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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Proponen un nuevo mecanismo para explicar y tratar los ataques de asma

Un inhalador para el asma

Antonio Martínez Ron

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Un equipo internacional de investigadores, con participación española, ha propuesto un nuevo mecanismo para explicar de forma más completa los ataques de asma. Según su hipótesis, que se publica este jueves en la revista Science, las fuerzas mecánicas que se producen durante estos episodios provocan que las células se acumulen en exceso, lo que da lugar a un proceso de eliminación llamado “extrusión celular”. 

Como consecuencia, el tejido de las vías respiratorias se daña, pierde su función de barrera y aumenta el riesgo de sucesivos ataques. Y los autores han probado, en ratones de laboratorio, que los inhibidores de este mecanismo mejoran el daño y la inflamación.

En el asma, recuerdan los investigadores, la tensión de los músculos alrededor de los bronquios causa daño a las vías respiratorias al apretar y destruir las células epiteliales, lo que promueve la inflamación de las vías respiratorias y la producción de moco a menudo asociada con un ataque de asma. Lo que en principio es un mecanismo defensivo para evitar la entrada de patógenos, se convierte en algunos individuos en un problema, porque el sistema se cierra tanto que impide el paso del aire.

Los nuevos hallazgos presentados por Dustin Bagley y su equipo sugieren que, aunque se produzca esta constricción del bronquio, prevenir el daño causado por esta presión mecánica durante el ataque de asma –en lugar de tratar sólo sus síntomas posteriores– podría allanar el camino para terapias que detengan todo el ciclo inflamatorio. 

Más de 300 millones de personas

El asma es un trastorno común de las vías respiratorias que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo. Aunque se considera principalmente una enfermedad inflamatoria, una característica diagnóstica del asma es la broncoconstricción mecánica (la constricción del músculo liso que rodea las vías respiratorias) que puede provocar una dificultad respiratoria grave y un aumento de la producción de moco en las vías respiratorias. 

Prevenir el daño mecánico causado por un ataque de asma, en lugar de tratar sólo sus síntomas posteriores, podría allanar el camino para nuevas terapias

Se cree que la activación inmune y la inflamación de las vías respiratorias impulsan estos episodios y la terapia de referencia para las exacerbaciones del asma es el albuterol, un broncodilatador de acción corta, y los corticosteroides inhalados, que tratan la inflamación subyacente. 

Sin embargo, estos tratamientos no siempre son eficaces y la comprensión mecánica de las exacerbaciones del asma sigue siendo incompleta. Basándose en investigaciones anteriores, Bagley y sus colegas investigaron las causas subyacentes de la patobiología del asma. Utilizando modelos de ratón y muestras de tejido pulmonar humano descubrieron que la broncoconstricción provoca una acumulación patológica de células en el epitelio de las vías respiratorias, lo que desencadena un proceso llamado extrusión celular que conduce al daño del tejido de las vías respiratorias. 

Este mecanismo provocó inflamación y secreción de moco tanto en ratones como en humanos. Este daño da como resultado una ruptura de la función de la barrera epitelial y podría proporcionar una vía para nuevos ataques broncoconstrictores e inflamación. Aunque los autores muestran que el tratamiento con albuterol no previene el daño del epitelio de las vías respiratorias o su inflamación resultante después de un ataque de asma, encontraron que los inhibidores que detuvieron la vía de extrusión celular contrarrestaron el daño mecánico a las vías respiratorias y redujeron sustancialmente la respuesta inflamatoria. 

“Estos hallazgos no sólo establecen que la broncoconstricción es un estímulo proinflamatorio —escriben Jeffery Drazen y Jeffery Fredberg en un artículo relacionado en Science—, sino que también apuntan hacia el potencial de nuevas vías de investigación que busquen inhibir un círculo vicioso mecanoinflamatorio” 

Prevenir los ataques

Para José Gregorio Soto Campos, director de la Unidad de Gestión Clínica de Neumología y Alergia del Hospital de Jerez y profesor en la Universidad de Cádiz, el estudio es bastante interesante y de buena calidad. Ya se había propuesto previamente que esta pérdida de integridad epitelial que compromete la función de barrera en el asma no sería secundaria, recuerda, sino causante de la patogénesis de la enfermedad, con importantes implicaciones para el desarrollo del asma.

Este estudio puede explicar esta mayor susceptibilidad a nuevas exacerbaciones en un grupo de pacientes

José Gregorio Soto Campos Drector de la Unidad de Gestión Clínica de Neumología y Alergia del Hospital de Jerez

“Los estudios realizados en el pasado reciente sugieren la existencia del fenotipo propenso a la exacerbación de asma”, explica el especialista en declaraciones SMC España. “Este estudio puede explicar esta mayor susceptibilidad a nuevas exacerbaciones en un grupo de pacientes”. A su juicio, el trabajo también puede abrir un camino para futuras investigaciones de posibles dianas terapéuticas y pasar del modelo animal a pacientes asmáticos para ver si los inhibidores de la vía de la extrusión son igualmente eficaces. “Faltaría definir biomarcadores futuros, pero podría ser útil en pacientes con exacerbaciones frecuentes”, sentencia.

Álvaro Martínez, miembro de la unidad del asma del Hospital Clínico de Málaga, cree que este trabajo es muy interesante porque aporta otro elemento con el que cortar ese círculo vicioso que produce la enfermedad. “El estudio viene a recalcar la importancia de este estímulo mecánico de constricción de los bronquios, que hasta ahora parecía solo una consecuencia de los mecanismos celulares e inmunológicos, y ahora muestran que ayuda a perpetuar esa situación”, explica a elDiario.es. Para entenderlo, los autores explican que es como si tienes un rollo de papel y lo aplastas, que lo que hay dentro (el epitelio) queda deshecho. Y lo que muestran no es una forma de evitar la contracción de los bronquios, sino de que cuando esto suceda no se dañe el epitelio. “Por eso creo que es una aportación muy interesante y espero que tenga aplicaciones terapéuticas muy pronto”, concluye.

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