La presidenta del Poder Judicial defiende su designación como un “reconocimiento” a la lucha de las mujeres
Apenas 24 horas después de prometer su cargo ante Felipe VI, Isabel Perelló ha realizado su primera intervención pública como presidenta del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo en el solemne acto de Apertura del Año Judicial. Durante 15 minutos, la flamante presidenta ha desplegado un discurso de cariz feminista, en el que ha reconocido la lucha de las mujeres que han trabajado por el “derecho a la igualdad” y por acabar con la “inmerecida invisibilidad a la que se han visto sometidas en los distintos ámbitos de la vida profesional y social”.
Perelló es la primera mujer en la historia en presidir el órgano de gobierno de los jueces desde la creación de este órgano judicial en 1812. Un hito para el que han tenido que pasar más de 200 años y que no ha pasado inadvertido en su discurso. “Nací en una España en la que las mujeres no podían acceder a la carrera judicial. Ahora somos mayoría (...). Tuvimos que esperar al siglo XXI para llegar al Tribunal Supremo. Aún así, queda mucho camino por recorrer: las mujeres siguen siendo minoría en los altos cargos judiciales”, ha aseverado.
Ante el rey Felipe VI, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, el ministro de Justicia, Félix Bolaños, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y la Sala de Gobierno del Supremo, Perelló ha afirmado que el órgano de gobierno de los jueces está preparado para afrontar los “numerosos desafíos” que tiene por delante tras “años muy difíciles”, ha defendido su compromiso con la “independencia judicial” y con el “derecho a la discrepancia” de las resoluciones judiciales siempre que no vayan acompañadas de “la descalificación o el insulto”. Y ha advertido de que “ningún poder del Estado puede dar instrucciones a los jueces sobre cómo interpretar el ordenamiento jurídico”.
Tras la excepcionalidad de los últimos años, la Apertura del Año Judicial se ha celebrado en esta ocasión con un ambiente radicalmente distinto. Principalmente, por la renovación del órgano de gobierno de los jueces tras un complejo acuerdo político al que el Partido Popular se resistió durante años con excusas crecientes y cambiantes.
Al acto han asistido los nuevos veinte vocales del CGPJ, que lograron ponerse de acuerdo in extremis sobre la persona que debía dirigir la institución más importante del tercer poder del Estado durante el próximo lustro. La elección de Perelló, que se produjo tras cinco semanas de intensas negociaciones, también supone que el primer sillón de la judicatura española vuelva a estar ocupado por una persona de perfil progresista después de casi tres décadas.
En su discurso, Perelló también ha aludido al que será uno de los principales retos de este mandato del CGPJ: cubrir el centenar de plazas vacantes en las cúpulas de los principales tribunal que dejó el bloqueo de los últimos años. Una “ingente labor” que la presidenta se ha comprometido a realizar “con rigor, transparencia y respetando estrictamente los principios de mérito y capacidad”. “Tenemos la obligación de garantizar que el sistema de selección de magistrados nos lleve a la elección de los mejores profesionales”, ha aseverado.
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