Sabotean plantas de oxígeno donadas para abastecer hospitales de Iquitos

Las dos plantas de oxígeno adquiridas con donaciones por la Vicaría Apostólica de Iquitos para abastecer a los hospitales de la capital de Loreto, en la amazonía de Perú, están siendo blanco de sabotajes por parte de extraños que malogran su funcionamiento durante las noches.

“Vamos a poner vigilancia las 24 horas sobre las dos plantas que están funcionando en el hospital regional, ya que van dos días que extrañamente cuando amanece descubrimos que algo de una planta está roto”, denunció el administrador diocesano del Vicariato Apostólico de Iquitos, Miguel Fuertes, durante la celebración de la misa.

“Poner vigilancia las 24 horas del día significa una cantidad considerable de lo recaudado, no se podrá utilizar en medicina, sino que hay que utilizarlo en pagar a los guardianes, realmente se me parte el corazón”, agregó el sacerdote.

COVID-19 EN EL CORAZÓN AMAZÓNICO

Iquitos se convirtió hace varias semanas en uno de los focos más dramáticos de la pandemia en Perú debido a que su sistema sanitario colapsó rápidamente y los pocos hospitales de la región quedaron totalmente desabastecidos de oxígeno para atender a los enfermos por el coronavirus.

Hasta la fecha, se han registrado 3.391 casos de COVID-19 en la región Loreto, de la que Iquitos es capital, con 276 fallecidos, mientras que en todo el país hay 119.959 casos y 3.456 muertos.

A inicios de este mes, los sacerdotes de la Vicaría organizaron una colecta que consiguió en 24 horas recolectar más de un millón de soles (más de 300.000 dólares) para adquirir las plantas de oxígeno necesarias para abastecer a los centros de salud.

MILLONARIA COLECTA

Fuertes detalló que la colecta ha permitido reunir 1,8 millones de soles (más de medio millón de dólares) con los cuales se han adquirido dos plantas de oxígeno para abastecer el hospital regional de Loreto, se ha pagado parte de una tercera planta, además de equipamiento y medicinas para distintas zonas de Loreto.

Sin embargo, Fuertes denunció que “por el día, mientras están ahí los técnicos todo va bien, por la noche se malogran, curioso ¿no?”.

Incluso, el fin de semana hubo una baja de la corriente eléctrica, lo que causó que la planta de oxígeno se apagó “hasta media mañana, que pasó por ahí un sacerdote, nadie dijo nada y el hospital sin oxígeno, realmente lamentable”, apuntó.

Fuertes mostró su desazón por lo ocurrido pero consideró necesario informarlo, a través de las redes sociales de la Vicaría, a todas las personas que participaron en la colecta.

CELOS Y SABOTAJE

Asimismo, se dirigió a los responsables de estos sabotajes, después de indicar que a algunas personas no les ha gustado la iniciativa llevada a cabo por la Iglesia.

“Si hay intenciones extrañas sobre la ayuda que todos estamos dando, les invocando a esos autores a abrir su corazón y comprometerse con la vida de quienes más lo necesitan”, expresó el sacerdote.

El portavoz de la Vicaría agregó que “no estamos en competencia con nadie, en esta lucha contra el coronavirus, sencillamente con el aporte de todos ustedes y de muchas personas, estamos llevando un poco de salud y vida a las personas, tanto de Iquitos como del río”.

EN CARRERA POR OXÍGENO

Una de las plantas de oxígeno comprada por la Vicaría está conectada a la red existente en el hospital regional y la otra está llenando balones para el mismo centro de salud, hasta que pueda ser conectada a la red de abastecimiento.

Una tercera planta de oxígeno, de la cual se ha pagado el 40 %, será instalada en el hospital de Nauta, uno de los centros de salud más cercanos a las comunidades indígenas asentadas en la Amazonía peruana y que han sufrido el deceso de al menos 43 de sus pobladores por la pandemia.