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Conoce el Franzbrötchen, el dulce típico del norte de Alemania que es una mezcla entre rollo de canela y croissant

La degustación de platos o dulces típicos de la zona o ciudad que visitamos suele ser habitual en las agendas de viaje, pero en ocasiones se nos escapan algunos productos que no son tan conocidos a nivel internacional, pero que sí que forman parte del día a día de los habitantes de esa localidad o país.

Esto es lo que podría pasar en muchos casos con el Franzbrötchen, un dulce típico de la ciudad de Hamburgo, en el norte de Alemania, y que se ha extendido a otras localidades cercanas, que tiene similitudes con el rollo de canela escandinavo o el croissant y que es de lo más popular, siendo habitual para desayunos, meriendas o incluso entre horas.

Qué es el Franzbrötchen: el bollo tradicional de Hamburgo

El Franzbrötchen es el bollo tradicional del norte de Alemania, originario de Hamburgo, que consiste en una mezcla simple de hojaldre de levadura, llamado masa danesa, con canela, lo que lo hace un interesante dulce a mitad entre el croissant y el rollo de canela.

Este bollo es habitual encontrarlo en las panaderías de la ciudad de Hamburgo, bien en su forma tradicional o con otras variantes con trozos de pasas, chocolate, compota de manzana, así como nueces o almendra, y que tiene una forma crujiente y aplanada.

Las varias teorías del origen del Franzbrötchen

A pesar de que se tiene claro que el Franzbrötchen nació en la ciudad de Hamburgo, el resto de los datos de sus orígenes son totalmente inciertos y hay varias teorías al respecto, que bailan entre sus influencias tanto escandinavas como francesas que se pueden apreciar también en sus ingredientes.

Una de las teorías más asentadas es que durante la ocupación francesa de Hamburgo en el siglo XIX los panaderos de la ciudad comenzaron a hornear un tipo de pan blanco baguette al que añadieron canela y azúcar para freír en sartén al que llamaron “pan francés”, la traducción de Franzbrötchen, con lo que intentaban competir con el croissant.

Otra de las teorías gira alrededor de 1825, cuando un panadero del barrio de Altona, que entonces pertenecía a Dinamarca, creó un bollo en el que se había inspirado en los rollos de canela escandinavos, e incluso hay una que asegura que el nombre viene de que un oficial borracho se sentó sobre la masa que dio lugar a este dulce después de que se creara un pastel para celebrar la libertad de la ciudad de los franceses.

Estas teorías, sin embargo, no son las únicas que circulan alrededor de este dulce típico alemán, y algunas son de lo más creativas, como la historia de tres hermanos que competían por el amor de una mujer y establecieron una competición de repostería en el que el ganador fue un chico de nombre Franz, que acabaría vendiendo en su panadería familiar, así como la que dicen que este bollo se creó para que lo degustaran el emperador Francisco José I de Austria y la emperatriz Sissi en su visita a Hamburgo.