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Camilo Seira esculpe con boñiga de vaca, “su olor me recuerda mi infancia”

EFE

Santiago de Compostela —

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El gallego Camilo Seira (Padrón, 1974) ha incorporado al catálogo de artistas que exponen en el “Bus Station Space” de la capital gallega sus esculturas hechas con boñiga de vaca, elemento que emplea porque el olor le recuerda a su infancia.

El olor que desprende esta materia prima es “agradable” para este artista, que siente cómo este aroma lo transporta en el tiempo. “Yo vivo en el campo, rodeado de animales, y este componente para mí tiene unas connotaciones”.

“Me gusta trabajar diferentes materiales, cada uno aporta un significado a la propia escultura. Por eso con la boñiga de vaca intento trabajar figuras que simbolizan el campo y la naturaleza”, refleja.

Seira vive en una aldea en la que antiguamente el cultivo era el modo de vida habitual y en la que cada vecino tenía una vaca, pero en la actualidad solo queda una.

“Está comiendo hierba en el campo todo el día y yo estoy esperando a que me dé su pedacito de materia para trabajar”, dice Seira a quien no le da repelús trabajar con este material, porque es muy parecido a cuando se usa el barro.

Preguntado por cuánto es arte y qué parte hay de llamada de atención, responde que “llamar la atención no es intencionado, pero es obvio que funcionó como gancho”.

“La gente suele quedarse con lo superficial, pero cada figura tiene una historia que apoya todo lo que en un principio puede parecer buscar polémica. Cuando trabajo no pienso en el márketing, trabajo mirando hacia dentro y tratando de exteriorizarlo. No pienso en si va a funcionar o no, porque depende del azar y las modas”, asegura.

Sus obras tienen la dureza del cartón piedra, el material que se utiliza en la construcción de los cabezudos. “Mis figuras tienen esa contundencia, tanto en dureza como en permanencia en el tiempo.

Camilo Seira participa con estas aportaciones en una muestra conjunta, “Silencios de tinta”, de Baldo Ramos. “Exponemos varias personas de manera individual, y mi pequeña exposición consta de seis piezas y se titula De tripas corazón”.

Por Teresa Santos