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Antes se pilla a Feijóo que a un cojo que anda a cámara lenta

Feijóo antes del mitin de Santander del 14 de julio.

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Como con todas las adicciones, el alcoholismo se basa en la negación de la realidad. Yo controlo. Sólo es una copita. Tomo ahora la última y ya está. No sabemos cuánto bebe Alberto Núñez Feijóo, pero esta campaña está mostrando que su relación con los hechos es traumática. No es ya que mienta, sino que se queda perplejo cuando alguien le recuerda que no ha dicho la verdad. ¿Esto funciona así? ¿Yo miento y usted me lo reprocha? ¿En serio?

El lunes fue el día en que Feijóo se estrelló contra sí mismo, contra su costumbre de repetir datos falsos y molestarse si se lo mencionan. Lo hizo sobre un tema del que se lleva hablando mucho tiempo –la evolución de las pensiones durante la Gran Recesión–, por lo que no resulta creíble apelar al error o al descuido. 

Un día antes había reincidido en el mitin de Zaragoza con la ventaja de que ahí nadie le iba a replicar. Denunció que Pedro Sánchez cuenta con “ochocientos asesores en La Moncloa” e hizo un chiste sobre el tema. Es un dato falso. Son 390. Ochocientos es la cifra que engloba a los asesores de todo el Gobierno. 

Es un bulo que ya circulaba en 2022 y que Feijóo ha utilizado en más de una ocasión. Tiene que saber que no es cierto.

Estaba tan crecido en ese mitin que dijo sobre su debate televisado con Sánchez: “Hice lo más importante: contar la verdad y gestionar la realidad”. Si se ha inventado la cifra de asesores en Moncloa, como para creerle cuando explica lo que hizo en el debate. 

Feijóo debería tener claro cómo fueron los incrementos de las pensiones durante los años del Gobierno de Rajoy. Son datos que están disponibles y al alcance de cualquiera que quiera consultarlos. Le preguntaron por ello en el programa 'La hora de la 1' en TVE. 

“Nuestro partido nunca ha dejado de revalorizar las pensiones conforme al IPC”, dijo. Esta vez tenía delante a una periodista que había hecho los deberes.

–Silvia Intxaurrondo: “No es correcto, señor Feijóo”.

–Feijóo: “Es absolutamente correcto”.

–Intxaurrondo: “No lo hicieron ni en 2012 ni en 2013 ni en 2017”.

–Feijóo: “Yo no sé de dónde saca usted eso”.

De dónde lo va a sacar. De la información pública anual sobre pensiones e inflación.

Feijóo insistió en esa información falsa y retó a la periodista: “Le pido rectificación en el caso de que usted esté en un error”.

Intxaurrondo le preguntó después por otra de sus mentiras en el debate, según la cual Sánchez había impedido la investigación judicial del caso Pegasus. Su entrevistado estaba tan picado que volvió a referirse a las pensiones y a acusar a la periodista: “Parece ser que alguien está equivocado y me da la sensación de que es usted”.

El Mundo lo llamó “la gran bronca” en la 'home' de su web y en el artículo “feroz rifirrafe” y luego “bronca monumental” entre ambos. Intxaurrondo nunca perdió los nervios ni levantó la voz. En esta visión del periodismo, si una periodista corrige un error de algo que se puede comprobar, aparece convertida en una guerrera enfurecida o algo parecido.

Para saber qué tipo de reacción provocará esta entrevista en el Partido Popular, es suficiente con revisar la cuenta de Twitter de la Plataforma TVE Libre, creada por simpatizantes del partido en TVE. “Intolerable sectarismo” de Intxaurrondo, afirma⁩. “Esto de las pensiones la inhabilita en una RTVE⁩ pública donde la neutralidad es obligada”. ¿Dónde se ha visto que una periodista reaccione al escuchar un dato falso? No hay que ser un genio para saber que los integrantes de esta plataforma están esperando la victoria del PP para hacerse con el control de la redacción. Es lo que sucedió en los años de Rajoy.

Después del programa de TVE, Feijóo publicó dos tuits sobre la entrevista. ¿Para rectificar? No exactamente. Lo que hizo fue insistir en su denuncia inicial: “Reitero que el Partido Popular nunca congeló las pensiones y el PSOE sí, con el voto de Sánchez. El PP subió las pensiones cada año y el PSOE no”. Pero lo que él había dicho era otra cosa, que el Gobierno de Rajoy había subido las pensiones conforme el índice de inflación, que es lo que Intxaurrondo dijo que no era cierto.

Feijóo no está acostumbrado a que una televisión pública le desmienta afirmaciones falsas. Durante doce años, se ocupó de que la TVG gallega fuera un cortijo personal siempre dispuesta a complacerle. Fue también la primera medida de Isabel Díaz Ayuso cuando ganó las elecciones de 2021 en Madrid. “Los redactores y redactoras no podemos escribir con libertad nuestras noticias, no tenemos autonomía para decidir el enfoque ni para seleccionar los insertos que acompañan nuestras informaciones”, dijo a este diario en 2020 un portavoz de la iniciativa Defende a Galega, que protesta desde hace años contra la manipulación informativa.

No es la primera vez en esta campaña que a Feijóo le recuerdan que él ha mentido. En la entrevista en Onda Cero el 14 de julio, se puso muy torero y dijo: “A mí me importa mucho que no se me diga que miento. Porque si miento, lo único que estoy haciendo es ser un sanchista más”. La derecha creó un personaje de Pedro Sánchez que mentía hasta cuando daba los buenos días. Por oposición, el PP no puede tolerar que se hable sobre las veces en que su líder utiliza falsedades.

Carlos Alsina le interrumpió con algo que sabe todo el mundo: “En el debate dijo algunas cosas que son mentira”.

Feijóo se quedó un poco helado y sólo acertó a decir que “sería bueno que usted me dijera cuáles”. Alsina le hizo un resumen. Lo más divertido es que uno de los ejemplos de falsedades que dio el periodista era precisamente el relacionado con la revalorización de las pensiones.

El candidato del PP no podía alegar desconocimiento sobre el tema en TVE, porque ya se lo habían recordado. Le dio igual. Es peligroso tener a un político en Moncloa que crea que él tiene el privilegio de mentir y que los demás no tienen derecho a corregirle.

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