Arteta, De León y Álvarez traen a Oviedo el amor del alma de Andrea Chénier

La soprano Ainhoa Arteta, el tenor Jorge de León y el barítono Carlos Álvarez estrenarán el 7 de diciembre en el Teatro Campoamor la ópera Andrea Chénier, de Umberto Giordano, que, enmarcada en la revolución francesa, pone su centro de atención en el “amor del alma”.

La obra, que reúne por primera vez en el escenario a Arteta, De León y Álvarez, se podrá ver el jueves 7, miércoles 13 y sábado 16 de diciembre a las 20 horas y el domingo 10, a las 19 horas.

La obra sitúa al espectador en plena revolución francesa a través del poeta Andra Chénier, que acaba condenado a muerte.

Ainhora Arteta es Magdalena de Coigny, uno de los personajes “que más íntimamente” ha conectado con ella, ha afirmado la soprano en rueda de prensa en el Teatro Campoamor, donde ha comparecido junto a sus compañeros de reparto y el director musical, Gianluca Marcianò, y el director de escena, Alfonso Romero.

Arteta ha explicado que su personaje “evoluciona en el transcurso de su vida”, ya que empieza siendo un personaje frívolo y “descubre, a través del horror más grande que te puedas imaginar, el amor del alma”.

La soprano ha destacado que ha aprendido a sustraerse del público y meterse en el personaje, de manera que a pesar de que “sales del escenario, no sales de Magdalena”, un papel para el que hace falta “no solamente unas cualidades y técnica vocal importante, sino un poso emocional grande para poderlo entender, disfrutar y comunicar”.

Por otra parte, ha destacado la “exaltación del amor” que es la obra y su filosofía final, que reside en que en 30.000 años la humanidad “sigue igual” y se siguen produciendo revoluciones, pero al final la palabra que sale “en todas partes como aliento de esperanza es el amor”.

De León también ha remarcado el papel que el amor juega en Andrea Chénier, ya que se ve la palabra amor en la miseria y en la penuria y es el amor lo que “hace que la obra tenga un atractivo”.

El tenor ha opinado que la obra muestra “el idealista que era Chénier”, un personaje al que considera que, en sus inicios, aportó “frescura” y ahora “experiencia” con sus cualidades vocales y su “temperamento”.

También ha puesto en valor el trabajo con Arteta, ya que ha indicado que “se ha creado una magia cómplice, una chispa súbita” que “facilita la interpretación”.

Carlos Álvarez, por su parte, ha destacado que “una revolución que tiene más de siglo y cuarto de historia todavía de vez en cuando sigue siendo necesaria para resaltar que las diferencias sociales nos pueden llevar a una situación no esperada”.

A su juicio, una ópera como ésta para el público aficionado posiblemente sea la “reafirmación de que está viendo un espectáculo de calidad” y para el que se acerca por primera vez, supondrá la percepción de que la ópera es el “espectáculo total”.

Gianluca Marcianò ha afirmado que en su trabajo él tiene que “proporcionar a los cantantes un tapete mórbido y suave” donde desarrollar su trabajo.

Por su parte, Alfonso Romero ha considerado que desde el punto de vista de un director de escena, esta obra es “un gran reto” porque lo que hace es “mostrar al público la evolución psicológica y personal” de cada uno de los personajes, y ha explicado que lo que él hace es allanar el camino a los artistas para que estén “tranquilos en la situación”.

Por último, se ha referido a la revolución, contexto histórico de la obra, y ha opinado que “las revoluciones que hacen mucho ruido son las del pueblo contra el régimen, pero la revolución más importante es la que debe empezar en nosotros mismos”.