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Luz Rello: “Cuanto antes detectes la dislexia, antes desarrollarás estrategias compensatorias”

La investigadora Luz Rello.

Pau Rodríguez

Barcelona —

Los tres protagonistas de Piratas del Caribe sufren dislexia, y mira tu hasta donde han llegado. Esto es lo que Luz Rello (Madrid, 1984) cree que se debería decir a los niños y niñas que paceden este trastorno, para evitar que se traumaticen y que vean que se puede llegar muy alto pese a ese lastre. Ya sea protagonizar una película de Hollywood o recibir el Premio Europeo al Investigador Joven, lo que le pasó a Rello en 2013 por un estudio en el ámbito de la dislexia, ella que de pequeña sufrió también este obstáculo en el aprendizaje.

En esta entrevista, la joven investigadora del departamento de Tecnologías de la Información y la Comunicación de la UPF habla de como en España se podría abordar mejor la dislexia en las escuelas, de las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías y de lo complejo que resulta comprender exactamente qué es la dislexia.

Cuando hablamos de dislexia, da la sensación que no sabemos exactamente qué es. Nos quedamos en que es un trastorno que afecta al orden de letras en la lectura y en la esritura. ¿Es eso?

Eso es lo que parece desde fuera, pero es solo una de sus manifestaciones. Es un fenómeno muy complejo. Los pedagogos lo definirán como una dificultad de aprendizaje; la psicología experimental lo definirá como una discapacidad en la lectura; las asociaciones de familias españolas se centran en los síntomas y lo definen según las dificultades en las que se manifiesta: falta de fluidez en la lectura, errores en el reconocimiento de palabras, faltas de ortografía...

¿Cómo lo define Luz Rello?

Trato de hacerlo sencillo, como cuando se lo explico a los niños: es una dificultad de aprendizaje que afecta a la lectura y a la escriptura. Y ahí entra una amplia gama de dificultades y grados según la persona.

¿Como se traduce esto en la vida de un disléxico?

Afecta a la codificación de las letras, a la transformación que se hace del sonido, que está en la cabeza, en la letra. Y esto se produce de diferentes maneras en función de lo regular y homogénea que sea una lengua. En castellano es más complicado detectar a un disléxico, porque la correspondencia grafema-fonema en nuestro idioma es mayor, así que el disléxico comete menos errores. Y como la disléxia se detecta con los errores, pues es más fàcil pasar desapercibido.

¿Solo con que veas que un niño tiene dificultades a la hora de leer puedes pensar que es disléxico?

Aquí los maestros tienen la clave. Porque ellos pueden comparar el rendimiento de un chaval con el de los demás, algo que los padres no pueden hacer. Si ven que el niño trabaja y no obtiene resultados es que algo falla y hay que ver por qué. Entonces el orientador o el psicólogo del centro les puede pasar un test, que mide las capacidades y habilidades de lectoescriptura del niño. Si está muy por debajo de la media y repite unos patrones, se puede ver que es disléxico.

¿Es importante que esta detección sea temprana?

La dislexia cuanto antes la detectes mejor, porque antes desarrollarás estrategias compensatorias que te permitan convivir con ella. ¿Que tienes esta dificultad? Rapidamente aprendes por el contexto, por memoria... Compensas las carencias con otras estrategias.

Salvando las distancias, es como el ciego que desarrolla mejor sus otros sentidos.

Extacto. Pasa con todo en la vida. Cada uno tiene diferentes inteligencias, fortalezas y debilidades, que se contrarestan con otras cualidades que desarrolla. El ser humano es así, y con la dislexia igual. En primer lugar, cuanto antes lo sepa el niño mejor porque no se traumatizará pensando que es tonto, y en segundo lugar, puede poner más atención y hacer ejercicios para mejorar.

¿La dislexia afecta a muchos niños?

En España hay dos estudios pequeños, en Murcia y en Canarias, cuyos resultados sostienen que entre el 8.6% y el 11.8% de los ninos en el colegio tienen dislexia.

Esto son tres alumnos por clase.

Sí, es muy fuerte.

¿Se puede abordar este fenómeno en clase con los medios de que se disponen?

¡Pues sí! ¡Esto es lo que me molesta! Hace unos años no había orientadores en la escuela, pero ahora sí. Siempre vamos a lo mismo, pero en Finlandia, el primer día de curso en primero de Primaria, antes de que los niños sean lectoescriptores, pasan un test para ver si tienen riesgo de dislexia u otras dificultades parecidas. ¡Se puede predecir con un 95% de exactitud! Ves qué niños necesitan refuerzo, evitas el fracaso y, además, evitas invertir más recursos en ellos en el futuro.

Para hacer un test no hace falta mucho dinero, ¿no?

¡Que no! ¡Es que se puede hacer online si quieres, para no imprimirlo! Hay grupos de madres intentando reunir firmas para que esto cambie poco a poco.

Como disléxica, tú pasaste por el proceso de escolarización. ¿Cómo se vive?

Cuando no lo sabes piensas que te ha tocado, que eres tonto. Lo vives de manera triste porque te esfuerzas y no obtienes resultados. No diría traumático, pero sí triste. Es que tenemos un sistema que todavía no atiende a la diversidad, cuando se sabe que tenemos diferentes inteligencias. No solo tenemos que prestar atención a la lógica y a la lingüística, pero aquí todo pasa por leer y escribir. Ni siquiera usamos vídeos o audiolibros.

¿Habría que potenciar más la oralidad?

La memoria, la oralidad, la creatividad... No soy especialista en educación pero en muchos colegios ahora cada vez se aprende más por experiencia. Esto es genial.

¿Qué papel pueden jugar aquí las tecnologías?

Para un disléxico el problema es el texto. Todo lo que hay que leer o escribir era estable y fijo [señala un periódico de papel], pero ahora ya no. Ahora con una tableta puedes cambiar el diseño del texto, el contenido, la tipografía, puedes usar correctores... El texto deja de ser estático y lo puedes hacer a tu medida. Utilicemos pues las tabletas para mejorar la escritura. En Inglaterra si eres disléxico te dejan utilizar un ordenador en la escuela. Así de claro.

Tu has desarrollado aplicaciones en este sentido.

Con mis colaboradores hemos desarrollado tres, dos lectores de libros y documentos y un juego. Una de ellas es un juego, Piruletras, de mejora de la escritura. En vez de repetir una palabra bien escrita 80 veces –que es lo que hacen en el colegio–, hemos cogido los errores que cometen, y a partir de ellos en el juego cada cual desarrolla las estrategias necesarias para entenderlo. Los disléxicos ven y reconocen los errores, pero no afectan a su comprensión

¿Puedes profundizar en esto último?

Se dice que la dislexia es una dificultad escondida porque la persona no sabe si está leyendo bien o mal. Nosotros hicimos un estudio en el que poníamos textos con cada vez más errores –sin decírselo- a personas con o sin dislexia. A medida que avanzaban, las personas sin dislexia cada vez comprendían menos, les afectaban los errores; en cambio, los disléxicos mantenían su comprensión hasta el punto de leer mejor que los demás al final. Y al comprobar las grabaciones vimos que además sí ven los errores, pero lo comprenden exactamente igual. Es uno de los resultados estrella de nuestra investigación.

¿Cómo supiste qué tipo de errores cometían?

Estuve durante dos años recopilando cuadernos de clase que me mandaban los padres con los que contactaba. Un trabajo manual enorme... Luego los analicé desde todos los puntos de vista lingüísticos posibles, y tengo una base de datos con cada error anotado. Luego hice un análisis estadístico y se encuentran patrones que se repiten. Con ellos hacemos los ejercicios para tableta.

¿Cuales son estos patrones, de manera sintética?

Cuanto más se parecen los sonidos, más errores se producen; y cuanto más se parecen las letras, igual. Esto es muy generalizado y ya se sabía, pero hemos visto qué fonemas, qué rasgos fonológicos y que rasgos visuales llevan a más confusiones escrites.

Estos descubrimientos te valieron el Premio Europeo a los Jóvenes Investigadores de 2013, que entrega la asociación Eurosience.

Bueno, no solo esto. En estos premios tienes que presentar lo que has hecho en toda tu vida investigadora. También es cierto que en el informe que me mandaron destacaban que la investigación suele tardar mucho en plasmarse en el mundo real –a veces nunca-, pero en nuestro caso lo tenemos ya en la realidad.

¿Como os va la aplicación?

Piruletras tiene alrededor de 15.000 descargas. No da dinero, la descarga y los primeros 500 ejercicios son gratuitos. El upgrade de la app cuesta 70 céntimos, así cubrimos los costes de Apple. Piruletras es un proyecto personal con unas amigas. Las otras dos aplicaciones, los lectores, IDEAL iBook Reader y DysWebxia son gratuitos, estos los hice con los resultados de mi tesis doctoral, gracias a dinero público de la Generalitat y pienso que es lógico dejar las aplicaciones gratuitas.

Estás a punto de acabar el doctorado. ¿Te quedarás en España o lo ves difícil?

No tanto... Yo soy optimista por naturaleza. En España se pueden conseguir cosas, pero como investigador lo que puedes hacer fuera, con mayor involucración social y medios económicos, es mucho más estimulante. No es necesario compararse con las universidades más grandes, pero solo para poner un ejemplo: en mi investigación aquí tuve que buscar a los participantes uno a uno. Colgué carteles por la calle con mi número de móvil... En las mejores universidades en cambio dices qué quieres y te lo preparan. Y te puedes potenciarte solo como investigadora. Quizás vaya ahora a aprender fuera durante un tiempo, pero me gustaría vivir aquí, que las cosas que hago las utilice la gente de aquí.

Una persona que padece las consecuencias de la dislexia en el colegio y que acaba realizando descubrimientos para mejorar la vida de quienes la sufren. Es una historia redonda.

Pues no. He investigado muchas otras cosas sin tanta repercusión social. Ni siquiera fue idea mía. Mi supervisor notó los errores que cometía, y me propusieron utilizar las cosas que hacemos aquí como tema de tesis, para ayudar a la gente como yo. Y dije que sí. Ya entonces cuando empiezas a trabajar con familias y niños sí que te involucras emocionalmente. Los ves allí a los niños, pasándolo fatal, y no puedes evitar decirles que no se preocupen, que van a salir adelante como he hecho yo. No es una historia redonda porque queda mucho por hacer.

Pero al menos tu dislexia habrá influido la manera de enfocar el estudio. En una mayor comprensión de los que sucede.

Esto seguro. Porque estamos hablando de algo difícil de comprender, que yo llevo cuatro años estudiando y todavía me cuesta entender. Porque a veces leo alguna cosa mal y luego bien, y lo vuelvo a leer, y mal. Ni uno mismo lo puede percibir, es muy complejo, y llegar a las causas es muy difícil.

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