Día Mundial del Bikini: dónde se origino la receta catalana que comparte nombre con la prenda de baño

El Día Mundial del Bikini celebra una de las prendas más populares del verano, pero, en un curioso giro de la historia, esta fecha también nos invita a explorar una historia gastronómica peculiar.

¿Sabías que en Cataluña, el nombre bikini está asociado a un sándwich, y no a un traje de baño? Este plato sencillo y delicioso ha sido uno de los bocados favoritos en las meriendas y restaurantes de la región, y su nombre tiene una historia que se remonta a una sala de “baile” de la ciudad de Barcelona.

El Bikini catalán: un sándwich con nombre de traje de baño

Aunque en muchas partes del mundo, un bikini hace referencia a un traje de baño de dos piezas, en Cataluña, este término está relacionado con un delicioso sándwich mixto (jamón y queso). La historia de cómo un bocadillo se hizo con el nombre de una de las prendas más famosas del verano comienza en el corazón de Barcelona, en un lugar de gran tradición cultural y social.

En la década de los 50, la ciudad era testigo del auge de un nuevo espacio de ocio: la Sala Bikini. Este emblemático local de la Avenida Diagonal, inaugurado en 1953, no solo fue un lugar de encuentro para los amantes de la música y el baile, sino que también acogió uno de los bocadillos más innovadores de la época. Inspirado en el croque-monsieur francés, el bikini consistía en un sencillo sándwich de pan, jamón y queso, tostado hasta obtener una capa crujiente y dorada.

El éxito del sándwich fue tal que comenzó a servirse en muchos bares y cafeterías de Barcelona, popularizándose bajo el nombre de “bikini” en honor a la sala de baile donde se originó. Con el tiempo, este bocadillo se convirtió en un clásico de la gastronomía local, llegando a ser tan emblemático como la propia prenda de baño, aunque, como veremos, las dos denominaciones no tienen relación alguna más allá de su nombre compartido.

De la Sala Bikini al bocadillo de toda la vida

La Sala Bikini fue más que un lugar para bailar; se convirtió en un referente social y cultural. Aparte de su ambiente vibrante, ofrecía un bikini que rápidamente ganó fama entre sus asistentes. Como sucede con muchas creaciones gastronómicas, el nombre del local se impuso al plato original. A partir de entonces, el sándwich bikini dejó de ser solo una inspiración del croque-monsieur y pasó a formar parte de la cultura catalana, en una curiosa y deliciosa fusión entre gastronomía y ocio.

Hoy en día, el bikini es uno de los bocadillos más queridos de la región, servido en innumerables bares de toda Cataluña. Aunque existen muchas variantes, el clásico sándwich de jamón y queso sigue siendo el más popular. La popularidad de este platillo ha perdurado durante generaciones, adaptándose al gusto de los catalanes y convirtiéndose en uno de los íconos culinarios de la región.