Feliz día del ‘Perro Sanxe’: el líder del PSOE trolea a la derecha dando la vuelta a un insulto viral

Al filósofo estoico Diógenes le encantaban los perros: criaturas leales que necesitan poco para vivir. Para quien ama los perros, nunca ‘perro’ podrá ser un insulto. Los canes están presentes en esta campaña electoral, como lo han estado en otras (desde la campaña de 1996 en que el PSOE usó un agresivo dóberman para retratar a la derecha, que salió ganando con Aznar, hasta el añorado Pecas, el perro de Esperanza Aguirre). En esta campaña el perro se apellida Sánchez (o Sanxe) y es el alter ego viral del presidente Pedro Sánchez.

El descalificativo ya circulaba por mentideros virtuales conservadores como Forocoches hace casi una década. Con el paso de los años, la izquierda ha conseguido reapropiárselo.

Las redes sociales llevan semanas inundándose de memes de perro sanxe y este viernes, día final de la campaña electoral para el 23J, el presidente del Gobierno ha aprovechado que el 21 de julio es el Día Internacional del Perro para trolear sutilmente a la derecha.

“Feliz #DíaMundialDelPerro” dice escuetamente en el mensaje difundido desde su cuenta personal en la red social Twitter, que el presidente acompaña con una foto suya acariciando a Turca, una perra que llegó a su familia en 2017, y a otro perro.

También en Instagram ha publicado el mismo mensaje, esta vez acompañado de la canción de Rigoberta Bandini titulada ‘Perra’.

La foto es reciente, porque el presidente luce en su solapa la insignia de la presidencia española de la Unión Europa, que comenzó este mes.

A las publicaciones han respondido multitud de usuarios, muchos del propio PSOE o afines, con otros memes y también con la frase que da definitivamente la vuelta al insulto: “Más sabe el perro sanxe por perro que por sanxe”.

No es la primera vez que lo que comienza como una persecución o un insulto acaba resignificado en símbolo orgulloso y convertido en un bumerán que golpea a quien lo lanza.

Salvando todas las distancias históricas, en los campos de concentración, los nazis usaban un triángulo invertido rosa para identificar a los homosexuales y el mismo triángulo, de color rojo, para los prisioneros políticos. Hoy ambos triángulos son símbolos tras un proceso de resignificación del odio. El triángulo rosa es el símbolo del movimiento LGTBI y el triángulo rojo, del comunismo.

Algo similar sucede con el descalificativo ‘maricón’ o ‘bollera’: dejando atrás el odio, también se resignifica según quién lo utilice y en qué contexto, para exhibir un orgullo y defensa de la propia orientación sexual.