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Trias impulsa una consulta tras haberla considerado una forma de “despilfarro”

El alcalde, a la derecha, en la reciente presentación del yacimiento urbano del Born.

Cristina Palomar

Barcelona —

Los barceloneses volverán a ser llamados a consulta, esta vez para decidir si quieren o no que la ciudad organice los Juegos Olímpicos de Invierno en 2022. Ya participaron en un referéndum la primavera de 2010 para escoger cuál debía ser el futuro de la avenida Diagonal. Aquella fracasada votación supuso un golpe casi definitivo para el entonces alcalde socialista Jordi Hereu, que un año después perdería las elecciones, y comportó también un gasto de 3,17 millones -400.000 euros más de los previstos-, un “auténtico despilfarro” de los recursos del ayuntamiento, según el entonces líder en la oposición Xavier Trias (CiU).

“Con los casos de pobreza extrema de muchos barceloneses, hay cosas que no se pueden hacer”, llegó a declarar Trias, ahora alcalde de la ciudad, sobre la consulta de la Diagonal. En un contexto de crisis económica, donde cada vez hay más barceloneses en riesgo de exclusión y de pobreza extrema, y con el sector público girado en contra -ejemplo de ello es el malestar de las guarderías-, Trias apuesta por una fórmula democrática que en su día despreció y que le costó la carrera política a su predecesor.

En principio, la idea de convocar a los barceloneses denota sensibilidad democrática, pero esconde el temor de CiU a embarcarse solo en un proyecto que no es seguro que sea exitoso. Lo reconoció el propio alcalde en una entrevista ayer en la Red Audiovisual Local: “No se puede hacer sin PP, PSC, ERC e ICV-EUiA”. “Todos los grupos municipales deberán mojarse”, remarcó, tras decir que no se podía seguir adelante tampoco sin el consenso de la ciudadanía.

Con el fracaso de la candidatura de Madrid aún presente, Trias ha querido dejar claro que Barcelona solo presentará su candidatura olímpica “si está bien situada para ganar”, y tampoco ha cerrado la puerta a la posibilidad de posponerla hasta el 2026 o 2030. “No se acabaría el mundo”, dijo ayer. Según el alcalde, una de las cosas que más preocupa al consistorio es el impacto medioambiental que tendrán algunas de las infraestructuras que el Comité Olímpico Internacional (COI) exige como requisito indispensable para superar el examen. “No nos presentaremos si tenemos que construir una pista de bobsleigh como la que quiere el COI para que esto supondría trinchar la montaña”, ha puntualizado. El bobsleigh es una modalidad olímpica de descenso en trineo propia del norte de Europa y los Estados Unidos que requiere de unas instalaciones específicas muy difíciles de construir y de mantener.

La sensibilidad del alcalde de Barcelona sobre el impacto que las infraestructuras olímpicas tendrán sobre el Pirineo catalán sorprende a mucha gente, porque antes de la derrota de Madrid -y viendo las repercusiones ésta tendrá en las aspiraciones políticas de Ana Botella- nadie, ni el equipo de gobierno local actual ni el anterior, se lo había planteado tan abiertamente, a excepción de ICV-EUiA, socio del bipartito de Jordi Hereu.

Para evitar el centralismo que tanto se critica al Gobierno de la Generalitat, la consulta popular también debería extenderse a los vecinos de las comarcas pirenaicas, que es donde se harán las competiciones, perode momento esta cuestión no se n 'ha hablado.

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