La trágica historia de Mark Connolly: era doble de riesgo en 'Misión Imposible', fue atropellado por una moto y murió al poco de recibir una compensación millonaria
Dos horas. Ese fue el tiempo exacto que pasaron entre la llamada que le anunció que recibiría más de un millón de dólares y el momento en que murió. El doble de acción Mark Joseph Connolly había luchado durante ocho años por aquella compensación tras un accidente en el rodaje de Misión Imposible II.
Estaba enfermo terminal, sin apenas fuerza, pero aún consciente cuando su abogada le confirmó el acuerdo. El desenlace llegó enseguida. Fue un final extraño para una historia que empezó con una moto y acabó en los tribunales.
Una escena improvisada que cambió su vida para siempre
El golpe que le cambió la vida se produjo en junio de 1999, durante una escena rodada en Bare Island, en Sídney. Connolly trabajaba como doble de acción cuando una motocicleta salió despedida y le impactó en el cuerpo. El brazo derecho quedó colgando y, según relataron después los cirujanos, tuvieron que reconstruirlo con tornillos y placas. También sufrió lesiones en el cuello y en el costado izquierdo. Aquel día, la escena no se había ensayado.
El responsable de coordinarla era Billy Burton, director de segunda unidad de la película. En el proceso judicial que se inició tras el accidente, el juez señaló que Burton había actuado sin planificar la secuencia con la preparación necesaria para evitar riesgos.
Tal como se expuso durante la sentencia, su decisión de grabar sin ensayo respondió a la intención de no perder el día de rodaje, lo que puso en peligro al propio Connolly y a otros miembros del equipo.
La película, dirigida por John Woo, se encontraba en plena producción tras el éxito de la primera entrega de la saga. Woo había empezado a trabajar en Estados Unidos unos años antes, y ya había dirigido títulos como Cara a cara o Broken Arrow. En esta segunda parte, que llegó a los cines en 2000, también participó Tom Cruise como protagonista en su papel de Ethan Hunt, aunque con cambios importantes respecto al guion original, que había sido escrito inicialmente por William Goldman.
El juicio llegó tarde y el alivio también
A lo largo del juicio, que se prolongó durante casi una década, Connolly vivió con dolor crónico, tuvo que someterse a varias operaciones y, según explicó su abogada en 2007, dependía de entre ocho y diez comprimidos de Panadeine diarios para soportar el malestar. No pudo volver a trabajar y vivía en casa de su madre, que se encargó de cuidarlo mientras se resolvía el litigio. Durante ese tiempo, fue ayudado económicamente por familiares y amigos cercanos.
La resolución llegó el viernes 25 de mayo de 2007. Connolly tenía 45 años y estaba en la fase final de un cáncer de páncreas que le había sido detectado un mes antes. Ese día, a las 10:40 de la mañana, su equipo legal le llamó para comunicarle el acuerdo alcanzado con Burton, por el que recibiría 1.018.253 dólares como compensación. Falleció dos horas después, rodeado por su madre, sus hermanos y sus hermanas.
Su testamento dejó constancia de la intención de repartir parte del dinero entre las personas que le habían ayudado durante aquellos años. Su abogada, Elizabeth Ramsay, explicó tras la sentencia que Connolly había expresado su deseo de que ese dinero sirviera para compensar a quienes le habían apoyado desde el accidente.
A pesar de todo lo ocurrido, su historia no aparece ni en los créditos ni en los archivos oficiales de la película. Misión: Imposible II se recuerda como una de las entregas más criticadas de la saga, y en los márgenes de aquel rodaje, la falta de ensayos y la prisa por no perder tiempo acabaron marcando el destino de un profesional que llevaba años asumiendo riesgos por otros.
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