Andalucía se fija el objetivo de llegar a los 3,2 millones de ocupados en 2020
El Consejo de Gobierno ha aprobado este martes la Agenda por el Empleo, que es como ha bautizado gráficamente el Plan Económico de Andalucía 2014-2020. Pactado ya con los sindicatos UGT-A y CCOO-A y la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), es la hoja de ruta en materia de economía de la comunidad autónoma para estos siete años. En la meta: llegar a los 3,2 millones de ocupados en Andalucía, cuando en estos momentos son unos 2,6, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2014, mientras que el paro supera el 35%. De hecho, el documento no concreta la cifra de paro que se fijaría como aceptable para el periodo. Sólo la tasa de ocupación.
Este documento se articula en torno a 20 grandes objetivos con 1.512 medidas para llegar a esa cifra de 3,2 millones de ocupados, “similar a la de antes de la crisis”, según ha expresado el portavoz del Gobierno de Andalucía, Miguel Ángel Vázquez. Éste ha detallado que el plan gira en torno a tres estrategias: económica, medioambiental y social, con unos objetivos concretos, cuya consecución será vigilada por una comisión de seguimiento, aparte de estar sometido el texto cada año a una evaluación.
Entre otras cosas, para 2020 se quiere “reindustrializar” Andalucía buscando mayor valor añadido y elevando el peso de la industria en la economía. En segundo lugar, se quiere aumentar en un 20% el número de empresas de entre 10 y 50 trabajadores. En paralelo, se quiere llegar a un 2,2% del PIB destinado a I+D+i. Mientras, en el plano medioambiental, se persigue aumentar en más de un 20% la eficiencia energética y reducir un 10% las emisiones de gases de efecto invernadero, “con una clara apuesta por las energías renovables”.
La memoria económica prevé un coste de 45.301 millones de euros para poner en marcha este plan, de los que 21.113 corresponderán a la Junta de Andalucía y los otros 24.191 “se le van a exigir al Gobierno de la Nación para que los invierta en Andalucía”, en palabras de Miguel Ángel Vázquez. En este sentido, la Junta de Andalucía prevé que el Gobierno de la Nación destine a Andalucía 6.838 millones de euros de fondos europeos; otros 2.299 de la deuda contraída por la no aplicación de la Disposición Adicional Tercera (DAT) del Estatuto de Autonomía; y 13.813 más de los recursos propios de la Administración General del Estado (AGE); junto a 1.241 del fondo de compensación interterritorial.
Un presupuesto en el aire
Sobre la posibilidad de que el Gobierno de la Nación no esté dispuesto a pagar esa deuda de la DAT, por ejemplo, lo que dejaría cojo el programa, el portavoz ha recordado que “es una ley orgánica de obligado cumplimiento”, recordando que la Junta de Andalucía tiene la opción de exigirlo en los tribunales. No obstante, cabe recordar que el Gobierno de la Nación se agarra a jurisprudencia como una sentencia en el caso del Estatuto de Cataluña que dejaba en sus manos la posibilidad de no responder a una reclamación similar por falta de presupuesto. En todo caso, el portavoz ha insistido en que se buscarán las vías necesarias para que ese dinero se pueda invertir y cumplir así los objetivos. “Se harán los esfuerzos necesarios para suplir las carencias”, ha recalcado, deseando también que “en los próximos años” haya un “un gobierno más sensible”.
El Gobierno de Andalucía entiende que esta planificación es clave porque es lo que en los últimos años “ha permitido cambiar Andalucía”. Los “puntos vulnerables” que ha puesto en evidencia la crisis con respecto a planificaciones previas son los que se quieren corregir con el nuevo marco. Todo con un objetivo: “Propiciar una salida rápida de la crisis sin dejar a nadie detrás”.
En este contexto, ha reconocido que “hace falta un cambio en la política de la UE para la que salida de la crisis sea más rápida y genere empleo”. Opina por ello que “hay que abandonar el patrón de la austeridad a ultranza”. Por ello, ha resaltado que Andalucía apuesta por buscar “un nuevo modelo de crecimiento económico”, con una “economía inteligente y basada en el conocimiento” y una “estrategia medioambiental para buscar el uso respetuoso de los recursos”.
