José Ballester, el primer alcalde republicano de Toledo que también fundó un equipo de fútbol
Se le trata de alcalde toledano, pero José Ballester Gozalvo nació realmente en El Cabañal, Valencia, en 1893. Pedagogo, llegó a la capital regional en 1927 para trabajar en la Escuela Normal desde Segovia. La Biblioteca regional de Castilla-La Mancha dedicó esta semana una charla a su figura, dentro del ciclo 'Personajes toledanos del siglo XX: un ciclo para difundir ideas y valores contemporáneos' de la mano del historiador Isabelo Herrero.
“Se implicó desde el primer momento en todas las luchas sociales de Toledo y cuando la monarquía daba sus ultimas bocanadas, formó parte del movimiento republicano de la ciudad”, explica Herrero. El que se convertiría en alcalde de la ciudad, rápidamente se volvió el presidente del movimiento y también en uno de los candidatos a concejal que entonces era por distritos. “Fue tal su liderazgo”, que fue elegido alcalde, cargo que desempeñó durante los primeros seis meses de la II república española.
Rápidamente asumió “desde las cuestiones más urgentes”, como pedir “respeto” para el anterior alcalde o también para las creencias religiosas de un gran número de ciudadanos de la ciudad. Ballester también compatibilizó durante este tiempo su cargo con el de diputado de las Cortes Constituyentes de la República. “Sin perder de vista su papel importantísimo en lo que fue la reforma educativa republicana, que incluía la construcción de escuelas”, señala Herrero, que explica también su experiencia como pedagogo.
La labor de José Ballester en las Cortes a favor de Toledo se puede revisar en las sesiones de la cámara, a la vez que participaba en el debate constitucional de la época, así como su ejercicio de la abogacía en Madrid. Dejó “muchísima huella en los alumnos a los que educó”, algunos de los cuales Herrero ha entrevistado, y su nombre también está relacionado con la fundación del Club Deportivo Levante que recientemente ha celebrado su centenario.
Ballester intervino de manera “contundente” en la “hostilidad” que se vivió en los inicios de la República por parte de la patronal de la provincia toledana, debido a las reformas laborales llevadas a cabo por el nuevo Gobierno. Estas acciones han quedado registradas en momentos como el día en que Francisco Largo Caballero, primer ministro de Economía, visitó Toledo, y mantuvo conversaciones en el parque de la Vega. “Fue una de sus intervenciones más importantes”, concluye Herrero.
Por otro lado, el republicano también formó parte importante en el debate del Estatuto de Cataluña, donde defendió normalizar el bilingüismo en la enseñanza en la Universidad. Se despidió de la alcaldía de Toledo con un acto en la Academia militar de la capital militar, en la que entregó la bandera republicana a las fuerzas en nombre de todo el pueblo toledano junto a Manuel Azaña, antes de abandonar el cargo en septiembre de 1931.
José Ballester Gozalvo murió en 1970 exiliado en París, donde debió refugiarse tras la caída de la República y donde pasó “todas las penalidades” que sufrieron los exiliados en otro país. El último cargo que asumió en España fue el del asesor jurídico del Consejo de Ministros, mientras que en Francia se erigió como el Presidente de la Liga de los Derechos del Hombre.
