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CiU insiste en que ERC entre en el Govern para compartir el desgaste

ERC dice que tarde o temprano entrará en el Govern.

Jordi Molina

Barcelona —

Las consecuencias en la política catalana del resultado de las elecciones europeas de ayer no se han hecho esperar. El vicesecretario general de CDC, Lluís Corominas, ha animado a ERC, una vez más, a tomar parte del Govern después de que ayer la formación independentista quedara, por primera vez desde la Transición, en primera posición en unas elecciones en Catalunya.

En declaraciones a la emisora RAC1, Corominas ha afirmado que la oferta que CiU hizo a ERC al principio de la legislatura para entrar en el Gobierno “sigue con la puerta abierta”, por si es necesario, ha dicho, “reforzar” el proceso soberanista, así como las medidas económicas y sociales del Gobierno.

Poco después ha sido el portavoz de CiU en el Parlament, Jordi Turull, quien ha insistido en la misma hipótesis. La oferta del presidente Artur Mas para que ERC entre en el Gobierno “está ahí”, ha afirmado el portavoz , que ha lanzado la pelota sobre el tejado de los republicanos: “ahora lo tienen que decir ellos”.

Las reacciones desde las filas republicanas han sido casi inmediatas. Los dos principales líderes de la formación, Oriol Junqueras y Marta Rovira, han vinculado una hipotética entrada en el Gobierno catalán con la garantía de que se celebre la consulta del 9 de noviembre. “Estamos absolutamente abiertos a hablar”, ha asegurado Junqueras que ha apuntado que “antes o después acabará pasando”. Por su parte, Rovira ha dicho en Catalunya Radio que ERC “siempre” ha defendido que “hará lo necesario” para garantizar el derecho a decidir de los catalanes.

Aunque ninguno de los dos cabezas visibles de los republicanos ha aclarado si después del 25-M están más cerca o más lejos de un pacto con CiU, lo que cada vez está más claro es que la formación de Artur Mas hará lo que sea necesario para tratar de compartir el desgaste que supone estar en el Gobierno. La coalición nacionalista quiere evitar que ERC siga con las manos libres de responsabilidades –más allá de las que les supone ser socios– que permitan a los republicanos ensanchar la distancia que, desde ayer, ha pasado de ser un temor a una constatación.

De hecho, el presidente Mas, que insinuó durante la campaña que él, personalmente, se la jugaba en estas europeas, lo dejó claro ayer durante las intervenciones con sabor a derrota del Majestic: “somos el partido que se come todos los marrones”. Unos marrones que han condenado a la coalición nacionalista a perder apoyos desde las últimas autonómicas hasta confirmar el cambio de ciclo en las europeas.

El proceso sale reforzado

En lo que todos coinciden es en que el proceso soberanista sale reforzado. Para Junqueras, “la suma de aquellos que estamos comprometidos con el 9-N es extraordinaria, todos hemos subido”, dijo. Por la parte convergente, Corominas se mostró “satisfecho” y consideró que “si algo ha quedado claro es que se ha producido un descenso de casi 31 puntos de los partidos contrarios a la consulta, mientras que los favorables han ganado 17”, en alusión a los resultados de formaciones como el PP o el PSC.

De hecho, Junqueras vincula el pinchazo del PSC al éxito de su fuerza. Según él, la victoria de ERC, con un aumento hasta el 23,7% de los votos, se debe en parte a los apoyos que vienen sobre todo del PSC. Esta ha sido, como mínimo, la estrategia de los republicanos al tejer la coalición con Ernest Maragall.

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