Ciudades de todo el país experimentan en este momento un apagón eléctrico que ha afectado, entre otros, a los servicios de transporte público o de alumbrado en la vía pública así como a las telecomunicaciones. Red Eléctrica de España ha informado de que ha puesto en marcha planes de reposición del suministro eléctrico en colaboración con las empresas del sector tras el corte ocurrido en el sistema peninsular. REE calcula que la recuperación total del suministro se producirá en entre seis y diez horas tras el gran apagón. La empresa asegura que están analizando las causas: “En la historia de REE nunca había ocurrido algo así, es un incidente absolutamente excepcional”.
El presidente del Gobierno ha activado el comité de crisis, y desde las 15.00 ha reunido en Moncloa el Consejo de Seguridad Nacional, presidido por Pedro Sánchez. Además de una decena de ministros, participan de esta reunión extraordinaria el jefe del Estado Mayor de la Defensa, almirante Teodoro López Calderón; la directora del CNI, Esperanza Casteleiro, y la directora del Departamento de Seguridad Nacional, Loreto Gutiérrez. Más temprano, Pedro Sánchez y parte de su gabinete se han dirigido personalmente a la sede de Red Eléctrica para conocer de primera mano los motivos de la incidencia.
Sánchez ha emitido cerca de las seis de la tarde un mensaje desde la Moncloa en el que ha explicado que tres comunidades autónomas han solicitado activar el Nivel 3 de emergencia y que el Gobierno se hará cargo de la gestión de la crisis en ellas. Son Madrid, Andalucía y Extremadura.
“Es mejor no especular”, ha asegurado Sánchez sobre las causas del apagón. “Por favor, pido responsabilidad a la gente para no difundir informaciones de dudosa procedencia”. Además, ha pedido un “uso responsable” del teléfono móvil y “hacer llamadas breves”: “Vamos a pasar unas horas críticas”. A las siete de la tarde se reunirá por segunda vez el Consejo de Seguridad Nacional.
En Balears y Canarias no se han registrado cortes de suministro, pero el apagón ha afectado también a Andorra y Portugal. La viceministra de Cohesión Territorial portuguesa había señalado que el apagón energético podría deberse a un ciberataque, pero poco después el Centro Nacional de Ciberseguridad de ese país puntualizaba que “de momento” no ha encontrado indicios que apunten a ello. La vicepresidenta de Competencia de la Comisión Europea, Teresa Ribera, ha asegurado en Bruselas que el ataque todavía no se puede confirmar: “No hay nada que nos permita afirmar un boicot ni ciberataque. La prioridad está en la recuperación de la red”.
Red Eléctrica calcula que la recuperación del servicio puede tardar entre seis y diez horas. Sin embargo, algunas ciudades comenzaron a reconectarse paulatinamente a la red. En Euskadi ha vuelto el suministro hacia las 14.00 horas en Donostia, Vitoria y algunas zonas de Bilbao. A partir de esa hora se ha ido recobrando el servicio en puntos de Galicia como Ourense, o en algunas comarcas de Girona en Catalunya. Ya sobre las 16.30 había noticias de retorno de la electricidad en puntos de Sevilla y en la provincia de León, y un poco más tarde comenzaba a recuperarse en zonas de Aragón. Pasadas las 19.00 Red Eléctrica informaba de que había comenzado a reponer el suministro en áreas de Madrid, Comunitat Valenciana, Murcia y Castilla-La Mancha.
El Congreso ha suspendido todas las actividades de este lunes. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha pedido a la población limitar los desplazamientos por carretera “en la medida de lo posible”, y señala la necesidad de extremar las precauciones por los atascos y el caos circulatorio que ha generado la falta de funcionamiento de los semáforos. ADIF ha suspendido los servicios ferroviarios y ha pedido a los pasajeros con viajes previstos no desplazarse a las estaciones. El Ministerio de Transportes ha advertido de que “no es previsible” que se recupere este lunes la circulación de trenes de media y larga distancia. En cuanto a los de Cercanías, Oscar Puente ha asegurado que será posible que estén operativos dos horas después de que se recupere el suministro. En torno a las 18.30, el ministro explicaba que la “prioridad” era “rescatar y atender” a los viajeros atrapados en 26 trenes que estaban operando al producirse el apagón.
Transporte paralizado, estaciones evacuadas
En Madrid se han vivido momentos de miedo y desconcierto: se ha parado el servicio de metro y el ferroviario, y muchos de los semáforos de la capital han dejado de funcionar. Agentes de Movilidad, Policía Nacional y Policía Municipal se han encargado de gestionar la circulación de forma manual. Además, el cuerpo policial se ha desplegado en otros puntos para asegurar las zonas más concurridas como la Gran Vía, Plaza España y Callao, donde el trasiego de personas se ha masificado. El alcalde Martínez Almeida ha publicado un mensaje en redes sociales reclamando a los habitantes de la capital que “se queden donde están en este momento” para dejar las vías de comunicación despejadas para los servicios de emergencias. “Hemos cerrado los túneles de la M-30”, ha informado. Varias estaciones han sido evacuadas. Una empleada de Metro a la entrada de la estación Iglesia (línea 1) ha explicado a elDiario.es que los pasajeros fueron desalojados por los túneles sin incidentes.
En Barcelona, donde el Govern catalán ha convocado un comité de crisis, la caída de la red eléctrica ha dejado sin servicio el servicio de trenes de Rodalies. La situación ha sido tan abrupta que algunos de los trenes han quedado parados en medio de las vías. Algo parecido ha sucedido en València. Un tranvía paremenece parado en plena rotonda de la estación de Pont de Fusta y los semáforos tampoco funcionan, aunque el reducido tráfico de un día festivo –es Sant Vicent Ferrer– ha conseguido que conductores y peatones gestionen la circulación. Ha habido rescates por parte de los Bomberos de personas que se habían quedado encerradas en ascensores.
El Govern catalán confirma que hay afectaciones en las líneas telefónicas y en la red de trenes, tanto Cercanías como metros. En cambio, asegura que la red viaria no presenta problemas, y reclama no llamar al 112 si no hay un riesgo de seguridad real. Los servicios de emergencias de Barcelona han desalojado a pasajeros de al menos siete convoyes del metro parados en los túneles.
“Por avería electrica general se suspenden todas las circulaciones hasta nuevo aviso”, vocea la megafonía de la estacion de Renfe de Santander. No obstante, el servicio de autobuses sigue funcionando aunque la estación se encuentra a oscuras y no se despachan billetes.
En Madrid, en el intercambiador de Avenida de América, punto de conexión de transporte urbano e interurbano, se forman colas de entre 50 y 100 personas para acceder a cada una de las líneas de autobús, el único transporte en funcionamiento. Los buses interurbanos llegan con una frecuencia de unos 25 o 30 minutos. Un agente de la Policía Nacional, que controla la estación, advierte de que el incidente puede impedir la llegada de trabajadores a sus puestos, por lo que la situación de los autobuses es susceprible de complicarse por la tarde.
Los aeropuertos funcionan con algunas incidencias gracias a los grupos electrógenos de contingencia que tiene cada aeropuerto. Aena pide a los pasajeros que antes de desplazarse al aeropuerto “consulten con la aerolínea, porque podría haber incidencias en los accesos y los medios de transporte terrestres”. Por la megafonía de Barajas instan a vigilar las pantallas. El aeropuerto madrileño sigue teniendo luz, pero muchos vuelos están sufriendo hasta dos horas de retraso. Proceden de distintos puntos de Europa: Italia, Alemania o Francia, pero también de México o Argentina.
Mientras, centenares de pasajeros se agolpan en las paradas de autobús de la Terminal 1. Durante las últimas horas los taxis habían decidido no salir del aeropuerto ante los fuertes atascos que congestionan las carreteras de acceso a Madrid pero cerca de las 15.30 han comenzado retomar los viajes.
Hospitales abiertos pero bajo mínimos
“Los centros que conforman la red hospitalaria mantienen el suministro energético mediante grupos electrógenos, que además cuentan con suficiente reserva de combustible para mantener la atención sanitaria sin ningún inconveniente”, ha informado el Ministerio de Sanidad. “No hay constancia de ninguna incidencia grave derivada del apagón en el suministro eléctrico”. En Galicia están todos los hospitales funcionando con generadores, según han señalado a esta redacción fuentes del Gobierno gallego. En Castilla-La Mancha, fuentes oficiales también confirman normalidad en los centros hospitalarios gracias a grupos electrógenos. El Servicio de Emergencias 112 autonómico ha pedido a la ciudadanía que solo llame “en caso de urgencia o emergencia con riesgo para la vida”.
En el hospital del Mar de Barcelona “no ha habido alteraciones”, explican fuentes del centro a elDiario.es. Los generadores han permitido seguir con la actividad prevista y no se ha suspendido ninguna visita ni intervención quirúrgica programada. Como funcionan con combustible, podrían seguir operando con normalidad aunque la situación se alargase, explican. Incluso algunos de los ordenadores han seguido funcionando, por lo que se ha podido dar paso a los pacientes y programar nuevas citas.
La situación ha sido muy distinta en los Centros de Atención Primaria. En el CAP de Casc Antic, por ejemplo: “Ni ordenadores, ni ascensores, ni pruebas, no podemos hacer nada”, cuenta Teresa, médica del centro. Asegura que sólo pueden realizar atenciones de urgencia “y siempre u cuando sean cosas sencillas, como suturas o curas”.
Muchas farmacias han cerrado sus puertas por la imposibilidad de acceder a las recetas electrónicas para expender los medicamentos. Y se enfrentan al desafío de la conservación de ciertos fármacos. Andrea y Toni tienen suerte y pueden poner a resguardo la insulina en la farmacia barcelonesa en la que la han comprado. Pero a dos calles, otra farmacia se lamenta: “No tenemos más neveras que las que van conectadas a la corriente. Tenemos unas cuatro horas hasta que se empiecen a estropear medicamentos”.
En León, un helicóptero sanitario que atendía a una urgencia tuvo que aterrizar en un supermercado Mercadona, porque el helipuerto oficial establecido en el propio Hospital de León estaba inoperativo.
Varios hospitales de Madrid han desalojado sus instalaciones, salvo los pacientes que estén ingresados y aquellos que entren por las urgencias. “La orden es que tiene que salir todo el mundo”, aseguran en uno de los puntos de información del hospital universitario Clínico San Carlos, uno de sus grandes centros hospitalarios.
Las sanitarias se arremolinan en la puerta, desconcertadas y esperando que no llegue ningún paciente muy grave. Las áreas críticas están funcionando a través de generadores autónomos pero “tienen una duración de unas horas”. “Va a haber daños colaterales seguro”, aseguran. No se trata solo de los aparatos que necesitan electricidad para operar o hacer pruebas sino del sistema del hospital, donde están indicados los tratamientos de los pacientes. Ninguna de esta información se puede consultar.
La dirección de la Fundación Jiménez Díaz, a solo unos metros, ha informado de que las cirugías y las consultas con el especialista programadas quedan suspendidas, aunque “se mantiene la atención en todos los servicios críticos”. También se ha dado orden de pasar a papel toda la información relativa a los pacientes ingresados para continuar dándoles atención. Desde el momento del apagón el personal ha reunido a los pacientes más graves de la UCI, aquellos que necesitan respiración mecánica asistida, en una misma sala para garantizar el suministro eléctrico. Han quitado la monitorización al resto para reducir al máximo el gasto eléctrico.
Gente en las terrazas y pilas agotadas
Turistas y viandantes han ocupado las terrazas del centro de Madrid. Pero a modo de bancos, porque ninguno está tomando nada. Los datáfonos no funcionan y los bares han tenido que cerrar. “Mientras no se solucione yo no puedo volver a mi casa, así que me he sentado aquí a esperar”, dice José Luis, sentado en la mesa de un restaurante. Mientras, pasa por la plaza de Callao parte de la manifestación convocada para esta tarde en defensa de la universidad pública y contra la gestión de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. “De momento, sigue convocada. Para protestar no necesitamos luz”, dice uno de los asistentes.
“Dada la caída generalizada de electricidad en varios países, esta tienda funciona con normalidad, pero el restaurante solo dispone de platos fríos”, comunican los trabajadores de Ikea a los clientes a los que el apagón ha pillado dentro.
Las calles dejan estampas contradictorias: las de quienes han decidido resistir y quedarse en las terrazas aprovechando el sol y trabajadores que vuelven a casa, radio en mano. “En cuanto nos mandaron a casa, aproveché para comprar una radio y pilas por el camino. Me gusta mucho la radio pero siempre la escucho en el móvil”, cuenta un joven que camina con la radio pegada a la oreja.
Las tiendas de telefonía se han llenado de gente en busca de radios, baterías y pilas, confirman varios dependientes, que nunca imaginaron este aluvión. “Quería una radio de esas”, señala una mujer en un pequeño establecimiento de Lavapiés, que permanece medio a oscuras. No ha acabado de comprar y ya ha entrado otra chica para pedir pilas.
Por otro lado, las sucursales bancarias no se encuentran operativas. A oscuras y con cajeros apagados, los responsables se mantienen a la espera de respuestas sin poder prestar ningún servicio, una sitiuación que se reproduce por toda la España peninsular.
Muchos comercios permanecen abiertos pero no pueden realizar ventas: “No podemos ni cobrar con tarjeta”, se queja una comerciante del centro de Toledo. “Ya no estamos acostumbrados a llevar efectivo”, comenta en la puerta una mujer a otra. “Imagínate la gente joven que lleva todo en el móvil”, zanja antes de retirarse.
Frente a un centro de salud en el centro histórico de la ciudad, los empleados de un supermercado Carrefour intentan impedir el paso de los clientes que no paran de llegar. No pueden cerrar la puerta, que funciona con electricidad, al igual que el resto de los comercios de las calles más concurridas, en los que los trabajadores se han convertido en improvisados guardias de seguridad.
El comercio tradicional ha funcionado a medio gas y a la antigua usanza por el apagón. En el mercado de Santa Caterina de Barcelona, Ana y Ramon han seguido cortando algún bistec, pero advertían a los clientes de que si no tenían gas, poco podrían cocinar. La pareja de carniceros ha recuperado la antigua báscula de pilas (las dos eléctricas no iban) y la calculadora. Y han cobrado solo en efectivo, ya que el apagón ha dejado inservibles los datáfonos y el ordenador. “Si metemos la carne que tenemos en el mostrador en la cámara frigorífica, podrá aguantar todo el día, después ya no sabemos”, explicaban.
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