Hace casi 3.000 años, en lo que hoy es Rosemarkie, un pequeño pueblo del norte de Escocia, un grupo de personas enterró un tesoro de bronce. Este incluía nueve piezas en total (seis brazaletes y tres adornos especiales), cuidadosamente apiladas y atadas con fibras vegetales. No fue hasta el año 2021 cuando un grupo de arqueólogos encontró lo que ya se conoce como el tesoro de Rosemarkie.
Estos objetos pertenecieron a la Edad del Bronce tardía, específicamente entre 894 y 794 a.C., según los análisis de los expertos. Pero no fue lo único que se extrajo de la zona en aquel momento. Los arqueólogos también encontraron restos de cremaciones humanas, un fragmento de hacha y una falange de oso datada entre el año 3000 y el 2000 a.C, lo que demuestra que esta zona de las Tierras Altas escocesas fue utilizada por diferentes generaciones durante miles de años.
Las piezas del tesoro que más llamaron la atención entonces fueron dos adornos con forma de anillo incompleto, llamados adornos penanulares, decorados con varios anillos más pequeños alrededor. Uno de ellos tiene 37 anillos pequeños, siendo considerado uno de los más completos y elaborados encontrados en Escocia. El otro fragmento conserva 13 anillos intactos.
Nuevos datos sobre el tresoro
Después de meses de estudio del tesoro, los arqueólogos han publicado sus hallazgos en la revista Archaeological Reports Online. Los expertos señalan que los objetos encontrados proporcionan información valiosa sobre la vida y las creencias de la comunidad que los enterró hace casi 3.000 años.
Por ejemplo, en el caso de los adornos con forma de anillo, se ha descubierto que estos se hicieron con técnicas sofisticadas. Se cree que probablemente se usó la fundición a la cera perdida, un método muy avanzado que consistía en crear un modelo de cera, cubrirlo con un molde y luego reemplazar la cera con bronce fundido.
Esta técnica apenas se utilizaba en la Escocia en aquella época y normalmente estaba reservada para objetos de gran valor y prestigio. Además, el análisis sostiene que existe la probabilidad de que las dos piezas penanulares descubiertas hubieran sido fabricadas por el mismo artesano.
El estudio también revela que el metal utilizado provenía de Gales e Inglaterra, lo que ofrece una información clave sobre el funcionamiento comercial de Rosemarkie: esta localidad estaba conectada con otras regiones de Reino Unido, participando en el comercio y en la compra de materiales valiosos. Esto confirma que Rosemarkie no fue un asentamiento aislado, sino que formaba parte de un entorno cultural y económico mucho más amplio en la Edad de Bronce.