El diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, líder en los sondeos de intención de voto para las elecciones presidenciales en Brasil, desistió, por recomendación médica, de acudir el jueves al último debate en televisión que tendrán los candidatos antes de las elecciones del domingo.
La decisión fue anunciada hoy por los médicos que lo atienden de las heridas que sufrió al ser acuchillado el 6 de septiembre pasado en un mitin electoral y que lo mantuvieron hospitalizado casi toda la campaña, ya que sólo recibió el alta médica el pasado sábado.
Pese a que permaneció hospitalizado casi un mes, suspendió su campaña y no acudió a ninguno de los últimos debates en televisión, la intención de voto en el ultraderechista subió desde el 22 % que tenía antes del ataque hasta el 32 % medido en la encuesta divulgada el martes por la firma Datafolha.
“Él no irá (al debate del jueves) porque se lo desaconsejamos y él es muy obediente”, aseguró en declaraciones a periodistas el cirujano Antonio Macedo tras la revisión que le hizo este jueves en su residencia en Río de Janeiro al candidato del Partido Social Liberal (PSL).
Macedo, que visitó al diputado acompañado por el cardiólogo Leandro Echenique, afirmó que Bolsonaro manifestó su deseo de participar en el debate pero que garantizó que atenderá la recomendación médica.
“Nosotros le contraindicamos la participación en debates o en cualquier actividad que pueda cansarlo u obligarlo a hablar por más de diez minutos”, afirmó.
Bolsonaro, que fue sometido a dos cirugías, sufrió graves heridas en diversas partes del intestino en el atentado.
Según su médico, el diputado no puede participar en actividades que le exijan mucho esfuerzo físico por más de 15 minutos ya que “eso puede perjudicar su evolución”.
Durante la convalecencia, Bolsonaro limitó la campaña a las redes sociales y este mismo jueves publicó un mensaje en Twitter en el que aseguró que Brasil no merece ser gobernado desde la prisión, en una clara referencia al encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, condenado por corrupción.
“Nuestro país no merece ser gobernado desde dentro de la cárcel o por sus ahijados políticos disfrazados como opciones, pero con la misma esencia que nos destruye”, aseguró el polémico candidato en una crítica que extendió al sucesor de Lula como candidato presidencial, el socialista Fernando Haddad.
Bolsonaro es el favorito según las encuestas, con el 32 % de las simpatías, por delante de Haddad, con 21 %, que fue el escogido por el propio Lula como su sucesor como candidato del Partido de los Trabajadores (PT) para las presidenciales del domingo.
De acuerdo con las encuestas, como ningún candidato conseguirá el domingo más de la mitad de los votos, Bolsonaro y Haddad tendrán que medirse en una segunda vuelta el 28 de octubre, para la que aparecen técnicamente empatados en intención de voto.
Pese a liderar los sondeos, Bolsonaro también es el que tiene el mayor índice de rechazo electoral debido a sus polémicas declaraciones machistas, homófobas, racistas y xenófobas y a ser un defensor de la dictadura militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985.