Responsable del PNUD reconoce el atraso en el acceso de la mujer a la política y al empleo

La responsable del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) advirtió hoy en entrevista con Efe que aún existe un atraso en el acceso que tienen las mujeres a la política y el mercado laboral en todo el mundo, a lo que suman otros obstáculos como la gran “carga” de trabajo no remunerado.

Pese a lo conseguido en materia de igualdad de género en los últimos 20 años, Helen Clark considera que las mujeres continúan siendo más pobres que los hombres.

El motivo, reflexiona, es que las mujeres dedican su tiempo al embarazo y a criar a los niños durante una parte importante de sus vidas, mientras la mayor parte de las sociedades no cuentan con buenas políticas de apoyo durante esos periodos de baja ni tampoco después, para ayudarlas a reintegrarse en su puesto de trabajo.

“Estamos atrasados en el empoderamiento político de las mujeres, en el económico y, por supuesto, en el status legal y en derechos como la propiedad de la tierra o el acceso al crédito”, apunta Clark, que insiste en la necesidad de lograr también la equidad en el ámbito de la salud y la educación.

Asimismo, la administradora del PNUD advierte que esta situación se agrava en países “extremadamente pobres”, donde son ellas quienes, “sin igualdad de oportunidades”, deben soportar una carga “muy pesada”.

Es en estas zonas donde, además, enfrentan otras dificultades como las altas tasas de mortalidad materna, provocadas por los matrimonios prematuros y los embarazos adolescentes.

Por ese motivo, es necesario que las niñas tengan “un acceso básico a la educación” que les permita “determinar su propio destino” para poder “labrarse un futuro”.

Clark diferencia las distintas políticas a tomar según las diversas regiones: en el caso de las violaciones perpetradas contra más de 200 niñas que fueron liberadas en los últimos días de las manos del grupo terrorista Boko Haram en Nigeria, considera que lo fundamental es garantizar el acceso a la educación y trabajar para “intentar reparar las cicatrices” que “durarán toda una vida”.

Mientras, en los países occidentales el reto principal es otro: que las mujeres tomen las decisiones “que quieren tomar”.

Para ello, la responsable del PNUD pide que los gobiernos desarrollen políticas que garanticen que no sean siempre las mujeres quienes cuidan de los niños, mayores y personas con discapacidad, ya que esto provoca que sean “sacadas de la fuerza de trabajo remunerado” y cuando regresan, “cobran menos”.

“La brecha salarial sigue siendo de un 24 % a nivel global”, denuncia Clark, quien considera que el hecho de que interrumpan su vida laboral para dedicarse al cuidado de su hogar, provoca que siempre sean ellas las que “se pierden los años de experiencia” y si regresan, “lo hacen a un nivel que las deja atrasadas respecto a los compañeros varones con los que comenzaron”.

La administradora del PNUD confiesa que nunca le ha gustado “ver que los derechos que han conquistado las mujeres son retirados” y por eso destaca la importancia de que “las mujeres jóvenes se movilicen en torno a estas batallas” y no den por sentado las conquistas de las generaciones anteriores.

Asimismo, hace hincapié en la necesidad de que existan líderes femeninos que se constituyan como modelos a seguir porque “si las niñas nunca ven a mujeres en puestos de decisión, no piensan que pueda ser posible”.

“No es solo que la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer sea lo correcto, sino que además es lo inteligente”, asevera antes de añadir que el hecho de que la mitad de una población sea incapaz de acceder a todo su potencial, es “un lastre para todo un país”.

“Ni qué hablar de lo que hace a las perspectivas de vida de las mujeres”, remarca.

Sin embargo, Clark confía “definitivamente” en que finalmente habrá una igualdad real en todo el mundo porque, para ella, “la historia está del lado de las mujeres”.

Irene Valiente