Román Rodríguez: “En política te jubila el pueblo, no los platós ni los laboratorios”

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

A Román Rodríguez (La Aldea de San Nicolás, 1956) se le veían maneras desde chico. Era él, tercero de cuatro hermanos en una familia de origen muy humilde, quien repartía entre los vecinos la conserva de guayaba que preparaban sus padres. También era el tesorero del club de ajedrez que montó con unos amigos, todos mayores que él, cuando tenía 12 o 13 años. Se encargaba de buscar “las cuatro perras” que les permitían desplazarse a otros municipios a jugar. Perdieron todo, menos la partida que disputaron en San Mateo.

Con el Hospital Doctor Negrín de fondo, el candidato de Nueva Canarias (NC) a la Presidencia del Gobierno regional da rienda suelta a su incesante torrente verbal contando historias de su infancia. Mantiene la energía y el brío de esa época casi intactos, a pesar de las décadas transcurridas. La faringitis que le acompaña desde hace días no consigue silenciarle. Carraspea y continúa. Tampoco le acallan quienes le consideran partícipe de los males que aquejan a Canarias -por haber sido jefe del Ejecutivo durante cuatro años -ni aquellos que pretenden jubilar a la generación del 78. “En política te jubila el pueblo, no los platós, ni las modas, ni los laboratorios”, dice. Ha elegido este lugar para realizar la entrevista porque se enorgullece de haber construido esta infraestructura durante su etapa como presidente.

Román Rodríguez quiso ser carpintero porque le parecía “transformador” que un trozo de madera se convirtiera en una silla o en una mesa, pero terminó estudiando Medicina. Contribuyó a ello su padre, pero también Gannon, el doctor perfecto de la serie de televisión Centro Médico. No hizo el MIR porque en aquella época “era minoritario”, pero ejerció más de una década en áreas asistenciales, principalmente en Urgencias, en Vecindario, La Isleta o Guía. También comenzó a estudiar Derecho e intentó simultanear ambas carreras, pero acabó desistiendo. Es una de las espinas clavadas de un candidato que no tiene carné de conducir y que dejó de fumar hace quince años.

Su verdadera vocación es la política. “Siempre fui una persona muy activa, con mucha iniciativa y una impronta de compromiso, de entrega, de trabajar y organizar”, explica Rodríguez, que se presenta por cuarta vez como candidato a la Presidencia. Tiene claro que su futuro seguirá ligado a la política, “sea desde el ámbito que sea”, y descarta volver a ejercer como médico. “Tuve ofertas para volver, para dirigir, ofertas importantes, pero nunca las acepté. Mi compromiso es el trabajo político, la colectivización de lo que creo, pienso y hago”, asevera.

Ha militado en partidos nacionalistas y de izquierda desde mediados de los años 70, ejerciendo de líder del movimiento estudiantil en una etapa de “rebeldía organizada” en la Universidad de La Laguna. “Cuando otros levantaban la mano para el Cara al sol, nosotros peleábamos contra el régimen con dureza, con juventud, pero con dureza”.

Inició su trayectora política en el Pueblo Canario Unido y pasó por la Unión del Pueblo Canario que encabezaba Fernando Sagaseta, por la Unión Nacionalista de Izquierda y por Iniciativa Canaria Nacionalista (ICAN) hasta su integración en Coalición Canaria (CC), partido con el que fue presidente del Gobierno durante una legislatura (1999-2003) y que acabaría abandonando en 2003 por las tensiones internas para fundar dos años después NC.

Rodríguez rechaza con vehemencia la etiqueta de casta que le han colocado desde Podemos por su vasto bagaje político y el hecho de haber ocupado puestos de responsabilidad en el Gobierno autónomo durante cerca de quince años. “No les hago ni caso. Pertenezco al pueblo llano y sencillo, de los que estudiaron con beca. de los que nada tenían y de los que abrieron brecha para conseguir esta democracia todavía inacabada- Lo que algunos descubrieron hace seis meses, nosotros lo descubrimos hace 40 años”, puntualiza.

Integración y ruptura en CC

A pesar de los acontecimientos que se desarrollaron con posterioridad y que desembocaron en la ruptura con CC, el candidato nacionalista defiende la decisión adoptada en 1993 por ICAN de integrarse en una fuerza política “frentista, de amplio espectro, que era producto de la suma de la izquierda nacionalista y de la derecha insularista”.

Rodríguez sostiene que era necesario juntar las fuerzas para colocar los intereses de Canarias “en una mejor posición” con respecto al Estado y niega que moderara sus posiciones. “Las personas tenemos nuestra ideología, carácter, filias y fobias. Cuando asumes una responsabilidad de Gobierno, lo haces con un programa. Y las cosas que iban en el programa se cumplieron”, afirma con respecto a su etapa de presidente.

De esa legislatura destaca algunos hitos que, a su juicio, demuestran que su trayectoria siempre ha estado en el carril de “la defensa del interés general y de proyectar siempre la política para la mayoría”. Menciona la aprobación de la moratoria turística, que planteó “un cambio hacia un modelo sostenible”, la protección de Veneguera o la suspensión del trazado de Vilaflor tras una multitudinaria manifestación a la que acudieron unas 80.000 personas.

Asegura que en 2003 renunció a la Vicepresidencia y a la Consejería de Economía, Turismo y Transporte y rompió con CC por “la orientación conservadora, los incumplimientos, los desequilibrios y la mezcla de negocio y política” en la formación. “A mí siempre me motivaron las mismas cosas”, agrega Rodríguez, que ahora simplemente se ve con “más madurez, visión y conocimiento de causa” que cuando militó en CC.

Rodríguez presume de no haber aceptado nunca presiones, “ni siquiera lo intentaban”; de haber tenido problemas “sólo con los poderosos”; de haber sido el diputado “más activo” en el Parlamento regional; de asistir siempre a los plenos (“una vez falté por enfermedad y me pareció una tropelía”), y de “estudiar, escuchar y no enfadarse nunca” con los que le rodean. “La gente, si está contenta, rinde más”, comenta, “yo agoto a nuestra gente contándole lo que sé, el problema es que nadie me sigue el ritmo. El día que se me paren las pilas no sé qué haré, pero siempre ando en positivo y bromeo y vacilo. Aunque tengo pinta de serio, ¿mo?”.

NC como aglutinador de descontentos

NC afronta las elecciones del domingo con la perspectiva de doblar en el Parlamento la representación obtenida en los comicios de 2011, cuando irrumpió con tres diputados, uno de ellos, Fabián Martín, del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) tras el polémico y criticado acuerdo que suscribieron ambas formaciones con el objetivo de superar la barrera regional del 6% que impone el sistema electoral canario. Rodríguez siempre defendió que se trató de un pacto estratégico para sortear este muro, pero encontró resistencias internas. Esta vez no ha habido acuerdo con el partido fundado por Dimas Martín.

Con un fuerte arraigo en Gran Canaria, NC se ha armado en los últimos meses en el resto de islas y ha tejido una red con la que pretende lograr un ascenso exponencial en la representación institucional con una fuerte base municipalista. De ahí su estrategia de alianzas con partidos locales y también las sonadas incorporaciones procedentes de sectores descontentos de otros partidos, que le han costado duros reproches de estas organizaciones.

El líder de NC se defiende. “Ciudadanos coge a gente del PP y UPyD. Podemos, del PSOE, de IU o de NC. La gente está donde quiere. Sólo hay cambio político cuando la gente cambia de opinión, cambia de partido y cambia el voto. Si todos los que votaron al PP siguen votando al PP, la jodimos”, subraya tajsnte el candidato nacionalista, que ve normal que los partidos que crecen se alimenten de gente procedente de otras fuerzas.

Para Rodríguez, las formaciones políticas son un instrumento y no un fin. “Hay personas que se han sumado a NC porque ven en nosotros una alternativa, una oportunidad, un programa, liderazgo y cambio. Nosotros no seguimos en CC por mantener nuestras ideas. Y hay gente que se ha ido a Podemos o Ciudadanos porque cree que ahí sus ideas están mejor representadas. Es la política”, expone el veterano dirigente al tiempo que matiza que entre el 80 y el 90% de los candidatos de NC en las elecciones del 24M son históricos y que los nuevos fichajes representan tan sólo entre el 10 y el 20% de los nombres de las listas.

Liderazgo compartido y pactos

Aunque su personalidad sigue marcando en buena medida la percepción que tienen los ciudadanos de NC, Román Rodríguez considera que en el partido hay un liderazgo compartido y que dirigentes que han actuado en el ámbito municipal, como Teodoro Sosa (Gáldar), Dunia González (Santa Lucía) o Antonio Morales (Agüimes) gozan de un alto grado de conocimiento y aceptación, al igual que veteranos como Carmelo Ramírez, que “juega un papel determinante” en el partido, o Francisco Santiago, que, aunque ya está retirado de la primera línea de la política, sigue siendo un referente para los nacionalistas.

Rodríguez cree que los cinco o seis diputados que aspira a tener Nueva Canarias en el Parlamento regional formarán “el mejor grupo” de la Cámara, “con una diferencia abismal”. “Tendremos a gente como Santiago Pérez, Esther González, Luis Campos, Gladys Acuña... Un equipazo”, afirma.

En relación a las líneas rojas para pactar tras el 24M, precisa que los acuerdos se descartan “por los contenidos, no por las filias y las fobias” y que, por ello, lo único seguro es que “no se puede pactar con el PP”. También ve díficil llegar a un entendimiento con Ciudadanos, formación a la que considera “derecha liberal y españolista”, aunque no ve descabellado que se pueda llegar a alianzas puntuales en algunos municipios con ellos.

En cambio, considera que existen coincidencias con las ideas que articula Podemos a nivel estatal, aunque cree que la formación está “indefinida” en Canarias, tanto en cuanto a programas como a liderazgo. “Muchas cosas que dicen estos chicos las hemos defendido en la calle y en las instituciones desde hace mucho tiempo. Hemos presentado cuatro enmiendas a la totalidad para perseguir el fiscal, en 2011 presentamos una iniciativa para parar los desahucios, hemos apoyado la renta básica... Con todas sus imprecisiones y bandazos, Podemos estaría en el campo de la izquierda social”, concluye.

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