Las caras de Roberto, Natalia o Pablo se ven cansadas. No han dormido y se nota. Estos tres estudiantes se han pasado la noche encerrados en el edificio de gestión del campus de Vicálvaro de la Universidad Rey Juan Carlos junto a otro medio centenar más de compañeros de diferentes campus y titulaciones. El objetivo: mantener viva la protesta por la corrupción en la universidad y seguir pidiendo cuentas al rector, Javier Ramos.