Las autoridades italianas han arrestado este viernes a un médico que afirmaba falsamente haber administrado dosis contra el coronavirus a pacientes antivacunas para que así obtuvieran el certificado sanitario oficial, que se exige en el país mediterráneo para ingresar a actividades de ocio y hostelería.
Según las primeras hipótesis de la investigación, el médico de cabecera, en calidad de funcionario público, fingía haber inmunizado contra el coronavirus a pacientes antivacunas. Su móvil era la convicción de que las vacunas no son útiles contra la pandemia y no el dinero u otro tipo de obsequios.
El doctor, que aseguró haber suministrado las vacunas en la ciudad de Pistoya, donde ejerce, así como en otras localidades de la Toscana, está acusado de falsificación, fraude, omisión de documentos oficiales y malversación de fondos, este último cargo por haber desechado las vacunas y justificar ante el sistema de salud que las había utilizado.
La voz de alerta la dio una madre que denunció la situación ante la Policía italiana, preocupada por el hecho de que su hijo, que había sido vacunado falsamente, pudiera enfermarse de coronavirus, aunque ya había sospechas de anomalías, según las mismas fuentes.
Actualmente, hay 19 personas investigadas por estos hechos, según han señalado los medios italianos.
Por EFE