuando Cardosa introducía un paquete en el buzón de su destinatario, al parecer militante de Herri Batasuna, que explotó causándole la muerte.

Ha recalcado que “Covite seguirá trabajando por defender la memoria, la verdad, y la justicia de todas y cada una las víctimas del terrorismo” porque “nunca ha distinguido entre terrorista bueno y malo, memoria buena y mala”.

“Las víctimas del GAL han sufrido un agravio si cabe mayor porque han sido las grandes olvidadas por esta sociedad y las instituciones de este país, pero les vamos a colocar en el lugar de la historia donde se merecen”, ha subrayado Ordóñez, hermana del concejal del PP Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA en 1995 en San Sebastián.

Laura Martín, vicepresidenta de Covite, viuda de Juan Carlos García Goena, última víctima de los GAL, ha acompañado a Ordóñez en estos dos actos organizados hoy en sendos municipios guipuzcoanos, gobernados por Bildu.

Esta iniciativa se enmarca dentro de una campaña impulsada por Covite, bajo el lema “Una víctima, una placa”, que arrancó en Bilbao, donde el Ayuntamiento retiró la inscripción colocada en memoria de María Luisa Sánchez Ortega, una empleada de la limpieza asesinada por ETA en 1987, aunque anunció que colocaría placas en recuerdo a las víctimas.