El Corral de Comedias, sesenta años de representaciones que han cambiado Almagro

El Corral de Comedias de Almagro ha sido un revulsivo para esta bella localidad manchega desde que fue reabierto en 1954, así lo corroboran tres almagreñas de distintas generaciones, que ilustran con sus vivencias los cambios en el municipio, en sesenta años de representaciones.

Gloria, Conchi y Yolanda, tres generaciones de mujeres de Almagro, cuentan a Efe lo que ha supuesto el Corral de Comedias, al resguardo entre sus muros centenarios del ajetreo que se vive estos días con la celebración del festival internacional de teatro clásico, al que tanto ha contribuido este espacio emblemático.

El teatro forma parte ya de la familia de Gloria García. Como hicieran su abuela y su madre, esta costurera ya jubilada, pasó doce años en el foso bajo el escenario del Corral de Comedias, cosiendo, limpiando y preparando el vestuario de las compañías.

“Eran otros tiempos”, confiesa con nostalgia Gloria, mientras recuerda los suntuosos trajes que utilizaba la Compañía Nacional en los primeros años de festival.

Pero no este el único vinculo familiar que une a Gloria con el Corral de Comedias. Su padre, Santiago García, fue el guía que acompañaba a los primeros turistas que llegaban hasta Almagro para conocer su teatro.

“Mi padre le dedicó media vida y cuando hablaba del Corral se le iluminaban los ojos”, recuerda Gloria, lo mismo que le ocurre ahora a ella cuando rememora el día del entierro de su padre y cómo los vecinos de Almagro lo despedían entre aplausos.

Para ilustrar el cambio que ha vivido el pueblo, Gloria nos explica que cuando vino Ana Belén, con “La hija del Aire”, tuvo que quedarse a dormir en su casa.

Era una época, la década de los ochenta, en la que los únicos alojamientos eran el Parador y una pequeña pensión, por lo que los actores tenían que buscarse la vida para encontrar una cama.

Ahora, con varios hoteles, cerca de veinte casas rurales o un cámping, hablar del impulso económico que ha supuesto para el pueblo el Corral de Comedias y el teatro, resulta una obviedad.

También Conchi González tuvo un trato muy cercano con Santiago, ya que cada vez eran más los curiosos que se acercaban al pueblo y la oficina de turismo no podía ya sostenerse con una sola persona.

Fue así como esta almagreña entró en contacto con el Corral de Comedias en el que ahora trabaja como responsable municipal y como encargada de recibir a los visitantes. “Tengo la suerte de ver desde primera fila la cara de la gente cuando se encuentra por primera vez en el Corral”, confiesa.

Contempla a unos turistas que, además de multiplicarse, “se han educado” a la hora de visitar el monumento y que también han sido testigos de los cambios tecnológicos propios del siglo XXI.

Ahora, en lugar de la voz de Santiago, una “audioguía” interactiva les ayuda a sumergirse en la historia y las curiosidades de este espacio. En ella se conserva la voz de Fernándo Fernán Gómez, que hizo las grabaciones unos meses antes de su muerte.

La tercera mirada es la más joven, la de Yolanda Peña que con apenas veinte años, pertenece a una generación que nació ya con el teatro corriendo por las venas de la localidad encajera.

Estudiante de enfermería, cuando llega julio Yolanda se enfunda su camiseta negra de acomodadora y pasa las noches entre representaciones y versos clásicos.

“Me encantó la obra de ayer”, confiesa esta joven almagreña que se considera una afortunada por poder disfrutar del teatro en un espacio tan especial. Después de tres años trabajando en el Corral ya ha conoce la mágica seducción de una representación en este espacio y confía en que su generación sea capaz de valorar y conservar su legado.

A modo de síntesis, Conchi da la clave definitiva para resumir estos sesenta años: “El que viene al Corral sale con un poquito más de sensibilidad y de humanidad”.