Jabones sostenibles, 'hackeo' de lavabos y bibliotecas ‘refugio climático’: así defienden un uso racional del agua en Sevilla
A las puertas de un verano que se espera extremadamente caluroso, y con una creciente preocupación por la sequía en todo el sur peninsular, la propuesta de Luces de Barrio para este año no podía sino mirar hacia el uso racional del agua, la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático. En efecto, en su octava edición, este proyecto promovido por el Instituto de la Cultura y las Artes del Ayuntamiento de Sevilla (ICAS) ha querido abordar estos grandes retos como es ya costumbre, desde el compromiso y la imaginación, con una serie de acciones que invitan al ciudadano a tomar partido desde su propio ámbito doméstico.
Bajo el título Bibliokepos, Luces de Barrio ha querido trabajar sobre la red de bibliotecas de Sevilla con el objeto de que dejen de ser “lugares de consumo pasivo, para leer o estudiar, y se conviertan en espacios de reflexión y creación”, comenta Fran Pazos, uno de los comisarios del proyecto. Así, inspirados en la filosofía de Epicuro, en cuyo jardín se reunían los filósofos, y en obras como Palacios del pueblo, del sociólogo Eric Klinemberg, pensaron que dichas bibliotecas, que ya son refugios del pensamiento y del conocimiento, podían ser también refugios climáticos.
Por un lado, empezaron a trabajar sobre los fondos de las bibliotecas sevillanas relacionados con la acción por el clima, invitando a profesionales de distintas disciplinas y colectivos varios a que contribuyan a una ofrenda para las bibliotecas Julia Uceda, Los Carteros, Torreblanca y Felipe González, que tendrá lugar el próximo 15 de junio. Hasta esa fecha se podrá visitar también, en la sala alta de la citada Biblioteca Felipe González, un jardín interior estructurado sobre cuatro elementos: estructura, vegetación, agua y luz.
Geles artesanales
Este modelo se replicará en las otras bibliotecas mencionadas, atendiendo a las características de cada una y respetando todas las reglas de fabricación ecosostenible, desde la madera ensamblada a la ausencia de tornillería. Los módulos resultantes, diseñados en colaboración con la Cátedra de Confort Climático de la Universidad de Sevilla y fabricados en el Fablab de la Escuela Superior de Arquitectura, albergarán los títulos seleccionados y pretenden al mismo tiempo ser “no solo una fuente de información, sino un lugar de tertulia e intercambio que refuerce la conciencia ecológica de los usuarios”, apunta Pazos.
En España, subrayan los responsables de Luces de Barrio, “se desperdician por diferentes motivos 650 mil millones de litros de agua al año, y las fugas y averías son los factores principales que provocan esta situación, algo que se agrava si valoramos la sequía ocasionada por la falta de lluvia en nuestro país”. Por ello, el proyecto de Bibliokepos se completa con sendos talleres -que se repetirán el día 15 de junio, dada la alta demanda- que animan a cada participante, de un modo sencillo, a colaborar en un uso racional del agua sin salir de casa.
Uno, centrado en la fabricación de un jabón sostenible, ha sido impartido por Dolores Garvi de Bosque Anxanar, y ha llevado por título Elaboración de Hierbos. Especializada en la formación en cosmética natural (fitocosmética) y la aromaterapia para todas las edades, Garvi realizó una introducción a la etnobotánica y fitocosmética natural/vegetal, donde el participante podía interactuar con la planta en seco y los extractos de esas plantas. La profesora explicó asimismo las propiedades de cada una de ellas y los beneficios del conocimiento del entorno en la lucha contra el cambio climático, para que tras la formación, los participantes obtengan su propio gel de manos artesanal.
Pequeños cambios
El otro taller estuvo dedicado a la creación de un plugin de hackeo de lavabos para reciclar el agua de baño, y ha corrido a cargo de Pablo Pujol. “En este caso, en el taller se aprenderá a hackear nuestros propios lavabos para reciclar las aguas grises, dando un nuevo uso a un recurso que habitualmente desaprovechamos”, comentan. “A través de la creación de un aljibe doméstico, con materiales sencillos, accesibles y económicos, el agua recuperada servirá para regar jardines interiores como el diseñado para las bibliotecas así como para la limpieza del suelo. Precisamente, otra de las claves en la incorporación de este sistema es también la importancia de usar jabones sostenibles que estén especialmente preparados para no afectar a las plantas y, en definitiva, al planeta”.
“Si consideramos que en los lavabos domésticos se va por el sumidero una media de 21 litros por día y persona, la suma anual de toda esa agua junto a la de los fregaderos y las duchas da como resultado un volumen como la dársena del Guadalquivir”, señala Pazos. “Esa agua se puede usar perfectamente, como hemos venido demostrando en Luces de Barrio, para riego de plantas y baldeo, siempre que los jabones que se usen no contengan sustancias agresivas”.
El proyecto se completó con sendos diálogos, uno con Ernesto Rodríguez, físico y meteorólogo Superior del Estado, y otro con Pablo De Soto, director de Laboral Centro de Arte de Gijón, y Amanda Masha, directora del Instituto Mutante de Narrativas Ambientales (itp.UPM), quienes hablaron, desde sus propuestas como comisarios, sobre la capacidad del arte como herramienta de mediación entre la sociedad y la emergencia climática hacia una transición ecológica. Ambos expertos ayudaron a imaginar posibles escenarios a través de una conversación cuyo espíritu responde a la filosofía del propio proyecto de hábitat urbano, reflexionar sobre los retos del cambio climático así como sobre posibles soluciones de adaptación y mitigación.
“Somos conscientes de que hablamos de cosas muy pequeñas, como cambiar un jabón químico por uno natural”, concluye Pazos. “Pero pequeños cambios en las pautas de consumo pueden ayudarnos a aprovechar lo que hoy se vierte sin más, y a dar entre todos pasos hacia un futuro algo más esperanzador”.
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