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La baja educación de los padres aumenta la posibilidad de que los hijos mueran jóvenes
Una baja educación formal de los padres reduce las posibilidades de sus hijos de vivir vidas largas y saludables, según un reporte difundido este martes por expertos de la Universidad de Colorado (CU) en Boulder (EE.UU.).
Basado en el análisis de datos de más de 377.000 niños y jóvenes de Estados Unidos, el informe sostiene que si los padres carecen de educación universitaria, “los hijos tienen significativamente más posibilidades de morir jóvenes”, es decir, antes de los 24 años.
Las investigaciones se realizaron entre 2016 y 2018 bajo la supervisión de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y con la colaboración de las universidades de Carolina del Norte (Chapel Hill, UNC) y de Nevada (Las Vegas).
Se analizaron datos de niños y jóvenes que fallecieron antes de los 24 años entre 1998 y 2015 y luego se cotejaron esos datos con el nivel económico y educativo de sus padres.
“Cuando pensamos en la disparidad educativa o socioeconómica en Estados Unidos, con frecuencia pensamos en cómo (...) afecta a los adultos. Pero nuestra investigación sugiere que la desigualdad puede generar diferencias reales en la supervivencia de los hijos”, anotó el profesor Richard Rogers, del Departamento de Sociología de CU-Boulder.
Fue así como se descubrió la “trágica disparidad” que hace que los hijos de mujeres sin escuela secundaria completa tengan un 40 % más de posibilidades de morir tempranamente que los de madres con mejor educación.
Si los padres no han completado los estudios secundarios, el porcentaje es similar: 41 %.
Específicamente, el 12 % de los menores en Estados Unidos vive con un padre sin estudios superiores y el 15 % vive con una madre sin tales estudios. Esto significa que entre 8,7 millones y 11 millones de niños están en esa situación.
Rogers y sus colaboradores también tuvieron en cuenta otros elementos, como la presencia o ausencia del padre o de la madre en el hogar, o el nivel socioeconómico (pobreza) de la familia.
Es decir, analizaron los factores que determinan si el niño llegará a ser adulto y en qué condiciones lo hará.
El estudio encontró que solo uno de cada cuatro niños en Estados Unidos vive en familias en las que ambos padres fueron a la universidad.
Según el Centro Nacional de Estadísticas de Educación (NCES, en inglés), el 68 % de los adultos en Estados Unidos no completa estudios universitarios de cuatro años.
También, mientras 9 de cada 10 estudiantes blancos completan su escuela secundaria, la relación baja a 7 de cada 10 entre hispanos y afroamericanos.
“El hecho de que siga existiendo esa gran disparidad entre las familias más favorecidas y las menos favorecidas es una tragedia”, expresó el doctor David Braudt, director del estudio.
Por su parte, Rogers advirtió que “la desigualdad económica y educativa sigue creciendo en Estados Unidos”, y enfatizó que “los programas de ayuda social son importantes en sí mismos, pero quizá tengan un mayor impacto social” del que se creía.
La investigación sostiene que educar a los padres resulta una manera efectiva de “salvar las vidas” de sus hijos.
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