PP y Vox animan a mantener la presión en la calle en la recta final de la negociación de la amnistía
Las negociaciones entre el PSOE y Junts para la investidura de Pedro Sánchez encaran los días decisivos. Ya sea para que haya acuerdo o para ir a nuevas elecciones, el calendario es inamovible y avanza inexorable hacia la fecha límite del 27 de noviembre. Hasta entonces, la derecha ha reaccionado de un único modo: alentando movilizaciones contra una amnistía cuyo contenido exacto nadie más que los negociadores conoce. El PP y Vox, que compiten por liderar estas protestas, intentan que no decaiga el ruido en las calles con una cascada de convocatorias durante todo el mes, con la extrema derecha apoyando expresamente las concentraciones violentas ante la sede del PSOE, y el PP minimizando los incidentes, cuando no culpa directamente al Gobierno.
Tras la segunda noche de altercados frente la sede del PSOE en la calle Ferraz de Madrid, Feijóo rompió su silencio sobre los disturbios. En un tuit publicado pasadas las once de la noche del martes, el líder del PP aseguró que “el malestar social es responsabilidad” del presidente del Gobierno en funciones y líder socialista, Pedro Sánchez. Feijóo critica los disturbios, y pide el “respeto y ejemplaridad que faltó siempre al PSOE y sus socios”. “No somos como ellos. Ni como la minoría que actúa igual”, zanja, sin condenar expresamente los hechos.
El tuit se publicó varias horas después de los altercados provocados por manifestantes ultras. Antes, el propio Sánchez había criticado un “silencio” que “retrata” al PP, partido al que no cita.
En su mensaje, Feijóo aprovecha para reiterar la convocatoria para manifestarse el próximo domingo contra la amnistía. El PP quiere llenar toda España de concentraciones contra la negociación entre el PSOE y Junts. Tras las de Galicia, Madrid, Málaga y Valencia, el dirigente anunció este lunes sendas protestas en cada capital de provincia. 52 movilizaciones simultáneas, algo que los barones del partido ven con buenos ojos para permitir que sea cada territorio el que muestre su rechazo a la negociación con los independentistas sin tener que desplazarse, como suele ocurrir.
La única dirigente popular que sí condenó sin reservas los disturbios ante la sede socialista fue su portavoz parlamentaria, Cuca Gamara, quien pasada ya la media noche aseguró que “nada justifica la violencia que se ha vivido hoy por parte de una minoría”. “Mi rotunda condena”, añadió en X, la antigua Twitter.
Gamarra, Feijóo y todo el PP secundarán la concentración de Madrid, que se celebrará en la Puerta del Sol. El secretario general del PP autonómico, Alfonso Serrano, envió el martes un mensaje a todos los cargos públicos –lo que incluye a concejales y diputados, pero también a asesores– imponiendo la asistencia “obligatoria” a la movilización del domingo, informa Fátima Caballero.
“Debéis llegar a unos números como los de Goya”, recoge el escrito, en referencia a la movilización del pasado 24 de septiembre en la plaza de Felipe II, y en la que el PP congregó a decenas de miles de personas. “Es necesaria la máxima movilización del partido ante un momento así”, insiste el número dos de Isabel Díaz Ayuso.
El PP de Madrid se ha situado, como es habitual, lo más a la derecha que puede en su partido. Fue precisamente Esperanza Aguirre, referente de la actual presidenta de Madrid, quien el pasado fin de semana alentó a cortar el tráfico de la calle de Ferraz a quienes se concentraron frente a la sede del PSOE en la capital.
Esas concentraciones han ido sumando participantes hasta que en la tarde del lunes se incorporó el líder de Vox, Santiago Abascal, quien abandonó la concentración cuando comenzaron los encontronazos entre manifestantes y los antidisturbios desplegados para proteger la sede socialista.
Unas horas más tarde, Vox volvió a convocar nuevas movilizaciones frente a la sede de Ferraz para la tarde noche del martes.
El comunicado del PP lanzado a primera hora acusaba al Gobierno de “obligar” a la Policía a “tratar como CDR” y de forma “injusta” a los violentos en Ferraz del lunes por la noche.
Ni Feijóo ni Gamarra ni Borja Sémper quisieron condenar a lo largo de la mañana los disturbios de la jornada anterior.. El vicesecretario de Cultura justificó las protestas ante la sede del PSOE en la acusación por terrorismo anunciada por el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón contra Carles Puigdemont y otros líderes independentistas. “La indignación ciudadana crece según conocemos lo que quiere hacer Pedro Sánchez”, dijo, para recordar esa “imputación por terrorismo”. “Es normal que la gente esté indignada”, insistió. “Quieren amnistiar a los CDR, a Tsunami Democràtic, a quienes incendiaron, levantaron barricadas, provocaron lesiones en policías y fueron capaces de entorpecer el funcionamiento del Prat”, apuntó, para rematar: “Quienes promueven la amnistía se quejan de que los ciudadanos se manifiesten ante sus sedes”.
También pidió explicaciones Ayuso. La presidenta regional ha sido de las dirigentes que más han animado a la movilización ciudadana. Ayuso ya se volcó con la manifestación convocada por Sociedad Civil Catalana el 8 de octubre en Barcelona, incluso antes de que su líder se pronunciara al respecto, y desplazó a todos sus consejeros a la capital catalana. Este martes, la presidenta regional apoyó las movilizaciones ante la sede de Ferraz por el “descontento general” y avisó de que “va a más”. “Los españoles, el pueblo, tienen derecho a manifestarse y hacerlo allí donde considere mientras sea pacífico”, defendió Ayuso, para pedir explicaciones al Gobierno por la actuación policial en Ferraz, pese a reconocer que los ultras “parasitaron” la protesta.
La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, lamentó este martes que Alberto Núñez Feijóo y el PP no se hayan mostrado abiertamente en contra de esos actos violentos, informa José Enrique Monrosi. “La actitud del PP, bajo nuestro punto de vista, tendría que ser muy distinta. Creemos que el PP y Feijóo tendrían que estar condenando con rotundidad este ataque a un partido político. Entendemos que tendrían que estar rechazando las consignas y los símbolos de estas manifestaciones. Pedimos al PP y a Feijóo que acepten de una vez por todas las reglas de la democracia y el resultado de las elecciones”, dijo en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.
También el nuevo líder del PP vasco, Javier de Andrés, tuvo su oportunidad de pronunciarse en contra de los altercados en Ferraz. Pero optó por decir que forman parte “de un movimiento social en contra de las decisiones que está adoptando el PSOE”.
Lejos de hacerlo, en la sesión de control al Gobierno de la tarde del martes en el Senado, el dirigente del PP José Antonio Monago acusó al Ejecutivo de haber “polarizado” a España a cuenta de la negociación con los independentistas catalanes y de quererlo “arreglar si es necesario con gas mostaza”. También acusó al Gobierno de “sobrepasar todas las líneas rojas” en la negociación con los independentistas, y de “coquetear con presuntos terroristas según el auto de imputación de la Audiencia Nacional”, en referencia a la decisión del juez Manuel García Castellón de imputar por ese delito a Carles Puigdemont, Marta Rovira y otros dirigentes políticos catalanes.
Monago cuestionó que sea “buen negocio para España amnistiar a señores con amistades peligrosas como Rusia”, en otra referencia a otra pieza contra el independentismo que instruye el mismo García Castellón. “A los comunistas esto les interesa”, ironizó. “Nos quieren llevar a un cambio de régimen. Pero no lo van a conseguir, no se lo van a permitir los españoles”, concluyó.
Vox, contra la Policía
En esa pugna por abanderar la protesta en la calle contra la amnistía, Vox se ha implicado directamente en las concentraciones ante la sede del PSOE. Primero, su organización juvenil, ‘Revuelta’, tejió las primeras convocatorias. Luego, el propio Abascal se presentó en Ferraz para ponerse al frente, aunque se escabulló con los primeros altercados.
Este martes, el líder de la extrema derecha cargó contra Marlaska y el delegado del Gobierno en Madrid, pero también contra la propia Policía Nacional, a la que acusó de cumplir “órdenes ilegales”, informa Carmen Moraga.
En una rueda de prensa, en la que ha vetado a elDiario.es, pidió a los agentes “que no cumplan órdenes ilegales” del Gobierno, “órdenes políticas”, “en caso de que vuelvan a producirse”. “Marlaska pretende criminalizar las movilizaciones y enfrentar a la policía con su propio pueblo y al pueblo con la policía”, añadió, secundado por los vicepresidentes de los gobiernos regionales que comparte con el PP.
Pese a este aparente apoyo a los policías, el líder de Vox anunció “querellas” no solo contra el Gobierno, sino también contra “los agentes de Policía Nacional que intervinieron en los sucesos cometidos ayer [por el lunes] en la calle Ferraz”.
A última hora del martes, Abascal fue todavía más lejos. A diferencia del día anterior, el líder de Vox no se presentó en la concentración pero la alentó desde sus redes sociales cuando ya se conocían los altercados provocados por grupos de manifestantes ante la sede socialista. Antes de decir que Vox seguirá apoyando las “protestas de resistencia pacífica ante los golpistas” aseguró que Sánchez es el reponsable de la violencia “porque pretende dar un golpe de estado que pretende liquidar la legalidad”.
Hasta el tuit de la pasada noche, Feijóo se había mantenido en silencio sobre los altercados. El lunes no dijo una sola palabra en un discurso ante la Junta Directiva Nacional del PP en el que defendió las protestas callejeras como única alternativa que le queda ya para mostrar su rechazo a la amnistía. “Vamos a seguir”, dijo. “No nos van a silenciar. No nos van a callar. No nos van a parar”, señaló.
Hasta ahora, el PP había encubierto sus manifestaciones contra la amnistía en forma de mítines-protesta. Pero los que ha convocado ahora para el 12 de noviembre no serán, según explican desde la dirección nacional, actos de partido, sino concentraciones abiertas a cualquiera que quiera manifestarse contra la negociación. “Quieren amedrentarnos, pero estaremos el 12 de noviembre a las 12 de la mañana en todas las plazas de capitales de provincia recordando que somos una democracia y un Estado de derecho”, aseguró.
Tras la movilización de este domingo llegará la concentración del próximo 18 de noviembre, convocada por diferentes asociaciones vinculadas a la derecha y que tendrá como escenario la Plaza de Cibeles de Madrid. Allí coincidirán otra vez, al menos en el tiempo, Feijóo y Abascal en su rechazo en la calle a la investidura de un Pedro Sánchez que confía en tenerla cerrada para entonces.
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