El personaje de Tarzán es uno de los que ha pasado de la literatura al cine y que más veces ha sido adaptado, siendo la imagen de Johnny Weissmüller una de las más míticas, al haberlo llegado a interpretar hasta en doce largometrajes, y eso que nunca se había planteado ser actor, profesión a la que arribó por casualidad.
Y es que Johnny Weissmüller, quien nació el 2 de junio de 1904 en el desaparecido Imperio austrohúngaro y en lo que en la actualidad sería Rumania, había sido anteriormente campeón olímpico de natación y también obtuvo una medalla dentro del equipo de waterpolo.
De niño enfermizo a campeón olímpico de natación
Una apasionante historia que sería impensable cuando de pequeño, ya en Chicago, donde había emigrado con su familia, contrajo la polio y se llegó a temer que se quedara paralítico, algo habitual entonces en uno de cada tres niños que sufría esta enfermedad. Pero la natación cambiaría su existencia.
Fue el médico que le trató quien le recomendó a ese niño practicar natación para evitar su parálisis, y del lago Michigan, Weissmüller descubriría su pasión, que lo llevaría a falsificar sus papeles para participar en el equipo de Estados Unidos sin tener la nacionalidad, pero había usado la documentación de su hermano pequeño, quien sí había nacido en Chicago.
Su maniobra no se descubrió y así debutó en los Juegos Olímpicos de 1924 en París, donde se convirtió en el primer hombre en recorrer los 100 metros en menos de un minuto, y acabaría con tres medallas de oro colgadas del cuello, a las que se sumarían dos más en las Olimpiadas de 1928 en Amsterdam.
Con cinco medallas de oro y varios récords mundiales, Johnny Weissmüller no se dio por vencido y se unió en el equipo olímpico de waterpolo para colgarse un bronce. Por si fuera poco, en su vida también puede contar que rescató hasta 60 personas de un barco que se había hundido mientras participaba en el maratón de Chicago.
Johnny Weissmüller: actor y Tarzán por casualidad
Con esta trayectoria deportiva bajo el brazo, nadie pensaba tampoco que pasaría a ser uno de los actores más reconocidos gracias a interpretar al personaje de Tarzán, pero la casualidad se puso de su lado cuando se plantó en los estudios de la Metro Goldwyn Mayer para conocer a su ídolo, Clark Gable.
Lo vio de lejos, pero no pudo acercarse, y fue cuando un asistente le comentó que si se presentaba al casting de una película podría pasar. Era para interpretar a Tarzán, que le permitió al final conocer a Clark Gable y Greta Garbo, con lo que ya se fue a casa feliz.
“Me preguntaron si podía trepar por una cuerda, nadar, cosas de ese tipo”, contó Weissmüller en un programa de televisión. Una semana después le llamaron contratándole y el resto es historia: 12 películas y 16 años en la cima de Hollywood gracias al famoso grito.
En 1957 Weissmüller se retiró cuando su físico fue en declive, siendo su único atractivo en el cine y desapareció de la vida pública. Las especulaciones aparecieron, dijeron que estaba en Cuba en plena revolución y solo cuando gritó fue identificado con Tarzán y fue llevado al aeropuerto por los revolucionaros para que volviera a casa. En la década de los 70 sufrió varios infartos, pero sería el 20 de enero de 1984 cuando fallecería en Acapulco, México, con su mente perdida, y con rumores, nunca confirmados, de que se creía que era el propio Tarzán.