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“Catalunya está entrando en un momento de desobediencia no violenta ejemplar”

El presidente de la ANC, Jordi Sànchez

Arturo Puente

En las vísperas de una nueva Diada catalana, el president de la ANC, Jordi Sànchez, tiene un ojo puesto en la movilización ciudadana del 11 de septiembre pero, el otro, sobre el 1 de octubre. La fecha del referéndum se ha convertido este 2017 se ha convertido en una cuenta atrás a la que las entidades independentistas llegan con serenidad y confianza en que el la votación se celebrará.

“El compromiso del Govern y el Parlament es total y absoluto”, asegura. Tanto es así que, para Sànchez, la única forma que tendría ya el Estado de parar el 1-O sería con una acción violenta que descarta.

Desde el independentismo se denuncia una campaña del miedo para impedir el referéndum. ¿Piensa que la Generalitat llegará hasta el final con el 1 de octubre?

Sí, estoy convencido. Solo un uso desproporcionado de la violencia por parte del Estado podría vencer la voluntad de la Generalitat. El compromiso del Govern y el Parlament, que es quien ha de organizar el referéndum, es total y absoluto. El miedo ya no para, tenemos un nuevo marco legal para permitir que la democracia se exprese. Si el Estado quiere que no haya referéndum, deberá ir a fondo, no tendrá suficiente con querellas, multas o sanciones, sino que tendrá que utilizar medidas directamente represivas.

¿Cree que el Estado podría tomar estas medidas represivas que apunta?

Creo que no lo hará. Sería un contrasentido desde cualquier perspectiva democrática y se le giraría en contra.

Hemos visto que hasta ahora el Gobierno de Rajoy ha preferido no actuar por esta vía. ¿Cree que a partir de la Diada podrían venir las medidas más duras contra los electos?

Podría ser. Creo que ellos miden muy el impacto de sus actuaciones. Pero seamos claros: si no han sido más contundentes es porque saben que pueden quedar en evidencia. Si no ha habido suspensiones de cargos electos por parte del Constitucional es porque saben que en este momento una suspensión dejaría en evidencia ante el mundo que el TC ha perdido su capacidad de actuar en Catalunya. Cuando un poder, sea el TC o el Gobierno español, ha perdido legitimidad, solo le queda la violencia para mantener su autoridad. La realidad de Catalunya es precisamente esta.

¿Qué harán las entidades si finalmente hay suspensiones de miembros del Govern o de diputados?

Si esto sucediese, si demostrasen tan poca inteligencia política, daríamos la respuesta adecuada, no nos quedaríamos de brazos cruzados. De momento la primera respuesta la daremos este lunes en el paseo de Gracia con la calle Aragó, en la manifestación de la Diada. Si el día 11 de septiembre conseguimos que el Eixample se quede pequeño y que Barcelona vuelva a vivir una gran movilización, ese será el gran escudo para preservar la democracia y las urnas, y Rajoy tendrá un problema de magnitudes estratosféricas.

¿Y si, pese a la buena marcha de la Diada, después se producen estas suspensiones?

Si pese a todo el Gobierno de Rajoy actúa de forma desesperada, nuestro compromiso es que defenderemos de forma cívica y pacífica nuestras instituciones. Para ello utilizaríamos un derecho que nos asiste y que la comunidad internacional nos reconoce, como es el de manifestación. Serían las calles y las plazas los testigos de nuestra voluntad. Si es necesario, como ha sido necesario en otros momentos, estamos dispuestos a movilizarnos donde haga falta y cuando haga falta.

Asegura que la Diada será para defender la democracia, pero hay una clara apelación para votar ‘Sí’ en el referéndum.

Nuestra fuerza es la suma de las voluntades individuales y la resolución de las discrepancias de forma democrática, eso es lo que nos convierte en una sociedad imbatible. El gran error estratégico de Rajoy ha sido haber convertido este debate no solo en independencia sí o independencia no, sino en un debate sobre democracia sí o democracia no. La gente debe saber de qué lado de quién estará. Todo aquel que crea que las urnas, los votos, la expresión ciudadana, en una jornada refrendataria, es una manera civilizada y razonable de resolver legítimas miradas políticas no coincidentes, saben que son un frente común frente a unos, que están intentando que no haya urnas, y frente a otros, que intentan lo mismo de manera pasiva diciendo que en sus municipios no facilitarán locales para poner las urnas.

Algunos ayuntamientos han dicho que no cederán locales. ¿Les preocupa que en esos municipios haya una baja participación?

Los dirigentes políticos que prefieren estar al lado de los que silencian urnas antes que permitir a los ciudadanos de su municipio ir a votar libremente me parecen cobardes. Pero preocuparnos, no nos preocupa, ya que el Govern nos ha garantizado que en estos municipios habrá espacios alternativos para ir a votar.

Lo que nos preocupa es que haya gobernantes que confundan sus preferencias políticas con la potestad de imponer sus preferencias políticas al resto de sus conciudadanos. Cuando un alcalde o alcaldesa decide no facilitar los espacios electorales para un referéndum convocado por la Generalitat, lo que están haciendo es conculcar los derechos de los ciudadanos, decidiendo por su cuenta si pueden o no pueden ir a votar. Y esto es inaceptable.

Desde la ANC han comenzado una campaña para pagar las multas que se han impuesto por el 9-N. ¿Piensa que podrán recaudar suficiente dinero si la Justicia continúa esta estrategia por la vía económica para el 1-O?

Recoger dinero es un gesto de solidaridad muy potente. La solidaridad es el activo revolucionario más potente que la humanidad ha planteado siempre, porque cuando hay solidaridad hay cohesión, y cuando hay cohesión el cambio es inevitable. Esta caja de solidaridad o de resistencia en ningún caso pretende sustituir a la actuación que exigimos de las propias instituciones de la Generalitat, de actuar en defensa de sus trabajadores y representantes que han actuado de acuerdo a la legalidad. Por tanto, que nadie se equivoque, quien debe responder son las instituciones. Nuestra acción solidaria envía un mensaje a las personas que hoy son perseguidas y decirles que no están solas.

¿La de las multas y la confiscación de patrimonio es una de las vías con las que el Gobierno está intentando parar el referéndum?

Sí, pero se equivocan totalmente. ¿Alguien cree que este proceso tiene precio? ¿Que lo van a parar con un multa de 5 millones de euros? No saben lo que dicen. Este proceso no tiene precio ni en multas ni en privación de libertad. Catalunya está entrando en un momento ejemplar de residencia y de desobediencia no violenta que llevará a una transformación radical de cómo entendemos la política. O las fuerzas políticas del conjunto del Estado no vean que hay que cambiar de estrategia, que deben sentarse y dialogar, que deben permitir que la gente vote, o el tsunami democrático les pasará por encima.

Por las inscripciones que tienen, ¿cómo prevén esta Diada, más multitudinaria, menos, o similar?

Yo no me atrevo nunca a decir si más o menos, porque los elementos comparativos siempre son de una gran complejidad. Será seguro una gran Diada, tanto como las anteriores que ya han sido inmensas. No competimos contra nosotros mismos, estamos muy tranquilos. Datos relevantes: 1.800 autocares. Por encima de las 360.000 personas inscritas ayer [en el momento de hacerse la entrevista, el pasado viernes]. Y después tenemos una evidencia de otros años, que por cada persona inscrita aparecen 3 o 4 que no se han inscrito. La única preocupación que tenemos es logística, por eso le pedimos a la gente que venga en transporte público y que intente dejar el espacio limpio.

Después de 5 grandes manifestaciones por la Diada, ¿cuál es la que para usted personalmente ha tenido más fuerza política?

La Vía Catalana de 2012. Porque la Vía representaba de una forma muy simbólica la capacidad de ganar colectivamente, con centenares de miles de conciudadanos que nos dimos confianza. Asumimos la responsabilidad de un tramo, fuimos hasta allí y de todos dependía que funcionase la Vía Catalana. La importancia del tramo entonces fue muy importante, porque si te había tocado ir a Alcanar tenías que ir allí. Aquello nos dio una confianza impresionante en nosotros mismos, que ha explicado muchas cosas de las que han pasado después.

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