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ENTREVISTA | Dogan Akhanli

“En Erdogan se ha desencadenado una paranoia que le ha transformado en incontrolable”

El escritor turco Dogan Akhanli.

Marcos Pinheiro

Dogan Akhanli (Turquía, 1957) lleva siendo perseguido por sus ideas políticas desde los años 70, primero por el Gobierno militar y luego por el régimen de Recep Tayyip Erdogan. Logró viajar a Alemania en 1991, país en el que reside desde entonces, donde desarrolla su carrera como escritor, y del que ha asumido la nacionalidad renunciando a la turca.

Cuando en 2010 fue juzgado y absuelto por pertenencia a organización terrorista, Akhanli regresó a Alemania como un ciudadano libre. Pero dos años más tarde Turquía anuló la sentencia y ordenó repetir el proceso. El sábado fue detenido en Granada y trasladado a la Audiencia Nacional, atendiendo una petición del Gobierno turco para que se le extradite y vuelva a ser juzgado.

En esta entrevista con eldiario.es expresa su deseo de que las autoridades españolas no colaboren con el régimen de Erdogan, que asegura que se ha convertido en una dictadura peor que la militar de los años 80. “Ha perdido el contacto con la realidad. Era un reformista en algunos temas que se ha convertido en un déspota”, lamenta.

Reside usted en Alemania desde principios de los 90. ¿Por qué huyó de Turquía?

Yo me fui a Alemania como refugiado político con mi familia, porque era miembro de un partido comunista en la época de la dictadura de los militares. Fui detenido y estuve encarcelado, aunque luego salí en libertad. Sin embargo, la persecución siguió siendo muy importante.

Esto fue a finales de 1991, cuando tomamos la decisión de pedir asilo en Alemania porque después del golpe militar yo era realmente una persona muy activa en un partido comunista. La persecución de la que estoy siendo víctima ahora es tan sorprendente para mí como que se me acusa de pertenecer a una organización que nunca ha existido. Solamente ha existido en la cabeza del fiscal que me acusó.

En los propios archivos del Ministerio del Interior turco, y a ellos tuvimos acceso en el año 2010 porque yo ya he sido juzgado y absuelto por estos hechos, para el propio Ministerio, esta organización, de la que me acusan de formar parte y por la que estoy siendo reclamado, nunca ha existido.

¿De qué le acusan ahora? ¿Por qué le reclama el Gobierno de Turquía?

Los hechos son exactamente los mismos por los que yo fui encarcelado, juzgado y absuelto en el año 2010. Pero en el año 2013 hubo un juicio de revisión en mi ausencia y se declaró nulo el primer proceso, y ahora intentan celebrarlo de nuevo.

En agosto de 2010 fui a Turquía para visitar a mi padre, que estaba enfermo, y en el aeropuerto fui detenido. Estuve cuatro meses en la cárcel, el 8 de diciembre de ese año fui puesto en libertad y meses después fui absuelto de los hechos por los que ahora me reclaman. Entonces me volví a Alemania como hombre libre, y fue cuando el fiscal presentó una revisión extraordinaria en un tribunal distinto, que anuló mi caso. Una vez que se anuló mi sentencia absolutoria es cuando se me vuelve a poner en búsqueda y captura, cuando yo siempre he estado en mi casa.

En Turquía hay un caos político que no les permite ni saber cuáles son sus objetivos en mi caso, qué tienen en mi contra. De hecho, el fiscal que me acusó a mí y que me quería condenar a cadena perpetua, se encuentra huido de Turquía y refugiado en Alemania, acusado ahora por Erdogan del mismo delito que yo, pertenencia a organización terrorista.

Lo sorprendente es que todos los procesos que estos jueces y fiscales llevaron, que para las autoridades serían nulos porque los llevaron miembros de una suerte de secta (en referencia al movimiento Gülen al que Erdogan acusa de organizar el último golpe de Estado), sin embargo, cuando se trata de procesos contra activistas o políticos de izquierdas, son válidos. Lo que no les vale para nadie, sí les vale cuando eres escritor, periodista o defensor de los derechos humanos si eres de izquierdas.

¿Por qué cree que Erdogan le teme a usted y a otras personas de su ámbito? Son personas de la cultura que llevan muchos años fuera de Turquía, pero ahora se emiten unas órdenes de busca y captura contra ellos.

Con independencia de la lucha que hay entre los seguidores del clérigo Fethullah Gülen y los afines a Erdogan, para este último siempre es prioritario y perseguible todo lo que tiene relación con la revisión histórica del genocidio contra el pueblo armenio y la lucha y defensa de los derechos del pueblo kurdo. Cuando cualquier persona aborda esto se transforma en un enemigo, como lo fuimos para los seguidores de Gülen y como lo somos ahora para Erdogan.

Toda la gente que ahora está en prisión en Turquía, especialmente intelectuales y periodistas, el único crimen que han cometido es ese, ser intelectuales y periodistas. Hay un caso muy significativo, el de Deniz Yücel. Es un caso muy conocido en Alemania y en Turquía, porque él trabajaba para Die Welt y es alemán de origen turco.

Después del golpe de Estado fue buscado por las autoridades turcas únicamente porque era muy crítico con lo que estaba haciendo Erdogan. Entonces se presentó ante la policía en Turquía pensando que no le ocurriría nada porque era ciudadano alemán, pero fue detenido y después de ocho meses no hay una acusación concreta en su contra. Erdogan ha dicho públicamente que mientras él se mantenga en el poder esta persona no va a salir en libertad.

Este caso refleja la realidad del régimen de Erdogan, que nunca antes se había dado en Turquía. Ni siquiera durante la época de la dictadura militar nunca abiertamente fueron capaces de hacer y decir lo que hace y dice Erdogan. En la época de los militares al menos se guardaban las formas, jamás se les hubiese ocurrido decir lo que ha dicho Erdogan, hubiesen dicho que la Justicia cumpliría con su trabajo. Aquí ya se han perdido las formas.

¿Tiene miedo Erdogan a que los activistas e intelectuales que viven exiliados colaboren con las fuerzas de oposición en Turquía?

Erdogan debería ser consciente ya de que todos nosotros somos personas muy individualistas y marginales en nuestros planteamientos, desde el punto de vista político, que no deberíamos poner en riesgo su poder. Pero también hay que tener presentes las paranoias de Erdogan, que son muy fuertes y que se asientan en una suerte de mitología sobre quiénes somos y lo que hacemos. Por ejemplo, Erdogan viene a decir que el terrorismo kurdo está financiado por Alemania, cuando el PKK sigue siendo una organización ilegal en Alemania.

Tengo la sensación de que Erdogan ha perdido el contacto con la realidad. Se ha transformado en una persona que hace 10 años era un reformista en algunos temas, que negoció con los kurdos, y se ha convertido en un déspota que se atribuye determinados derechos que no tiene. Se ha atribuido la capacidad de dictar lo que él crea que es bueno tanto como para Turquía como en el plano internacional.

¿Qué marca ese cambio en Erdogan?

A partir del referéndum, en el cual él saca menos votos de los que esperaba, es cuando se habría desencadenado la paranoia, esta agonía y este miedo que es el que le está haciendo actuar como un déspota. Esto es lo que le transforma en peligroso e incontrolable, y lo que le hace más peligroso es el hecho de que él sabe que se ha saltado sus propias leyes, él sabe que tiene que mantenerse en el poder a toda costa porque si no, acabará preso.

Esta es la situación en Turquía, y lo que no quiero es sobrevalorar mi papel como escritor. No deja de sorprenderme que Erdogan esté tan preocupado por una persona que lo que ha hecho es escribir dos novelas sobre la memoria del genocidio de los armenios. Es realmente una exageración por parte de alguien que está paranoico.

Lo que creo es que cuando fui absuelto ellos pensaban que yo lo iba a dejar de lado, no iba a escribir más sobre Turquía y se han equivocado. Yo no he cambiado mis ideas y no lo voy a hacer. Se equivocan si piensan que la absolución fue un regalo. Fue un derecho. Yo no he cambiado mi perspectiva crítica. Como eso no les ha gustado, han tratado de hacer una demostración de fuerza para dejar claro que mi futuro y mi libertad dependen de ellos y no de mí.

¿Cree que el Gobierno español está colaborando con la represión de Turquía? En el caso de Hamza Yalçin pasó por varios países europeos antes de España y fue detenido.

No conozco los antecedentes completos del caso, pero no puede ser una casualidad que dos intelectuales turcos viajen a España y terminen los dos detenidos. Existe una alta probabilidad de que las autoridades españolas estén colaborando porque esta lista de 10.000 perseguidos por parte de Erdogan no se la han tomado en serio ni Francia, ni Italia, ni Grecia, ni Alemania, y se la toma en serio España.

Los países democráticos tienen que tener claro que tienen que colaborar con Interpol, pero también tienen que hacer un juicio crítico sobre si todas las reclamaciones de Interpol se corresponden con la realidad, especialmente cuando vienen de regímenes dictatoriales y violentos que criminalizan a todos los opositores, como es el caso de Turquía.

¿Sabe de otros exiliados que tengan miedo de salir de sus países de residencia por si son detenidos?

Conozco muchos, casi todos los refugiados turcos que están viviendo en Alemania a fecha actual tienen miedo de salir de Alemania. Especialmente todos aquellos que mantienen la condición de refugiados y no tienen la ciudadanía alemana, esos son los que más miedo tienen.

En mi caso no tenía esa preocupación porque hace más de 20 años que no soy turco, soy alemán. Por eso estuve en Francia, Italia y Holanda antes de estar en España, y nunca me había pasado nada, porque soy ciudadano alemán. Bajo esa premisa tuve claro que no me iba a pasar nada viajando por Europa. Me podrían haber reclamado en Alemania por este caso y no lo han hecho.

¿Espera volver a Alemania y seguir con su vida o teme que España inicie los trámites de extradición?

Voy a responder con las palabras del ministro de Exteriores alemán, Sigmar Gabriel, que dijo que Alemania va a hacer todo para que España no me entregue y tengo mucha confianza en la Justicia española. En todo caso, esta es una cuestión política, y es lo que se tiene que plantear el Gobierno español: si va a colaborar con un régimen como el de Erdogan o con una democracia como la alemana.

Ellos tienen que tener presente lo que ha dicho el Gobierno alemán, que esta es una persecución política contra un ciudadano alemán. Y es inimaginable que el Gobierno alemán, si yo fuera un delincuente, hiciera unas declaraciones de este tipo. Si las ha hecho es porque conocen perfectamente el procedimiento y la persecución que sufro.

Sinceramente, no creo que España vaya a llegar tan lejos porque sería un escándalo político y jurídico. Y esto también es aplicable al caso de Hamza Yalçin, porque no hay ninguna diferencia entre un caso y el otro. El hecho de que esté en prisión no lo considero correcto. Yo he tenido la suerte, gracias a que mis abogados han reaccionado rápido, la prensa ha estado rápida, de que el juez ha contado con elementos de juicio suficientes para comprender que yo no era un riesgo y no debía estar en prisión.

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