‘Ladies, wine & design’, la lucha de las diseñadoras andaluzas contra el techo de cristal: “Otra manera de liderar es posible”

Cartelería del Colectivo Verbena para el espectáculo del Sr. Correcto 'La verdadera historia de la muerte de FF'.

Alejandro Luque

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Todo empezó con unas estadísticas: solo un 1% de las agencias creativas están dirigidas por mujeres o personas no binarias. Demasiado poco para un sector en el que precisamente abundan las profesionales. Los números hicieron saltar la alarma de Jessica Walsh, diseñadora, directora de arte, ilustradora y educadora estadounidense que decidió crear una iniciativa sin ánimo de lucro precisamente para invertir la tendencia. Hoy esa iniciativa, llamada Ladies, wine & design, suma acciones en 285 ciudades de todo el mundo, y Sevilla ha vuelto a participar en ella este fin de semana en el marco del Festival Offf.

Allí se dieron cita la diseñadora onubense Granada Barrero, cabeza visible de Ladies, wine & design en Andalucía, y sus colegas granadinas del Colectivo Verbena, Susana Aguilera y Enka Corrales. Barrero explica que hace unos años, cuando era presidenta de la Asociación Andaluza de Diseñadores, pensó que sería buena idea llevar el espíritu de Walsh a tierras sureñas, y desde hace tres años concurre regularmente en el Offf. “La realidad actual es que un 70% del alumnado en las escuelas de diseño son mujeres, pero solo el 11% tienen perfiles de CEO. Queremos que tengan un ejemplo a seguir, y que no vuelva a pasar lo de antaño, donde era posible que yo me viera como la única ponente mujer en un festival de tres días”, comenta.

Sus compañeras asienten: “En mis clases de Bellas Artes, las mujeres llegábamos al 80%”, apunta Aguilera. “Solo se nos enseñaban referentes masculinos. Las mujeres estaban siempre a la sombra de los hombres, lo que trabajaban lo firmaban ellos. Hay mucha arqueología que hacer ahí, pero creo que las escuelas se están poniendo las pilas y rescatando perfiles y hablando de retos y dificultades”.

Modelos democráticos

Ese camino está ya iniciado con proyectos como Referentas de Amanda Lázaro, pero no se queda solo en el rescate de nombres valiosos. Para Barrero, la evolución que el feminismo está experimentando en los últimos años “está generando una nueva manera de liderar, que no replica el modelo patriarcal que conocíamos. Está cambiando todo a base de empatía”.

“Nosotras en Verbena funcionamos como cooperativa”, agregan Aguilera y Corrales. “Creemos en un modelo democrático. Cuando perteneces a una minoría oprimida o sientes en tus carnes la discriminación, eres más sensible a estas cosas. Que todo sea consensuado y que cada persona valga lo mismo que la que tiene al lado es un valor feminista”.

Corrales recuerda que, cuando el colectivo echó a andar, lo primero fue redactar “un manifiesto que era como una carta a los Reyes Magos. ¿Cómo te gustaría que fuera tu trabajo? ¿No tener jefes, no tener presiones, pasarlo bien en él, conciliar…? ¿Tener horarios flexibles? No éramos tan conscientes de que se podía hacer todo”. Para Aguilera, parte del inmovilismo del modelo empresarial pasa por “la desconfianza: hacia los empleados, hacia el teletrabajo… Lo más bonito que podemos regalar a las nuevas generaciones es la demostración de que las cosas pueden hacerse de otra manera”.

Liderazgo no autoritario

Porque lo cierto, aseveran todas, es que la incorporación de las mujeres a puestos de responsabilidad ha supuesto a menudo la reproducción de los vicios del modelo masculino de trabajo o de éxito. Barrero asegura que “he tenido situaciones en las que se ha dudado de mi liderazgo por no ejercerlo de manera autoritaria. Se me recriminaba que no era lo bastante fuerte, pero a lo mejor he hecho crecer esa organización no solo en números, sino también en bienestar de las personas que la integran”.

Para Corrales, hay una clave en torno a los cuidados y los autocuidados. “Sentirse bien es beneficioso para todos, y si estar con la familia o ir al gimnasio te hace falta para ello, tienes que hacerlo. Como expresar lo que nos pasa. Nosotras celebramos una reunión trimestral que llamamos Mondongo, donde hablamos de nuestros estados de ánimo, unas de forma más expresiva y otras más retraída, pero eso es darle valor al equipo”.

Todo ello tiene que ver con el vino del nombre Ladies, wine & design, una idea de charla natural en la que, por cierto, no se trata de contar lo bien que le va a todo el mundo. “Esas reuniones en las que todos alardean de éxito pueden ser muy frustrantes para quien empieza”, interviene Corrales. “No siempre puedes decir que todo te va increíble. Y se puede aprender mucho de aquel a quien no le va tan bien”.

Fe en la gente joven

Por otro lado, las tres participantes del Offf son conscientes de que la inclusión de las personas no binarias en el proyecto no está a salvo de la controversia en el debate actual del feminismo. “Nos gustaría mostrar más diversidad, pero los estudios no suelen expresar sus valores al respecto, o las personas que los componen. Es un tema delicado”, admite Barrero, mientras que Corrales ve positivo el debate: “Si hoy soy mujer y por lo que sea mañana me siento hombre y mi estudio es todo de mujeres, ¿cómo hacemos? Lo cierto es que estamos en el camino de que las cosas cambien y de construir en función de las personas que no tienen que encasillarse en algo”.

En este sentido, muestran una fe absoluta “en la gente joven. Estamos aquí para escucharla”, dice Aguilera, quien celebra que “si hemos logrado crear un sitio acogedor e inclusivo, como nos han hecho saber algunas becarias, algo estamos haciendo bien. Y esa gente me da una esperanza total, son mucho más libres y empoderadas que nuestra generación”.

“Los cambios van a su ritmo, pero siento que todavía se pueden acelerar mucho más y romper más trabas culturales”, concluye Barrero.  “Estas chicas nuevas son herederas de la pandemia, tienen por delante un mercado laboral muy complejo, no están para tonterías y reivindican lo suyo”.

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