El primer Atlas de migración de Centroamérica muestra la magnitud del fenómeno

El primer Atlas de migración que ofrece un mapa detallado sobre las rutas migratorias en Centroamérica y el ciclo de emigración en todas sus dimensiones ha sido presentado hoy por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

El “Atlas de migración del norte de Centroamérica” fue presentado hoy en la ciudad marroquí de Marrakech, que entre ayer y hoy acoge la cumbre de la ONU y en la que 164 países de todo el mundo adoptaron el Pacto migratorio mundial.

El estudio resalta que en la década de 2000 a 2010, el número de emigrantes de los países del norte de Centroamérica (Honduras, Salvador, Guatemala) subió un 59 %, y solo en Honduras aumentó un 94 %.

“El Atlas describe con mucha precisión cuáles son los datos que tenemos disponibles en todo el ciclo de emigración (origen, tránsito, destino y retorno)”, dijo a Efe la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.

Bárcena afirma que este mapa permitirá a los países afectados “actuar con un mayor énfasis en los problemas centrales de los países de origen y tránsito, y (poder así) ir a las causas de la migración”, después de que cada país identifique los proyectos prioritarios para gestionar los movimientos migratorios masivos.

El Atlas desveló los altos niveles de pobreza en los tres países centroamericanos, que constituyen los principales emisores de los flujos migratorios hacia el norte.

Altas tasas de pobreza en estos tres países (el 74 % de la población de Honduras es pobre), y los altos niveles de violencia e inseguridad en este llamado “triángulo centroamericano” constituyen las principales causas de migración.

A ello se añaden otros factores, como demanda creciente de empleo en Estados Unidos y el cambio climático que ha afectado negativamente al cultivo en la zona del café y el maíz (vitales en la región) y ha agravado el fenómeno migratorio.

Una de las características de la migración centroamericana es que es protagonizada en su mayoría por jóvenes de menos de 24 años, además de por numerosos menores de edad y por 180.000 menores no acompañados que llegaron a la frontera con Estados Unidos entre 2013 y 2017.

El estudio destacó también que 3,5 millones de emigrantes procedentes de los países del norte de Centroamérica viven en Estados Unidos, de los cuales un 60 % desempeñan empleos precarios y dos de cada tres no tienen ninguna protección social.