Un dentífrico creado con queratina del pelo logra que los dientes se reparen por sí mismos: “Podríamos lograr sonrisas más saludables a partir de un corte de pelo”

Héctor Farrés

7 de noviembre de 2025 13:00 h

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Los filamentos proteicos que conforman el cabello y la lana guardan una resistencia extraordinaria ante la tracción y el calor. Esa solidez se debe a la queratina, una proteína que organiza sus cadenas de aminoácidos en estructuras helicoidales capaces de mantener su forma incluso después de sufrir agresiones químicas o térmicas.

Su composición rica en azufre favorece la formación de enlaces cruzados que proporcionan estabilidad y dureza. Esta característica explica que la queratina haya despertado interés en la biomedicina, donde se investiga su capacidad para regenerar tejidos duros y ofrecer soporte a materiales biocompatibles. Esa versatilidad química originó una investigación que ha modificado la visión de la odontología regenerativa.

Un dentífrico experimental abre la puerta a la reparación del esmalte sin perforaciones

Científicos del King’s College London desarrollaron un dentífrico que permite que los dientes se reparen por sí mismos. La fórmula se basa en queratina extraída del pelo y la lana, empleada como matriz proteica capaz de reconstruir el esmalte dental sin necesidad de perforar ni colocar materiales sintéticos.

El estudio, publicado en Advanced Healthcare Materials, fue dirigido por Sherif Elsharkawy, consultor en prostodoncia, y Sara Gamea, investigadora de doctorado. Su objetivo consistió en demostrar que la aplicación de una película compuesta por queratina puede inducir la regeneración natural del esmalte dañado.

El equipo creó una película transparente y flexible que se adhiere a la superficie del diente. Esa capa imita la disposición cristalina del esmalte joven y actúa como base para el crecimiento de nuevas estructuras minerales. Los ensayos demostraron que, al cubrir lesiones iniciales causadas por alimentos ácidos o higiene deficiente, la película favorece la atracción de iones de calcio y fosfato. En cuestión de días, los cristales formados rellenaron los microespacios del esmalte erosionado y, al cabo de un mes, generaron una cobertura densa y ordenada similar a la del diente natural.

El proceso de regeneración se apoya en la respuesta química de la queratina al medio bucal. La proteína reacciona con los minerales presentes en la saliva y orienta el crecimiento de los cristales en forma de agujas, equivalentes a los bastones de esmalte originales. Esa orientación estructurada ofrece un revestimiento sólido que recupera las propiedades mecánicas del diente. El resultado permitió verificar que el material no solo protege frente a la sensibilidad, sino que también reconstruye la superficie dañada.

La biotecnología se aproxima a tratamientos dentales más naturales y duraderos

Sara Gamea explicó que “la queratina ofrece una alternativa transformadora a los tratamientos dentales actuales. Se obtiene de residuos biológicos como el pelo y la piel y evita el uso de resinas plásticas, menos duraderas y tóxicas. Además, su aspecto se asemeja más al color del diente original”. La investigadora destacó la importancia de aprovechar un recurso abundante y sostenible, alineado con la tendencia a reutilizar materiales naturales en la medicina.

Elsharkawy afirmó que “estamos entrando en una era en la que la biotecnología permite restaurar funciones biológicas utilizando los propios materiales del cuerpo. Con más desarrollo y colaboración industrial, podríamos lograr sonrisas más fuertes y saludables a partir de algo tan simple como un corte de pelo”. Su observación resume la ambición del proyecto: sustituir la reparación mecánica por una recuperación biológica del esmalte.

Los responsables del estudio planean trasladar pronto el método al ámbito clínico. Las pruebas con pacientes servirán para evaluar la seguridad y la duración del nuevo esmalte regenerado. El dentífrico y los geles derivados de esta tecnología se presentan como herramientas de uso cotidiano capaces de revertir las primeras fases de la caries y de reducir la sensibilidad dental sin recurrir a intervenciones invasivas.

La posibilidad de convertir desechos de origen animal en un biomaterial que restaura el esmalte sitúa esta investigación en la frontera entre la odontología y la sostenibilidad. Si las pruebas clínicas confirman su eficacia, la queratina podría consolidarse como una fuente renovable con valor sanitario y ambiental, capaz de transformar los hábitos de cuidado dental y de ampliar las opciones terapéuticas disponibles.